Crisis política en Italia
Fumata negra en el Quirinal
La segunda votación para elegir a quien sucederá a Giorgio Napolitano como presidente de la República de Italia tampoco ha conseguido arrojar esta tarde un ganador, ya que ningún candidato ha obtenido los 672 votos necesarios.
Soñaba hace unos días en voz alta el «número dos» del izquierdista Partido Democrático (PD), Enrico Letta, con que el nuevo presidente de la República fuese elegido en el primer día de votación para mandar así un mensaje de normalidad institucional a los italianos, a los socios europeos y a los inversores internacionales. Las dos fumatas negras con que acabaron los escrutrinos realizados ayer en el Parlamento hacen que el sueño se haya convertido en una pesadilla, sobre todo para el líder del centro izquierda, Pier Luigi Bersani, quien tuvo que ver con consternación cómo su candidato, el ex presidente del Senado Franco Marini, no alcanzaba los apoyos suficientes para convertirse en el sustituto de Giorgio Napolitano, que finaliza en mayo su mandato.
En la votación de la mañana, Marini, que contaba también con el apoyo del Pueblo de la Libertad (PDL) de Silvio Berlusconi y de la Liga Norte (LN), obtuvo 521 papeletas, lejos de los dos tercios necesarios de la Asamblea (671). Por detrás de él, con 240 votos, quedó Stefano Rodota, el candidato propuesto por el Movimiento 5 Estrellas (M5E) del humorista genovés Beppe Grillo después de que renunciaran las dos personas que le precedían en la lista de aspirantes confeccionada por los militantes de esta formación anticasta que dio la sorpresa en las elecciones anticipadas del 24 y 25 de febrero. Eran la prestigiosa periodista Milena Gabanelli y Gino Strada, fundador de la ONG Emergency. Rodotà es un octogenario izquierdista con una larga carrera en el Parlamento y como jurista.
En el escrutinio vespertino, Marini sólo logró 15 papeletas, debido a que tanto el PDL como el PDL decidieron votar en blanco. La LN ni siquiera participó. Espera a la cuarta votación, que se celebrará esta tarde si en la tercera, que tendrá lugar por la mañana, nadie alcanza el quórum necesario. En el voto de esta tarde la fumata blanca es más accesible, pues los apoyos necesarios para convertirse en el próximo inquilino del Palacio del Quirinal, sede la jefatura del Estado, pasan de dos terceras partes a la mitad más uno.
El hecho de que hagan falta «sólo» 504 papeletas en ese escrutinio hace que Marini aún tenga esperanzas de ser presidente de la República. Es por ello que anoche se negó a arrojar la toalla, como le había pedido Bersani. Esta mañana, antes del primer voto, el líder del PD se reunirá con los pesos pesados de su formación para decidir si siguen apostando por el ex presidente del Senado o presentan a otro candidato. La posición de Bersani es cada vez más débil: ayer, algunos de sus parlamentarios y sus aliados no le hicieron caso y votaron a Rodotà en lugar de a Marini. Y es que muchos en el PD rechazan apoyar a un democristiano de la «casta».
Renzi, preparado para asaltar la izquierda italiana
Algunos comentaristas esperaban que una elección rápida y clara del presidente de la República contribuyese a allanar el camino para la formación del próximo Gobierno. De momento, parece que no va a ser así. Los escrutinios sí que están sirviendo, en cambio, para que el líder izquierdista, Pier Luigi Bersani, esté cada vez más cerca de convertirse en un cadáver político. Consciente de que su momento está próximo, Matteo Renzi, alcalde de Florencia y rival derrotado por Bersani en las primarias de diciembre, desembarca hoy en Roma. Su presencia mete más presión al secretario general del Partido Democrático (PD). Renzi considera el fracaso de Marini una derrota de Bersani, al que pide unas nuevas primarias antes de las próximas elecciones. Los comicios, que podrían celebrarse en junio, parecen casi inevitables, pues el PD no acepta un pacto con la derecha de Silvio Berlusconi y el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo se niega a aliarse con las formaciones tradicionales.
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