África

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Francia sufre sus primeras bajas en la ofensiva africana

Viaje relámpago de Hollande para dar ánimo a sus tropas

Miembros de una milicia cristiana saquean una mezquita en Bangui, capital de República Centroafricana
Miembros de una milicia cristiana saquean una mezquita en Bangui, capital de República Centroafricanalarazon

Los enfrentamientos en República Centroafricana se han cobrado ya dos bajas entre las fuerzas militares de Francia. El caos continúa reinando en el país africano pese a la intervención de las tropas galas, autorizada por la ONU la pasada semana. Desde el lunes, la misión de los soldados franceses, en apoyo al contingente africano de 3.000 hombres (Misca), consiste principalmente en desarmar a los ex rebeldes de la Seleka, la alianza de mayoría musulmana actualmente disuelta, pero que en marzo aupó al poder mediante un golpe de Estado al presidente Michel Djotodia.

Los dos fallecidos, Antoine Le Quinio y Nicolas Vokaer, de 22 y 23 años, pertenecían al VIII regimiento de paracaidistas de Castres. Fueron heridos gravemente en la noche del lunes al martes durante un altercado con elementos armados de esa facción antes de sucumbir.

En sólo cinco días, el conflicto interreligioso entre milicias de Seleka y grupos de autodefensa (cristianos) han dejado más de 400 muertos. En la capital, Bangui, escenas de violencia y saqueo se sumaban ayer al deseo de venganza de buena parte de la población contra los rebeldes musulmanes, a los que linchaban una vez desarmados por los militares galos. Pero también contra los civiles de esa misma religión, sin distinción alguna y cuyos comercios eran desvalijados.

La tensión se centra especialmente en los barrios del norte de la ciudad, en las inmediaciones del aeropuerto M'Poko, convertido en base militar y campamento para refugiados. Un lugar en donde, pese a la inseguridad dominante, anoche aterrizó el presidente galo, François Hollande, de vuelta de Suráfrica, para «dar ánimos» a los 1.600 efectivos desplegados en RCA y entrevistarse con Michel Djotodia, ex jefe de Seleka y presidente transitorio, que mantiene en este conflicto una ambigua posición. De hecho, Hollande, que busca para este país, donde el Estado no existe, una futura solución democrática, le responsabiliza de «haber permitido» las matanzas de los últimos días.