Golpe de Estado
El general Nguema jura su presidencia en Gabón y defiende el golpe como "un acto patriótico"
El que fuera líder de la Guardia Republicana ha prometido unas elecciones libres y la reforma de la Constitución, pero sin ofrecer una fecha exacta
Vestido con el uniforme de la Guardia Republicana como disfrutando de la paradoja que significa un golpe de Estado contra el hombre que juró mantener en el poder, embutido de medallas obtenidas a lo largo de su extensa carrera militar, impoluto, como un muñeco nuevo, el general de brigada Brice Oligui Nguema juró este lunes su cargo como presidente transitorio de Gabón. Levantó la mano izquierda y juró “ante Dios y ante el pueblo gabonés, y preservando en toda su medida el régimen de la República, respetando y haciendo respetar la Carta de la Transición y la ley”.
El presidente del Tribunal Constitucional confirmó su nombramiento. Los invitados al evento, entre los que se encontraban funcionarios europeos, aplaudieron. Miles de ciudadanos congregados a las afueras del Palacio Presidencial de Libreville agitaron pequeñas banderas de Gabón y vitorearon a su nuevo líder.
Gabón se embarca así en una nueva aventura que parece haberse suavizado en el contexto internacional, tras una primera mesada de reacciones negativas por parte de la Unión Europea y de Francia en particular. Al contrario de lo ocurrido en Níger, aquí no se prevén intervenciones militares, ni han surgido disputas en lo que respecta a la presencia de militares y diplomáticos franceses en suelo gabonés. Es más: Nguema ha dejado claro en los sucesivos comunicados del CTRI y propios que desea reforzar las relaciones de su nación con Francia, después de garantizar que se respetará la integridad física del expresidente Ali Bongo.
Guardan ahora silencio los panafricanistas que aparecieron el día del golpe para anunciar un cambio glorioso y libertario en la política gabonesa, una vez se enfrentan a la realidad donde el propio Nguema confirmó que los eventos en su país no guardan relación alguna con el golpe de Estado acontecido este mes de julio en Níger. El recién nombrado presidente ha garantizado a su vez “un periodo de transición” y la celebración de unas elecciones “libres y transparentes” que tendrán lugar en un futuro todavía por determinar. Y la oposición anunció a su vez encontrarse satisfecha con estas promesas sin fecha.
El general Nguema ha prometido igualmente organizar un referéndum donde se votará la nueva constitución gabonesa, así y como reformar la ley electoral y el código penal. Todo ello sin una fecha exacta. Tras su jura, defendió el golpe de Estado ocurrido la semana pasada calificándolo como “un acto patriótico”.
Que Nguema jurase su presidencia vestido con el uniforme de la Guardia Republicana genera una contradicción que aporta tintes novelescos a la trama de Libreville, pero hay otras. Por ejemplo, que fuera investido por el presidente del Tribunal Constitucional cuando la Constitución de Gabón ha quedado obsoleta tras el golpe y se pretende crear una nueva, todo ello a sabiendas de que el expresidente Ali Bongo ya garantizó en marzo de 2023 una revisión de la carta magna. Y el hecho de que la oposición del gobierno previa al golpe de Estado siga ocupando el puesto de la oposición, sin que nada haya cambiado a efectos prácticos en este aspecto, no deja de suponer una gris sentencia en lo que respecta a las aspiraciones democráticas del pueblo gabonés. Una cita del autor italiano Tomasi di Lampedusa podría así aplicarse sin remordimientos al género político que se desarrolla en Gabón: “Que todo cambie para que todo siga igual”.
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