Francia necesitaría 95 aviones de combate más y otros 12 más para su marina de guerra para garantizar la seguridad aérea del país

La flota de cazas del Ejército del Aire y Espacial francés ha sufrido una reducción significativa desde el final de la Guerra Fría, pasando de más de 600 aviones a menos de 200 en la actualidad. Esta reducción ha generado numerosas críticas y se ha convertido en una cuestión central de negociaciones políticas y presupuestarias. Según un reportaje publicado por el portal militar francés Meta Defense, desde el final de la Guerra Fría, la flota de cazas francesa se ha reducido drásticamente.

En los años 80, el Ejército del Aire contaba con más de 600 cazas Mirage F1, Mirage 2000 y Jaguars. Sin embargo, la situación actual es muy diferente, con menos de 200 aviones, incluyendo los Rafale y Mirage 2000D y -5F. Esta reducción no solo ha afectado a la cantidad de aviones, sino también a la capacidad operativa y la flexibilidad de respuesta de la fuerza aérea.

Revisión Estratégica y Libro Blanco

El objetivo de aumentar la flota a 225 aviones de combate, establecido por el LPM 2024-2030, proviene de la Revisión Estratégica de 2022, basada en la de 2018 y en el Libro Blanco de 2013. Este último estableció la necesidad de 225 aviones de combate para garantizar la proyección de 15 aviones en bases remotas y mantener dos escuadrones estratégicos con Rafale.

Desde 2014, la presión operativa sobre la flota de cazas ha aumentado considerablemente. La Fuerza Aérea ha desplegado entre 20 y 30 aviones en misiones exteriores y ha superado con creces los cuatro meses anuales previstos para el portaaviones Charles de Gaulle. Estas demandas operativas han llevado a un desgaste acelerado de los aviones, reduciendo su disponibilidad y aumentando la necesidad de mantenimiento.

La guerra en Ucrania y las tensiones con Rusia han obligado a revisar los compromisos franceses con la OTAN. Francia se ha comprometido a proporcionar 40 aviones de combate listos para el combate, un compromiso que ahora debe integrarse en la planificación operativa francesa. Esto implica que la Fuerza Aérea debe garantizar la disponibilidad de 60 aviones de combate en cualquier momento, lo que requiere una flota de al menos 240 aviones para compensar el desgaste y el mantenimiento.

Necesidades no Cubiertas y propuestas

Para cumplir con los compromisos actuales, la Fuerza Aérea necesita aumentar su flota a 280 aviones, un incremento de 95 aviones respecto a los 185 actuales. Este aumento permitiría garantizar la disponibilidad operativa y cubrir las necesidades de mantenimiento y modernización.

Aeronáutica naval

La flota de cazas embarcados también necesita un aumento. Con un único portaaviones, la Armada requiere 45 aviones Rafale M para mantener su operatividad. Esto implica un incremento de 12 aviones respecto a los 40 actuales. La entrada en servicio del nuevo portaaviones PANG requerirá aumentar esta cifra a 70 aviones.

Implicaciones financieras y logísticas

El aumento de la flota de cazas implica una inversión significativa. Se estima que se necesitarían 15 mil millones de euros durante 15 años para adquirir 112 aviones adicionales, además de los costes asociados a la formación y contratación de personal. También sería necesario aumentar la producción de Rafale de tres a cuatro aviones por mes y considerar la activación de nuevas bases aéreas.

El incremento en la flota también requiere un aumento en el personal, estimado en 5,000 a 6,000 efectivos adicionales. Además, sería necesario mejorar y ampliar las infraestructuras existentes para acomodar las nuevas unidades.

Como conclusión, este análisis concluye que un aumento a 280 aviones para la Fuerza Aérea y 52 aviones para la Aeronáutica Naval es necesario para responder a las amenazas actuales y futuras. Esta expansión requiere una inversión considerable y una planificación cuidadosa, pero es esencial para asegurar la eficacia y disponibilidad de las fuerzas aéreas francesas.