Lucha de poder
Grupos afines a Evo Morales toman a militares como rehenes en un cuartel en Bolivia
Una multitud de 2.000 personas armadas con palos y armas irrumpen en el cuartel general de Cochabamba mientras Morales permanece escondido
Seguidores de Evo Morales han escalado las acciones contra el gobierno de Luis Arce, ambos del mismo partido político en Bolivia. Este viernes un grupo irrumpió en un regimiento militar en el Trópico de Cochabamba -en la zona central del país- y tomaron como rehenes a los militares y civiles que allí estaban. La acción se pretendió como respuesta a los operativos ordenados por el gobierno nacional para desbloquear los caminos que llevan 19 días cortados por continuas protestas a favor del expresidente.
El país supo lo ocurrido por la transmisión de una cadena local de televisión que difundió un video mostrando a un grupo de seguidores de Morales tomando la base Cacique Juan Maraza armados con palos y exigiendo al comandante de la unidad deponer las armas y no atender las órdenes del Ejecutivo nacional.
Cerca de veinte personas, entre militares y personal civil, estarían en estos momentos retenidos en un regimiento del Ejército de Bolivia situado en la localidad de Villa Tunari, en Cochabamba.
Unas 2.000 personas han irrumpido de forma violenta en el cuartel Cacique Juan Maraza, según ha relatado uno de los militares que se encuentra retenido a través de un vídeo difundido por varios medios bolivianos. "Nos han cortado el agua, la luz y nos han tomado como rehenes", ha contado.
Las demandas de los simpatizantes de Morales pasan por la renuncia del presidente Luis Arce y la no intervención de las fuerzas de seguridad en los bloqueos que han levantado en decenas de carreteras por todo el país y contra los que el Gobierno ha lanzado un gran operativo en las últimas horas. "La vida de todos mis instructores y de mis soldados está en peligro", se escucha decir a este soldado en medio de las peticiones de los asaltantes para que dimita Arce, quien advirtió estos días a Morales y a sus acólitos de que de no acabar con los bloqueos tendría que ejercer sus "facultades constitucionales".
A los Tipnis se les conoce como los territorios indígenas del Chapare, en el departamento de Cochabamba, donde Morales tiene su mayor base política. Ahí mismo el líder cocalero de 65 años permanece resguardado - según su partido - ante una probable orden de aprehensión de la fiscalía por el presunto abuso de una menor en 2015, cuando era presidente. Morales rechaza la acusación como una "mentira más" orquestada por el gobierno de su exministro Luis Arce.
El cuartel Cacique Juan Maraza fue tan solo el primero. Poco después, los cocaleros intentaron tomar el Regimiento de Infantería RI-21 pero la acción fue impedida por los militares en el luigar, que persuadieron al grupo al comprometerse con no usar las armas para desbloquear carreteras.
Una situación similar se dio en la Base Naval de Puerto Villarroel, donde un grupo se acercó a conversar con los militares para expresarles su malestar por la crisis actual. Luego comenzó un intento de toma "pacífica".
Los líderes del movimiento han exigido al gobierno de Arce "para las masacres" de "nuestra gente". Pero el comandante Róger Loayza respondió que “no tenemos ninguna intención de ir en contra de ustedes ni tampoco van a venir acá a tomar otro tipo de represalias” y consiguió que el grupo accediera a mantener una vigilia pacífica en el sitio.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, denunció que tales acciones son una afrenta a la Constitución nacional, a las Fuerzas Armadas y al pueblo, y calificó como "delincuentes" a los tomistas.
“(Esa toma) se constituye en un acto criminal absolutamente condenable que dista mucho de cualquier legítima reivindicación social del movimiento indígena originario campesino”, agregó el mandatario en su publicación.
Desde la madrugada del viernes el gobierno comenzó un operativo de despeje de vías bloqueadas entre
Cochabamba con otros departamentos, que han generado perjuicios a varios sectores productivos, con pérdidas que se calculan en más de 1.500 millones de euros.
"Continuaremos llevando adelante acciones orientadas a restablecer el orden público precautelando la vida de las bolivianas y bolivianos, la paz social, así como el derecho del pueblo al libre tránsito, al trabajo, al acceso a combustible, alimentos y medicamentos", agregó Arce.
Las Fuerzas Armadas publicaron un comunicado en rechazo a las acciones de "grupos armados irregulares" y recordaron que “quien tomare las armas en contra de la Patria se considera traición a la Patria” al igual que quienes encabecen “los alzamientos armados contra la seguridad y soberanía del Estado, violando los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución política del Estado, convenios y tratados internacionales”.
Mientras continúan los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, el expresidente Morales ha respondido a las demandas de Arce a través de una carta pública en la que le ha comparado con la opositora, ahora encarcelada, Jeanine Áñez, quien se autoproclamó presidenta durante la crisis política de 2019. En la misiva, Morales hace referencia a las advertencias de Arce acerca de tener que sacar a las Fuerzas Armadas si continúan los bloqueos y las violentas protestas.
De hacerlo, "será usted quien cargue con la responsabilidad de dividir y herir a Bolivia de forma irremediable y sin retorno", ha escrito. "Su nombre quedará en la historia junto al de Áñez, como uno de los presidentes que empobreció al pueblo, debilitó al Estado y que apuntó sus armas contra su propia gente", ha enfatizado Morales, quien le ha advertido de mancharse las manos "con la sangre de los indios, los pobres y los campesinos que prometió defender".
"Hace cuatro años, cuando se preparaba para asumir la presidencia, nadie hubiera imaginado que los últimos meses de su gobierno serían tan oscuros y lamentables; menos aún que usted terminaría autorizando la violencia contra quienes lo llevaron al poder con su voto, su lucha y su sangre", le ha reprochado.
Dos semanas de bloqueos
Hace dos semanas, los seguidores de Morales comenzaron a levantar bloqueos en varios puntos de la geografía boliviana, especialmente en Cochambamba --bastión del expresidente, pero también en otras áreas de Potosí, Oruro, o Santa Cruz. Las protestas, que si bien en un principio estaban motivadas por la crisis económica, han servido para reclamar las aspiraciones políticas de un Morales, que a pesar de no estar habilitado insiste en presentarse a las nuevas elecciones.
Los enfrentamientos con las autoridades han ido en aumento especialmente esta semana, después de que denunciara un supuesto plan para acabar con su vida. Mientras tanto, Morales tiene varias causas judiciales abiertas. A las denuncias por los destrozos que se originaron durante la gran movilización que encabezó en septiembre, se ha sumado recientemente por los ataques a la Policía y sobre todo la de supuesto abuso de menores y trata de personas por una relación que tuvo con una menor de 16 años cuando era presidente, y de la que nació una niñ.a
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