Oriente Medio

El fracaso de las negociaciones de paz en Egipto acerca la ofensiva israelí en Rafah

La OMS advierte de las consecuencias “catastróficas” de un operativo a gran escala de las FDI

Fracasada una nueva jornada multipartita de negociaciones -con la participación de Egipto, Estados Unidos, Qatar además de Hamás e Israel— en El Cairo para un alto el fuego, la cuenta atrás para el inicio de una ofensiva terrestre de las Fuerzas de Defensa de Israel en Rafah se acelera. Al término de la segunda ronda de negociaciones -que prometen prolongarse durante días, el primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró ayer no haber recibido una propuesta nueva de Hamás para la liberación de los rehenes y anunció que no habrá hoy delegación israelí en Egipto. Entretanto, en el frente libanés, el castigo de las FDI a Hizbulá se endurecía ayer en medio del temor de una escalada aún mayor entre ambas partes.

Por medio de su representante para los territorios palestinos, Rik Peeperkorn, la Organización Mundial para la Salud (OMS) advirtió ayer de que una operación israelí a gran escala sería “catastrófica” y causaría un “desastre humanitario inimaginable”. “Puedes ver el miedo en las caras de la gente”, expresó desde la propia Rafah Peeperkorn en rueda de prensa telemática.

Decenas de miles de personas llegadas desde otras ciudades de la Franja hasta la zona meridional del territorio bastión de Hamás tratan ahora de huir ante la inminencia de una incursión israelí a gran escala. El representante de la OMS recordó que Rafah acoge ahora a más de 1,5 millones de desplazados. “Están hacinados por todas partes, en un espacio muy pequeño donde han construido muchos refugios temporales”, subrayó el experto.

A juicio de Peeperkorn, en la zona, como otras de la Franja, el sistema sanitario está “al borde del colapso”, con sólo tres hospitales en funcionamiento, aunque se han creado otros tres de campaña para ampliar en la medida de lo posible la atención a heridos y enfermos. “Los hospitales están completamente saturados, con escasos suministros y los trabajadores sanitarios, sin casi contacto con sus familias, necesitan un descanso”, describió el representante de la OMS. Por su parte, el máximo responsable de Naciones Unidas para la ayuda humanitaria Martin Griffiths fue más gráfico asegurando que los palestinos de Gaza “están mirando a la muerte a la cara” en la espera de una eventual operación terrestre de las FDI.

Entretanto, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se reunió ayer en El Cairo con su homólogo, Abdelfatah Al Sisi, en una histórica visita llamada a abrir una nueva etapa en las relaciones bilaterales y con Gaza como asunto de fondo. Erdogan no visitaba Egipto desde 2012, y a raíz del golpe de Estado que aupó a Al Sisi en el poder -y desalojó a los Hermanos Musulmanes, afines al islamista AKP del presidente turco— Ankara rebajó las relaciones diplomáticas al nivel de encargado de negocios.

En rueda de prensa conjunta, el mandatario turco elogió al presidente egipcio por “su postura decidida” ante la posible incursión terrestre de Israel en Gaza y aseguró “estar dispuesto a reconstruir Gaza en colaboración con Egipto a medio plazo”. “No se debe exiliar a la población de Gaza, los intentos de despoblamiento de Gaza son inaceptables. Apoyamos la postura egipcia en este asunto. El gobierno de Netanyahu debería abandonar su política de masacres en Rafah y la comunidad internacional, empezando por el mundo islámico, no debería permitirla”, explicó Erdogan.

El presidente turco continuó cargando contra el Ejecutivo de Netanyahu, al que acusó de “continuar sin miramientos la política de ocupación, destrucción y masacres”, dijo antes de reafirmar su compromiso con la ayuda humanitaria: “Hemos trasladado unas 34.000 toneladas de material humanitario a la zona y agradecemos su apoyo a todas las instituciones egipcias, especialmente la Media Luna Roja egipcia”. Finalmente, Erdogan mostró también su apoyo con la integridad territorial de “países hermanos”, tras asegurar que mantuvo reuniones con Libia, Sudán y Somalia, e insistió en que no quiere ver "crisis ni en África ni en Oriente Medio”.

Por su parte, el presidente egipcio afirmó que ambos coinciden “en la necesidad de un alto el fuego inmediato en Gaza y en la de lograr la calma en Cisjordania”, afirmó el mandatario egipcio, con vistas a “reanudar el proceso de paz lo antes posible hasta llegar a anunciar el país palestino, de soberanía propia con las fronteras del 4 de junio de 1967 y Jerusalén Este como capital”.