Diplomacia china

La guerra Israel-Hamás supone un desafío para la estrategia diplomática del Dragón

China critica a Israel por la injusticia infligida a los palestinos durante más de medio siglo y pide un alto el fuego en Gaza

Beijing (China), 08/05/2023.- Chinese president Xi Jinping meets with representatives to the 10th Conference for Friendship of Overseas Chinese Associations at the Great Hall of the People in Beijing, China, 08 May 2023. EFE/EPA/XINHUA / Li Xueren CHINA OUT / MANDATORY CREDIT EDITORIAL USE ONLY
El presidente chino Xi Jinping asiste a la X Conferencia de Amistad de Asociaciones Chinas de UltramarXINHUA / Li XuerenAgencia EFE

Reforzada por el éxito del acuerdo entre Arabia Saudí e Irán a principios de año, China ha intentado mostrarse neutral y presentarse como un posible mediador en la escalada de violencia más reciente entre israelíes y palestinos, tras el ataque de Hamás del 7 de octubre. Por ello, las autoridades chinas han urgido al alto el fuego inmediato en Gaza, reiterado la solución de los dos Estados como único camino hacia la paz, criticado a Israel por la injusticia infligida a los palestinos durante más de medio siglo y calificado la naturaleza de la actual guerra más allá del ámbito de la legítima defensa.

«China debería lograr un equilibrio y colaborar con otras potencias si quiere desempeñar un papel activo de mediación en la guerra entre Israel y Gaza», declararon los expertos en Oriente Próximo que asistieron a una cumbre de seguridad de alto nivel celebrada en Pekín. En el Foro Xiangshan, autoridades de China, Irán, Ucrania, Turquía, Arabia Saudí y Afganistán participaron en un panel de debate sobre una nueva arquitectura de estabilidad para Oriente Medio, que, según coincidieron, debe construirse en un marco geopolítico multipolar. Instaron a las principales potencias, entre ellas el gigante asiático, Estados Unidos, Rusia, Irán, Turquía y Arabia Saudí, a colaborar para lograr un alto el fuego inmediato y evitar que la crisis se convierta en una catástrofe humanitaria.

Desde la escalada del conflicto, Pekín ha mantenido conversaciones telefónicas, proporcionado ayuda humanitaria y enviado un emisario a la región. Pero la comunidad internacional considera que, lo que debería de hacer, es ayudar a evitar una conflagración regional.

Tras el estallido de violencia, Pekín insiste en que la cuestión de Palestina debe resolverse lo antes posible, y que el establecimiento de un Estado palestino independiente es la única forma de dar solución al problema. Aseguran que sólo cuando se aplique plenamente la «solución de los dos Estados» en Oriente Próximo, podrá instaurarse una verdadera paz.

Sin embargo, Israel subrayó que, en un ataque terrorista, las fuerzas armadas de Gaza entraron en el país y lanzaron una ofensiva, que causó la muerte de cientos de personas, entre ellas civiles. Por ello, la parte israelita considera que la posición china hacia Hamás debería ser más estricta. «Cuando la gente es asesinada, masacrada en las calles, no es el momento de pedir una solución de dos Estados», declaró Yuval Waks, funcionario israelí en Pekín, y añadió que su país esperaba del régimen comunista una «condena mucho más enérgica» de los atentados.

En los últimos años, las relaciones de China con Oriente Medio han seguido profundizándose y su influencia en la región ha aumentado gradualmente. Por ello, son muchos los países que conceden gran importancia a su postura sobre la actual guerra.

La implicación de la segunda economía mundial en la región no obedece únicamente a preocupaciones humanitarias, sino también a intereses estratégicos. Las rutas comerciales, la seguridad energética, y las asociaciones económicas son factores que contribuyen a la implicación del país en la zona. Por otra parte, la pugna palestino-israeli muestra la complejidad de las cuestiones a las que China se enfrenta: una empatía profundamente arraigada por la opresión de los palestinos, combinada con objetivos estratégicos, mientras que desde hace unos años existe un vínculo cada vez mayor con Israel en materia de comercio, inversión, intercambios educativos y turismo.

El compromiso diplomático de Pekín con Oriente Medio ha cobrado impulso tras una reunión mundial que defendió su Iniciativa del Cinturón y la Ruta, y ha expresado de forma más proactiva su solidaridad con los palestinos, los Estados árabes y los rusos en conversaciones y misiones diplomáticas.

El presidente chino esperó hasta la clausura del Tercer Foro de la Franja y la Ruta para pronunciarse sobre esta grave crisis, reiterando su posición de que debe aplicarse una solución de dos Estados y exigiendo la creación de un corredor humanitario que permita la entrada de ayuda en la asediada Franja de Gaza. Para algunos, la postura de Xi ante la lucha en Gaza es controvertida y ambigua. Con todo, Pekín ha criticado el bombardeo generalizado de civiles por parte de Israel y ha condenado las violaciones del derecho internacional.

El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, fue un paso más lejos y calificó los bombardeos israelíes contra la población civil de Gaza de acciones que «han ido más allá del ámbito de la legítima defensa». Sin embargo, Pekín evitó condenar las atrocidades cometidas por Hamás contra la población civil.

Al igual que en Ucrania, con su postura no intervencionista, el país asiático se está posicionando como una gran potencia «neutral» y pacifista, en contraste con Washington, que, con su apoyo decidido a Israel, se presenta ante Pekín «como una influencia desestabilizadora y hostil en la región». Los medios de comunicación estatales chinos y las plataformas de redes sociales fuertemente censuradas, han culpado a la implicación de Estados Unidos en Oriente Medio de ser la causa subyacente de la violencia que asola Israel y Gaza.

Para ayudar a aliviar la crisis humanitaria en Gaza, China ya ha proporcionado 1 millón de dólares en efectivo a través de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo y la Autoridad Nacional Palestina por separado. Asimismo, el Gobierno chino va a aportar otro lote de ayuda de emergencia de 15 millones de yuanes (1.9 millones de euros), que incluye alimentos y medicinas, a Gaza, declaró Xu Wei, portavoz de la Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

«China ha entregado ayuda humanitaria de emergencia a la población de Gaza y se compromete a seguir prestando asistencia material cuando sea necesario», declaró el máximo representante diplomático chino, mientras el número de muertos en la guerra entre Israel y Hamás continúa ascendiendo. «Lo que más necesita la población de Gaza en estos momentos es seguridad, alimentos y medicinas, más que guerra, armas o municiones», declaró Wang Yi durante una conversación telefónica mantenida el lunes con su homólogo palestino, Riyad Al-Maliki.

La primera misión de mantenimiento de la paz de la ONU se creó para supervisar el acuerdo de tregua en la guerra árabe-israelí de 1948. Hoy en día, estas fuerzas están autorizadas a hacer mucho más que observar un alto el fuego. Pueden ayudar a proteger a los civiles, mantener el orden civil, repatriar a los refugiados y reconstruir los servicios básicos. China, que ya es el mayor proveedor de tropas de mantenimiento de la paz entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, está bien situada para liderar este esfuerzo pacificador.

Cabe destacar que, a comienzos de este año, China contribuyó a negociar un acuerdo entre Irán y Arabia Saudí para normalizar las relaciones tras un distanciamiento diplomático de siete años. En su calidad de socio económico clave de muchos países de Oriente Medio y principal comprador de petróleo tanto saudí como iraní, la influencia económica y la buena voluntad de Pekín parecían ser suficientes para mediar en futuros conflictos.

Incluso se ofreció a mediar entre Israel y Palestina en las negociaciones de paz, y recibió en mayo, en visitas paralelas y por separado, al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Aparentemente, su intención era ofrecerse como contrapunto a Estados Unidos, cuyo bagaje histórico en la región y sus estrechos vínculos con Israel podrían obstaculizar su papel de pacificador. En contraste, China mantiene desde hace tiempo una política de no injerencia con sus socios diplomáticos.

Ahora sería especialmente útil que China utilizara su influencia sobre Irán, que apoya a Hizbulá desde hace tiempo, para impedir que el grupo militante abra un frente de guerra en el norte de Israel. Se trata de una amenaza más seria para Israel que Hamás, debido a su vasto arsenal de misiles y a sus miles de combatientes experimentados.