Política

Grecia

Grecia desafía a la troika

El ministro de Finanzas, Varufakis, la rechaza como interlocutor para negociar la deuda. Asegura que «no quiere trabajar con una comisión que no tiene razón de existir». Dijseelbloem recuerda que el Eurogrupo es el acreedor del 60% de la deuda griega

El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, evidencia su desacuerdo con Dijsselbloem
El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, evidencia su desacuerdo con Dijsselbloemlarazon

El ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, la rechaza como interlocutor para negociar la deuda. Varoufakis asegura que «no quiere trabajar con una comisión que no tiene razón de existir». Dijseelbloem recuerda que el Eurogrupo es el acreedor del 60% de la deuda griega

La negociación de Grecia con la troika (BCE, FMI y Comisión Europea) empieza sin que la primera de las partes reconozca a la segunda. El nuevo ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, señaló ayer que el Gobierno heleno no considera a la troika de acreedores como interlocutora válida en las negociaciones sobre el programa de rescate de Grecia. En un bar de Atenas, donde se podía seguir en directo por televisión la comparecencia conjunta de Varufakis con el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, muchos se echaban las manos a la cabeza, mientras que otros gritaban «orgullo».

«No tenemos intención de trabajar con una comisión que no tiene razón de existir, incluso desde la perspectiva del Parlamento Europeo», dijo Varufakis en una rueda de prensa donde se pudo sentir la tensión desde el apretón de manos. Varufakis recordó que «este Gobierno fue elegido con un programa que no admite el actual diseño de rescate ni tampoco que la deuda puede ser pagada», para añadir que su intención es cooperar plenamente con los socios europeos. «Intentaremos convencer a todos nuestros socios en Finlandia o en otros países de que debemos encontrar una solución para el interés común europeo», aseguró.

«El acuerdo tiene continuidad, pero no aceptaremos una continuidad que alimente nuestra crisis y haga inviable la deuda», insistió el nuevo ministro de Finanzas y economista greco-australiano, que ni siquiera miró a su homólogo holandés cuando éste le susurró algo al oído. Por su parte, Dijsselbloem subrayó que el programa de rescate se extiende hasta finales de febrero y que «antes de eso decidiremos lo que se hará. No hay ninguna conclusión todavía». Sobre la posible creación de una conferencia sobre la deuda, asunto que Varufakis expuso al dirigente del Eurogrupo, éste se mostró tajante. «Esta conferencia ya existe y se llama Eurogrupo», zanjó. Dijsselbloem añadió que el Eurogroupo está comprometido a apoyar a Grecia a condición de que ésta cumpla sus promesas. «Los problemas de la economía griega no desaparecieron con las elecciones», recalcó el dirigente europeo, «los griegos han pasado por mucho en los últimos años, se han hecho muchos progresos y es importante no perderlos». Ninguno de los mandatarios hizo referencia a la quita de la deuda, opción que, según medios locales, se podría haber discutido durante la reunión.

Algo más calmada fue la reunión de Dijsselbloem con el nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, que expresó su confianza en alcanzar un acuerdo con los socios europeos. «Existe buena intención de llegar a un beneficioso consenso mutuo. Ese acuerdo será positivo para Europa y personalmente para Dijsselbloem», defendió Tsipras. Sobre la posibilidad de romper con los acuerdos del programa de rescate y cancelar los memorandos con una enmienda parlamentaria, como proponía Syriza antes, Tsipras matizó que «habrá un compromiso para mantener un presupuesto equilibrado con superávit primario». Coincidiendo con la visita del mandatario europeo, Tsipras se comprometió a «recuperar la economía sin cargar a los contribuyentes europeos», una afirmación que sirvió para responder a las reacciones de varios ministros europeos que esta semana expresaron su preocupación por recuperar el dinero prestado a Grecia. «No queremos crear nuevos déficits, pero tampoco queremos vivir constantemente con déficits sociales. Estamos también comprometidos con un mandato popular a poner en marcha nuestro programa, centrado en resolver la crisis humanitaria, recuperar la economía y aumentar el empleo», aseveró Tsipras.

El encuentro de ayer estuvo marcado por las declaraciones de Dijsselbloem antes de aterrizar en Atenas, en las que aseguraba que «si se cumplen todas las promesas electorales de Syriza, la economía griega descarrilará». El líder europeo afirmó que estaba preparado para escuchar las propuestas sobre aliviar la deuda, pero dejó claro «que lo más importante para Grecia es mantener los acuerdos que se han firmado». «Si los grandes gastos se llevan a cabo, el superávit del presupuesto se convertirá en déficit, y el alivio de la deuda no ayudará», apuntó. Según Dijsselbloem, Grecia tiene la ambición de seguir en la eurozona, «y eso lo tienen que permitir sus socios», advirtió. Como estaba previsto, la Eurocámara será el primer hueso duro de roer para el nuevo Gobierno de Tsipras, al que desde Europa pretenden domar con más visitas oficiales a la capital griega. Neupic

Las consecuencias de la ruptura

- Caída de la Bolsa. La Bolsa de Atenas cerró su primera semana con una caída del 14,1%. Sólo el miércoles los activos financieros cayeron un 26%.

- Riesgo de los bonos. El rendimiento de los bonos a tres meses se situaba ayer en un 11,172%, muy por encima del 10,08% previo a las elecciones.

- Prima de riesgo. La prima de riesgo se disparó hasta los 1.087 puntos básicos, 250 puntos más desde el cierre del pasado viernes.

- Tensiones con la UE. Grecia tensa las relaciones con Bruselas después de que Tsipras se mostrara contrario a la aplicación de nuevas sanciones a Rusia.

- Descontento de los inversores. El ministro de Comercio chino declaró que su país está «muy preocupado» por los planes de paralizar privatizaciones.