Crisis política

Friedrich Merz se lanza a por la cancillería alemana

El líder de la democristiana CDU es el favorito en los sondeos para unas elecciones anticipadas en Alemania aún sin fecha

El nuevo líder de la Unión Cristiano Demócrata alemana (CDU), Friedrich Merz
El líder de la Unión Cristiano Demócrata alemana (CDU), Friedrich MerzMICHAEL KAPPELERMICHAEL KAPPELER

El 17 de septiembre, la Unión conservadora decidió designar al líder de la Unión Cristianademócrata (CDU), Friedrich Merz, como candidato a canciller. «Vamos a estos comicios con la firme intención de recuperar la responsabilidad de liderazgo de nuestro país», aseguró el político. En aquel entonces, la prensa alemana aseguró que Merz, que había esperado y trabajado para esta designación durante mucho tiempo, le quedaba un año por delante en el que, sin dejar de ser el líder de la oposición en el Bundestag, tenía el duro trabajo de demostrar que es capaz de gobernar a la Unión conservadora -es decir, a la CDU y a su socia histórica, la socialcristiana CSU de Baviera, y que él es la persona adecuada para dirigirla. Ahora, con la ruptura de la coalición de gobierno y el factible adelanto electoral, el líder de la CDU tiene prisa.

Cuanto antes se celebren nuevas elecciones, mayores parecen ser sus posibilidades de convertirse en canciller. Y de aquí que, desde hace días, esté presionando al canciller Olaf Scholz para que solicite un voto de confianza lo antes posible y despeje así el camino para unas elecciones federales anticipadas. «Cada día con un gobierno minoritario en el poder es un día perdido para el necesario nuevo comienzo político», declaró Merz a la revista «Stern». Tras el colapso de la también conocida como coalición semáforo, Scholz se mostró dispuesto a discutir una fecha para pedir el voto de confianza del Bundestag, así como la nueva cita electoral. No obstante, primero quiere que el Parlamento alemán apruebe algunas leyes y para eso necesita el apoyo de los conservadores. «Podremos hablar de ello tan pronto como Olaf Scholz haya solicitado el voto de confianza en el Bundestag», exigió Merz.

Si la Unión triunfa en los comicios, Merz podría imaginarse un ejecutivo al lado de los liberales del FDP que ahora han sido expulsados del gobierno. Si los liberales alcanzan «el 6 o el 7», junto con la CDU y el CSU, «tendríamos una mayoría estable a nuestro alcance», aseguró Merz. Sin embargo, el jefe del CSU, Markus Söder, no está tan de acuerdo con una posible participación del FDP en un futuro ejecutivo. Hasta que se puedan desvelar esas dudas, la candidatura de Merz cuenta con un amplio apoyo dentro de la CDU.

Algo que está dentro de su estrategia: aglutinar las diferentes facciones de la familia conservadora para, entre otras cosas, lastrar el peso y el liderazgo del líder de la CSU y presidente de Baviera, Markus Söder, quien también se postuló para alcanzar la candidatura a canciller. Ahora, con la decisión tomada, parece que la calma reina de nuevo en el seno de los conservadores aunque no obstante, la elección no parece haber causado por el momento un gran entusiasmo, ni entre la población ni dentro del partido.

Las debilidades de Merz no solo son conocidas entre los dirigentes del partido: para algunos votantes, parece no estar a la altura de los tiempos. El hombre de 68 años no obtiene buenos resultados en las encuestas, especialmente entre las mujeres y los votantes jóvenes. Además, nunca ha ocupado un cargo gubernamental o, en el pasado, no siempre pareció seguro al afrontar las críticas, incluidas las que le llegaban desde su propia formación. Después de perder el poder en las elecciones de 2021 –las primeras sin Angela Merkel como candidata-, Merz reconstruyó la CDU como presidente y reorganizó su contenido con un programa que, a partir de ahora, marcará la directriz de la próxima campaña electoral.

Un programa que deja atrás la era Merkel y retorna a lo conservador. Desde esa posición, Merz se creció en su papel de líder de la oposición y se benefició de temas tan actuales como las discusiones en torno a la migración, con las que trató de ganar puntos en base a sus sonados desacuerdos con el gobierno. Ahora, deberá jugar ese doble rol: líder de la oposición y candidato a canciller. No será su única tarea. También tendrá que tantear diferentes combinaciones ya que, aunque mejorase la estimación de voto, la Unión necesitará al menos un socio de coalición.

Las encuestas lo sitúan en torno al 34%. Wüst y Daniel Günther, los presidentes de Renania del Norte-Westfalia y Schleswig-Holstein, son dos ejemplos que demuestran que una coalición con el partido de Los Verdes podría funcionar. «Hemos demostrado que podemos trabajar con los ecologistas ya que, a diferencia del gobierno de coalición, trabajamos juntos en proyectos», aseguró Günther. No obstante, esta no es una opción para el líder de la CSU. Desde la perspectiva bávara, ni los Verdes, ni la ultra Alternativa para Alemania, ni la BSW (Alianza Sahra Wagenknecht) son una opción. Söder lo ha dejado claro más de una vez.

La cohesión de la que tanto se habla tendrá que medirse en función de esta cuestión, lo que podría convertirse en una prueba de estrés para la relación entre los partidos hermanos.