Terrorismo
El grupo opositor iraní en el exilio que apoya Vidal-Quadras
El respaldo del fundador de Vox a los Muyahidines del Pueblo de Irán, una «secta» asentada en Albania, pudo motivar el atentado que casi acaba con su vida
Alejo Vidal-Quadras recibió el pasado jueves un disparo en la mandíbula a escasos metros del portal de su casa en el barrio madrileño de Salamanca. Un asaltante desconocido abrió fuego con una pistola de 9 milímetros parabellum contra el exlíder del Partido Popular en Cataluña y fundador de Vox. La bala entró por una mejilla y salió por otra. No consiguieron acabar con su vida. Cuentan los testigos que Vidal-Quadras advirtió a quienes se acercaron para asistirle: «Ojo, a ver si vuelve». Pero el atacante abandonó finalmente la escena a bordo de una motocicleta Yamaha de color negro que fue hallada horas después del ataque en la localidad de Fuenlabrada.
El propio Vidal-Quadras denunció ya en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, donde permanece en situación estable, que el régimen iraní estaba detrás del atentado contra su vida. Sospechaba que el ataque se había producido en forma de represalia por sus estrechos vínculos con el Consejo Nacional de Resistencia de Irán (CNRI), el principal bloque opositor del régimen de los ayatolás, con sede en París. No en vano, el Ministerio de Exteriores persa sancionó en octubre del pasado año al propio Vidal-Quadras y a otras 11 personas por «sus acciones deliberadas de apoyo al terrorismo y grupos terroristas, la promoción e incitación al terrorismo, y propagación de la violencia y el odio, lo que ha causado disturbios, violencia, actos terroristas y violaciones de los derechos humanos contra la nación iraní». En la lista figuraban también los nombres de los eurodiputados españoles Javier Zarzalejos y Hermann Tertsch.
En concreto, la República Islámica aludía a la dilatada relación entre Vidal-Quadras y la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán (Moyahedin-e Jalq, MEK, por sus siglas), un grupo considerado terrorista por la Unión Europea y Reino Unido hasta 2009, y por Estados Unidos hasta 2012. El Departamento de Estado incluyó en esta categoría a la organización por sus presuntos atentados que provocaron la muerte de miembros personal estadounidense en suelo iraní a lo largo de la década de 1970. También por sus vínculos con dictador iraquí Sadam Husein.
El trabajo de Vidal-Quadras y otros líderes cercanos a la oposición iraní sirvió precisamente para sacar al MEK de la lista negra. Por eso, el expolítico de 78 años señaló a Teherán inmediatamente después de sufrir el atentado. En el mismo sentido se expresó Maryam Rajavi, presidenta del CNRI y esposa del fundador de la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán. Rajavi condenó esa misma tarde el ataque contra Vidal-Quadras y acusó «al fascismo religioso gobernante en Irán» como el «primer sospechoso» de su autoría.
En abril de 2014, poco antes de dar el salto a Vox, Vidal-Quadras organizó una conferencia sobra Irán en el Parlamento Europeo en la que intervino precisamente Rajavi. Fue su último servicio a la causa desde las instituciones europeas. Una treintena de miembros del CNRI transfirió un montante cercano al millón de euros en forma de agradecimiento por sus servicios prestados a la resistencia contra el régimen de los ayatolás. Un montante con el que financió la creación de Vox. Los donantes eran «empresarios iraníes en el exilio», aseguró Vidal-Quadras a El País. Buscaban mantener al exdirigente del PP, uno de los principales valedores de su causa, en la Eurocámara.
La Embajada de Irán en España respondió un día después del atentado a las acusaciones de Vidal-Quadras con la publicación de un escueto comunicado difundido en la red social X (antes Twitter) en el que ni siquiera menciona al que fuera vicepresidente del Parlamento Europeo. La nota, emitida como el título «condena del terrorismo», recoge que «con 17.000 víctimas inocentes por los actos terroristas de la secta MKO, la nación iraní ha sido y es una de las mayores y más antiguas víctimas del terrorismo», en referencia a la citada Organización de los Muyahidines del Pueblo. En el comunicado, la Embajada persa asegura que «la lucha contra el terrorismo y llevar a los autores de actos terroristas ante la justicia, se definen como uno de los principios y prioridades de la política exterior de la República Islámica de Irán, que condena firmemente cualquier tipo de operación terrorista».
¿Qué es el MEK?
Fundado en 1965 por un grupo de estudiantes islamistas de inspiración marxista opuestos a la dictadura del Sha, Mohammad Reza Pahleví, el MEK ayudó a los islamistas a tumbar el régimen en el marco de la Revolución iraní de 1979. Sin embargo, su relación con los clérigos se rompería en 1981 hasta el punto de protagonizar un atentado en el que el actual líder supremo, Alí Jamenei, perdió la movilizad del brazo derecho. La persecución de la recién estrenada República Islámica empujaría a sus miembros al exilio en París, de donde fueron expulsados por el Gobierno de Jacques Chirac cinco años después. Ya en 1986, la organización trasladó su base de operaciones al este de Irak, desde donde planeó atentados contra objetivos civiles y militares al otro lado de la frontera iraní y ayudó a Sadam a reprimir la disidencia interna.
Aislado en su base iraquí, bajo el férreo control de Rajavi, marido de la líder actual, el MEK se convirtió en una secta. Un informe encargado por el Gobierno de EE UU, basado en entrevistas realizadas en el campo de Ashraf, concluyó que tenía «muchas de las características típicas de una secta, como el control autoritario, la confiscación de bienes, el control sexual (incluido el divorcio obligatorio y el celibato), el aislamiento emocional, los trabajos forzados, la privación del sueño, los abusos físicos y las limitadas opciones de salida».
El grupo puso en marcha en los 90 una campaña que incluyó múltiples atentados selectivos contra altos cargos del régimen de los ayatolás. En abril de 1992 demostró su alcance con ataques coordinados contra misiones diplomáticas en una decena de países, incluida la misión iraní ante la ONU en Nueva York. Sin embargo, tras la invasión estadounidense y con la llegada al poder del primer ministro proiraní Nuri al-Maliki sus aproximadamente 3.000 miembros tuvieron que hacer de nuevo las maletas. Se reubicaron en Camp Hurriya (Liberty), cerca de Bagdad, a la espera de encontrar un nuevo destino.
En la actualidad, el grueso de la organización ha establecido su base de operaciones en Albania desde que la Administración Obama negociara su traslado allí en 2012. Cerca de 2.300 personas residen en un campamento en la capital, Tirana, construido por la propia organización que ha llegado a visitar el propio Vidal-Quadras, según declaró a El Confidencial en 2019. El expolítico español no percibió ninguna anomalía, sin embargo, varios antiguos miembros que consiguieron desertar denuncian haber sido objeto de abusos sistemáticos como o aislamientos, además de confiscaciones de bienes y segregación familiar, recogen organizaciones en defensa de los derechos humanos como Human Rights Watch (HRW).
Cada verano celebra en París la conferencia «Free Irán» en contra del régimen de los ayatolás, a la que han acudido personalidades como John Bolton, exconsejero de Seguridad Nacional durante la Administración Trump, Rudy Giuliani, exabogado del magnate, el difunto John McCain o el propio Vidal-Quadras.
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