Cazas y helicópteros Apache contra turistas mexicanos

Todo ocurrió en el desierto occidental de Egipto, concretamente la zona situada entre los oasis de Dajla y Bahareya se tornó el pasado sábado en un escenario dantesco cuando el Ejército egipcio atacó «por error» a un grupo de turistas mexicanos y a los guías que los acompañaban, según hizo público el Ministerio del Interior del país en la madrugada de ayer. En un comunicado difundido más de diez horas después del incidente, las autoridades confirmaron que doce personas habían fallecido y diez habían resultado heridas sin ofrecer datos sobre las circunstancias de la embestida o sobre las identidades de las víctimas. Entre quienes perecieron bajo el fuego de las Fuerzas de Seguridad se encuentran, al menos, ocho mexicanos según familiares de los difuntos consultados por la agencia Reuters. Ante la gravedad de los hechos, el primer ministro, Ibrahim Mehleb, se desplazó hasta el hospital de Dar al Fuad, centro al que fueron trasladados los supervivientes del ataque. En declaraciones a LA RAZÓN, el mandatario, mostraba la consternación de su Gobierno por un error fatal: «Estad seguros de que les vamos a dar el mejor tratamiento. Estamos muy afectados, esto ha sido algo que ha tocado a todos los egipcios, pero hay que entender que estamos en medio de una lucha antiterrorista», puntualizó Mehleb.

La filial egipcia del Estado Islámico, rebautizada como Wilayat Sina (Provincia del Sinaí), había anunciado horas antes su inicio de actividades en la zona desértica próxima a la convulsa Libia a través de las redes sociales. Según las autoridades locales, «una fuerza conjunta de la Policía y el Ejército se hallaba persiguiendo a elementos terroristas cuando se enfrentó, por error, a cuatro todoterrenos que correspondían a los de los turistas mexicanos, quienes se encontraban en un área restringida». En la recepción del hospital Dar al Fuad, los amigos de Nabil al Tamawi, guía turístico fallecido en el ataque, relataban a este diario cómo un grupo de cazas de combate y helicópteros del Ejército comenzaron a bombardear a los excursionistas y a sus acompañantes cuando realizaban un alto en el camino para comer.

Compañero de profesión de Nabil, Hisham Dawdat no comprende cómo es posible que los militares no supieran que estaban asesinando a inocentes: «Tenían permiso para hacer el viaje, expedido por la Policía turística», se lamentaba. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, expresó su aflicción en su cuenta de Twitter y reclamó que se depuren responsabilidades: «México condena estos hechos en contra de nuestros ciudadanos y ha exigido al Gobierno de Egipto una exhaustiva investigación», afirmó. Su Ejecutivo exhortó a las autoridades egipcias a conducir las pesquisas «de forma objetiva» con el fin de arrojar luz sobre un asalto sin precedentes acometido por las fuerzas del país africano.