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Mariusz Blaszczak, ministro de Defensa:

«Retirarse ahora de la guerra sería admitir el error del Kremlin y la necesidad de afrontar las consecuencias de este bárbaro ataque»

El ministro de Defensa polaco, Mariusz Blaszczak, explica a LA RAZÓN que no se pueden consentir las brutales violaciones de los acuerdos internacionales o los crímenes de guerra. «Si lo permitimos, Putin no se detendrá»

Minister of National Defense, Mariusz Blaszczak attends the last unit of Polish soldiers landed at the airport in Wroclaw, Poland.
El ministro de Defensa Nacional, Mariusz Blaszczak, asiste al desembarco de la última unidad de soldados polacos en el aeropuerto de Breslavia (Polonia)Krzysztof Zatycki / NurPhotoVia AFP

Polonia es uno de los países que más sufre la invasión rusa de Ucrania. La guerra ocurre en sus puertas, de ahí que haya reforzado sus fronteras así como entregado a Kyiv armamento por valor de más de 2.200 millones de euros. Lo remarca el ministro de Defensa polaco, Mariusz Blaszczak, (Legionowo, 1969), quien en entrevista con LA RAZÓN recuerda también el temple que tuvieron cuando dos ciudadanos polacos fallecieron en noviembre tras un ataque ruso contra Ucrania. «Teníamos que reaccionar de forma comedida y mantener la cabeza fría hasta que se aclarase».

Cuando se ha cumplido ya un año de la invasión rusa de Ucrania, ¿cómo ha reforzado Polonia sus fronteras?

El año pasado no sólo estuvo marcado por la guerra en Ucrania, que provocó enormes movimientos de población hacia la frontera oriental de nuestro país. También lo estuvo por el anterior ataque híbrido contra la frontera polaco-bielorrusa: el régimen de Lukashenko, de acuerdo con el Kremlin, intentó desestabilizar la situación de seguridad utilizando instrumentalmente a inmigrantes ilegales a los que prometió un paso fácil a través de nuestra frontera. La construcción de una barrera física en la frontera con Bielorrusia y de una barrera similar en la frontera con la región de Kaliningrado, así como la introducción de las más modernas medidas de vigilancia y control, permitieron detener este ataque. En el caso de la frontera con Ucrania, la situación es diferente: mantener despejados los pasos fronterizos en una situación de guerra y con una enorme masa de auténticos refugiados fue sin duda un gran reto para todos los servicios, pero lo conseguimos.

Polonia está formando a civiles como soldados para ser lo suficientemente poderosos como para desafiar a Rusia, ¿cómo ha respondido la población al proyecto «Entrenar con el Ejército»?

El objetivo del proyecto es proporcionar a todo el mundo que lo desee conocimientos básicos de seguridad, supervivencia o primeros auxilios; esto no puede verse como un desafío a nadie. Una persona con esos conocimientos se enfrentará mejor a una crisis: podrá mantenerse a salvo a sí misma y a sus seres queridos con mayor facilidad. La oferta del Ejército recibió una gran respuesta por parte de la población: ya se cuentan por miles los que han recibido formación, la conclusión es clara: la gente necesitaba y necesita esos conocimientos y habilidades.

El 15 de noviembre, Occidente contuvo la respiración. ¿Pensaban que Polonia iba a entrar en la guerra? ¿Cómo recuerda aquella trágica noche?

Sí, fue una situación extraordinaria. El Ejército polaco está preparado para cualquier eventualidad, pero sobre todo debemos mantener la cabeza fría y ser responsables. Hasta que se aclare la situación –especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania– habría sido extremadamente irracional emprender cualquier acción que pudiera poner en peligro a Polonia, o a cualquier otro país de la OTAN. Teníamos que reaccionar de forma comedida y responsable durante esta crisis. Y hemos sido elogiados por esta actitud por nuestros socios tanto en la OTAN como en la UE.

¿Por qué Polonia ha sido uno de los países que más ha ayudado a Ucrania?

Ayudamos militar, humanitaria y diplomáticamente a una escala sin precedentes, porque sabemos lo que es el sufrimiento humano, porque sabemos a lo que conduce la guerra, porque sabemos de lo que es capaz Rusia; basta con mirar la historia de Polonia. Por encima de todo, Polonia, Europa, el mundo entero no puede permitir la brutal violación del orden geopolítico de posguerra, de los crímenes de guerra, de ignorar las fronteras establecidas y los acuerdos internacionales. Si lo permitimos, Putin no se detendrá.

Usted también ha sido uno de los líderes de la UE y la OTAN que más ha abordado las necesidades de Ucrania. ¿Intentará convencer a los miembros de la OTAN y de la UE de que den más armas a Kyiv? ¿Qué hay de los cazas y otras fuerzas aéreas?

Debo de subrayar que gracias a los esfuerzos de Polonia se tomó la decisión de enviar las baterías Patriot a Ucrania y ya llegaron los primeros tanques Leopard, entre otros; no sólo somos el principal punto de transferencia de ayuda, sino también uno de los mayores donantes. Desde el comienzo de la guerra, hemos transferido a Ucrania armamento por valor de más de 2.200 millones de euros, y esta cantidad no incluye los gastos en los que incurrimos para entrenar a los soldados ucranianos, ni el último paquete de «blindados», que incluye los tanques Leopard 2A4. Pero quiero subrayar aquí que sólo nuestra acción conjunta –la acción de todo el mundo libre– puede inclinar la balanza de este injusto conflicto hacia el lado justo. En cuanto a la cuestión de los aviones, las decisiones al respecto deben tomarse a un nivel aliado más amplio.

¿Le preocupa la ofensiva que lanzará Rusia en los próximos días? ¿Puede ser aún más sangrienta?

La guerra en Ucrania es ya el conflicto más sangriento en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial; por desgracia, cuanto más dure la guerra, más bajas se producirán. Creo que la resistencia decidida y valiente de los ucranianos que luchan por la libertad de su país, combinada con la ayuda de todo el mundo libre, conducirá a un final feliz de esta guerra: una victoria para Ucrania, porque es la única opción justa.

¿Cuánto tiempo puede durar la guerra?

Una pregunta difícil... Empezando por la escala de fuerzas y recursos y la forma en que se están llevando a cabo actualmente las operaciones de combate en Ucrania, me temo que es cuestión de meses más que de semanas. Rusia está empantanada en Ucrania –como antes lo estuvo en Chechenia y Afganistán– y, al mismo tiempo, retirarse ahora de la guerra sería admitir el error del Kremlin y la necesidad de afrontar las consecuencias de este bárbaro ataque.

¿Qué más esfuerzos pueden hacerse para detener la invasión de Vladimir Putin?

Tenemos que ser coherentes a la hora de proporcionar ayuda a Ucrania e igualmente coherentes a la hora de cumplir las sanciones. La presión militar en forma de suministro de equipos a los ucranianos y la presión económica y política sobre Rusia son las formas más eficaces de presión sobre ese país. No debemos sentirnos cansados o exentos de apoyar a Ucrania, esta nación también lucha por nuestra libertad, por la libertad y los valores de Europa.

Una formación de tres aviones militares rusos fue interceptada cerca de Polonia sobre el mar Báltico. ¿Es esto habitual? ¿Cómo se puede hacer frente a estas amenazas?

Nuestra Fuerza Aérea está preparada para responder inmediatamente a cualquier amenaza potencial -el comportamiento ruso no es nada nuevo- lo hicieron durante la Guerra Fría, lo siguen haciendo ahora. Recordemos que la seguridad aérea de la región también está vigilada por aviones de otros países de la OTAN, incluidas las fuerzas que operan en el marco de la misión de Policía Aérea de la OTAN. Polonia forma parte de ella.

¿Ha observado más movimientos militares en los últimos días en Kaliningrado?

No puedo responder a esta pregunta, pero puedo asegurarle una cosa: esta zona se vigila muy de cerca todo el tiempo y el Ejército polaco apoya la protección de la frontera con la región de Kaliningrado.

¿Cómo valoró la visita del presidente de EE UU Joe Biden a Polonia durante el aniversario de la invasión rusa, en una semana tan crucial para el mundo?

Las relaciones entre Varsovia y Washington son muy sólidas desde hace muchos años, y considero la visita de Biden como una confirmación de nuestra alianza estratégica y de nuestros compromisos mutuos. La presencia del presidente estadounidense en Varsovia y Kyiv es una clara señal de que EE UU no va a permitir que se socaven los principios fundamentales de las relaciones bilaterales y de alianza. Esto no sólo envía una señal clara a Putin, sino también a la propia OTAN: juntos estamos seguros, y el Artículo 5 del Tratado de Washington sigue siendo un compromiso inquebrantable.