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Francia descarta implantar nuevos controles para no colapsar el sistema ferroviario

Estaciones y vagones tendrán más vigilancia, pero no habrá detectores. Bélgica investigará los trenes internacionales

Soldados franceses vigilan la estación Gare du Nord, en París
Soldados franceses vigilan la estación Gare du Nord, en Paríslarazon

Después del ataque del viernes por la noche en un tren de Thalys que cubría la ruta Ámsterdam-París, el primer ministro francés, Manuel Valls, anunció ayer que se establecerá un «número nacional, el 3117, para denunciar situaciones anormales» en estaciones de tren y dentro de los vagones. La medida se une al plan antiterrorista puesto en marcha desde los atentados de París de enero. En la misma línea, la Sociedad Nacional de Ferrocarriles de Francia (SNCF) declaró por medio de su presidente, Guillaume Pépy, que «el número y la visibilidad de los puestos de vigilancia en las estaciones aumentará», asegurando que «no podemos sembrar el miedo entre la sociedad, no podemos protegerlo todo». De momento, la compañia descarta realizar controles de seguridad similares a los de los aeropuertos «simplemente porque no es realista pensar en algo así», argumentó Pépy. Por su parte, el Gobierno belga decidió ayer que reforzará las medidas de seguridad en trenes y estaciones de ferrocarril del país, aumentando los controles esporádicos de equipajes y creando patrullas de seguridad en los trenes y en las estaciones.

Sin supervisión en el área de embarque, el terrorista fue capaz de entrar en el tren de Thalys con un verdadero arsenal en Bélgica, un país en el punto de mira de los yihadistas. Al igual que Francia, donde los gendarmes y soldados vigilan las cerca de 3.000 estaciones, arma de fuego en mano. Es también el caso de Reino Unido, donde los miembros de la Policía de Transporte británica están presentes en las principales estaciones, a menudo armados. Igual que Suiza o Alemania, donde la Policía Federal cerró en el año 2000 un acuerdo con su red ferroviaria para el intercambio de información y vigilancia de vídeo y así controlar la venta de billetes a personas fichadas.

Las estaciones italianas, conocidas por su desorganización, realizan desde el 1 de mayo pasado controles de seguridad en las principales estaciones del país, similares a los de España. En momentos de terror, sembrado por los ataques terroristas, los países europeos dirigen la mirada a sistemas de seguridad como el utilizado por el Eurostar París-Londres; la excepción del norte y salida del espacio Schengen. Ahí la seguridad se mueve con las reglas marcadas por los controles de los aeropuertos, los pasajeros tienen que estar 45 minutos antes en la estación para pasar el control de seguridad y la verificación de pasaportes. Imposible, asegura el presidente SNCF, con los pasajeros que hacen trayectos cortos y se mueven libremente por toda Europa haciendo escala en Francia. La puesta en marcha de este tipo de controles se ha planteado para los trenes de alta velocidad, con el objetivo de hacerlo igual que en España con el AVE. El obstáculo, de nuevo, es la diferencia de pasajeros que soporta cada país de la UE. España aprendió, con los años, a adoptar un dispositivo de seguridad mejorado, aplicado al transporte público; especialmente en los trenes de alta velocidad y en las principales líneas del país, puestos en marcha desde los ataques del 11-M en 2004, en los que murieron 191 peronas, Renfe, el equivalente de la francesa SNCF, reforzó desde entonces las medidas de seguridad en todas sus estaciones.