Italia

Giuseppe Conte, un hombre «serio» para dejar atrás la amenaza populista

El dirigente italiano promete devolver Italia a la senda de la UE y recuperar el prestigio de las instituciones

El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte/DPA
El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte/DPAlarazon

El dirigente italiano promete devolver Italia a la senda de la UE y recuperar el prestigio de las instituciones

Giuseppe Conte tiene la suerte o la desgracia de compartir apellido con uno de los grandes ídolos de un país obsesionado con el balón. Como hace años que ni la selección ni los clubes les dan grandes alegrías a los italianos, los «tifosi» ya no admiran tanto a las estrellas que saltan al campo sino a los entrenadores. Porque eso también es muy italiano, profesar veneración por quien dirige.

El caso es que cuando hace un año sonó el nombre de un tal Giuseppe Conte para presidir el Gobierno, uno de los chascarrillos más repetidos por las calles era que para traer a alguien de fuera a mandar, mejor hubiera sido Antonio Conte, ex seleccionador nacional.

Giuseppe era un abogado desconocido al que hubo que ir a buscar a la Universidad de Florencia, donde daba clases de Derecho, para que el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga contaran con un notario a sus órdenes. Este lunes, cuando Antonio Conte debutó esta temporada con el Inter, ambos volvieron a compartir portadas. Uno como la nueva esperanza del fútbol italiano y otro como hombre de Estado. De igual a igual, lo que ya es mucho. Y esta vez sin bromas.

Giuseppe Conte (Volturara Appula, 1964) se presentó al gran público como el «abogado del pueblo», un giro poético con el que dar vida a un Gobierno populista. Sus funciones eran las de todo primer ministro, pero nunca antes en la historia italiana éste había tenido a dos vicepresidentes que le dictaban órdenes. En sus primeras comparecencias incluso les miraba, a Luigi Di Maio del M5E, y a Matteo Salvini, de la Liga, para comprobar que no se salía del guión. Poco más de un año después, el mismo Conte le dio una lección a Salvini en el Senado, llena de paternalismo y condescendencia, que terminó por arruinar su experiencia de Gobierno.

Entre medias, Conte ha vivido en el mundo real de los mandatarios. No en las televisiones ni en las redes sociales, sino en las cumbres y en los asuntos de Estado. Su mediación fue fundamental para evitar la primera sanción de la UE a un país miembro por la desviación de sus presupuestos, mientras sus vicepresidentes presumían de ir por libre. Aunque su mayor popularidad llegó cuando se le vio en total complicidad con Merkel, confesándole lo difícil que era tratar con Salvini.

Gracias a su perfil de hombre serio, Conte se ganó el respaldo de la UE e incluso de Donald Trump. Tras el último G-7, el tuit del estadounidense deseándole que siguiera en el cargo se entendió como un empujón definitivo. Ayer Conte recibió el encargo del presidente de la República, Sergio Mattarella, de liderar un nuevo Ejecutivo.

Éste aceptó, a la espera de conformar su equipo, y dio un discurso desde la sede de la jefatura del Estado de alguien que viene a restaurar la normalidad. «Debemos permitir que Italia desarrolle el papel protagonista que merece en la UE», a través del «multilateralismo basado en la cultura euroatlántica y el encuadramiento europeo», pronunció.

Una toma de posición clara hacia los aliados tradicionales de Italia, un guiño al sector institucional que ha apoyado su nombramiento y una señal de ruptura con el pasado como piden desde el PD. La jornada terminó en los mercados con una fuerte subida de la Bolsa de Milán y con la prima de riesgo en mínimos desde hace más de un año.

El primer ministro en funciones reiteró que el próximo «no será un Gobierno contra», como argumenta Salvini, quien habla de una conspiración internacional para apartarlo del poder. De hecho, el líder de la Liga ya ha anunciado un otoño de manifestaciones. Conte inició ayer una ronda formal con todos los partidos, que proseguirá hoy, para coordinar programa y el nombramiento de ministros.

Aunque la verdadera negociación la desarrollan M5E y PD. Desaparecerá la bicefalia y el contrato de Gobierno, la suma de medidas que acordaron por escrito los «grillinos» y la Liga. El próximo Ejecutivo será más convencional, previsiblemente con una vicepresidencia de los socialdemócratas, que también aspiran a carteras de Estado. En unos días, Conte llevará la lista de los ministros a Mattarella, para que después juren sus cargos y reciban el visto bueno del Parlamento.