Grecia desaloja el campo de refugiados de Idomeni

La policía griega comenzó esta mañana a desalojar el campamento improvisado de Idomeni, en la frontera con Macedonia, donde se encuentran mas de 8.400 refugiados.

La policía griega comenzó esta mañana a desalojar el campamento improvisado de Idomeni, en la frontera con Macedonia, donde se encuentran mas de 8.400 refugiados. Según informan los medios presentes en el lugar, los primeros dos autobuses han abandonado ya el campamento rumbo a alguno de los nuevos centros oficiales abiertos en el norte de Grecia. Varios centenares de policías han bloqueado el acceso al campo y ya durante la noche pidieron a los medios y a los voluntarios que abandonaran el lugar.

La policía, con la ayuda de intérpretes, ha estado desde anoche informando a los refugiados de la operación de traslado.

Según informa la cadena de televisión pública, el ambiente es por ahora tranquilo y muchos refugiados esperan con calma ante los autobuses a ser trasladados.

A lo largo de la jornada de ayer ya fueron llevadas a estructuras organizadas unas 2.500 personas, pero a primeras horas de la mañana continuaban en Idomeni más de 8.400.

La policía ha asegurado que la fuerte presencia de las fuerzas antidisturbios es una mera "medida de precaución", para reaccionar en el caso de que haya personas que se nieguen a desalojar el campamento.

El Gobierno ha venido insistiendo en las últimas semanas en que no tiene intención de llevar a cabo un desalojo forzoso, teniendo en cuenta que en el campamento hay numerosas mujeres y niños, informa Efe.

Según las autoridades griegas, se va a proceder al traslado de 8.500 migrantes desde este campo improvisado a otros centros oficiales habilitados por el Ejército y gestionados por algunas organizaciones humanitarias. El proceso estará terminado en unos diez días y tiene como motivación que estas personas puedan disponer de mejores condiciones higiénicas. A pesar de este mensaje de buena voluntad, la actitud de los cuerpos policiales no ha estado exenta de críticas por parte de las ONG que ayudan a los refugiados, pues creen que no se está evitando la violencia.

Lucha contra las mafias

Mientras, en Bruselas, los ministros de Exteriores de los Veintiocho realizaron tímidos pasos en la lucha contra las mafias. La UE dio luz verde a la prolongación un año más de la misión naval «Sofía» dedicada a combatir las redes de traficantes de personas que campan por el Mediterráneo central y que prometen llegar al «dorado» europeo. Esta prórroga, a su vez, tiene como objeto ampliar las funciones de esta misión para que pueda dedicarse a formar a guardacostas libios y contribuir al embargo de armas impuesto por Naciones Unidas, aunque para que esto último pueda ser una realidad deberá contar con una nueva resolución por parte de la ONU.

La misión está circunscrita, en este estadio, a la jurisdicción de las aguas internacionales y no puede patrullar en aguas territoriales libias debido a la situación de Estado fallido en el que está inmerso el país. A pesar de esto, hay algunos signos para la esperanza como la formación de un Gobierno de unidad nacional bajo auspicio de la ONU que, sin embargo, debe aún conseguir legitimidad interna. Precisamente, el nuevo Ejecutivo, presidido por Mohamad Fayez al Serraj, fue el encargado el pasado domingo de solicitar esta misión de entrenamiento de guardacostas libios.

En las conclusiones finales del Consejo de Ministros, los ministros destacaron la importancia de continuar la coordinación con socios internacionales como la ONU o la OTAN, éste último organismo ya apuntó la semana pasada que podría iniciar una cooperación con Sofía para hacer frente a las mafias migratorias en el Mediterráneo central, al igual que sucede en una misión militar en el mar Egeo. Por el momento, Sofía ha transferido a las autoridades de Italia, encargadas de este cometido, a 69 sospechosos, ha neutralizado 114 barcos y ha rescatado a unas 14.000 personas.