África

Sudán

La guerra de las treguas: Cómo los bandos enfrentados en Sudán han aprovechado la paz para prolongar el conflicto

De las 408 horas que lleva Sudán en guerra, al menos 316 han transcurrido en el marco de los sucesivos altos el fuego acordados e incumplidos por ambas partes

Una columna de humo en Jartum, Sudán Europa Press/Contacto/Xinhua (Foto de ARCHIVO) 25/10/2021 ONLY FOR USE IN SPAIN
SUDAN KHARTOUM STATE OF EMERGENCYXinhua vía Europa PressEuropa Press

Un usuario sudanés de Twitter criticaba este martes a diplomáticos, expertos y periodistas por utilizar el término “guerra civil” para referirse al conflicto en desarrollo en Sudán. Alegaba que no se trata de otra cosa que una pugna de poder entre dos generales cuya ambición ha derribado a la nación africana por la pendiente del desastre, y no una guerra civil que enfrente, como su propio nombre indica, a los civiles sudaneses. Así, a falta de un término adecuado para denominarla sin caer en las generalizaciones, la guerra en Sudán podría titularse como “la guerra de las treguas”. Porque en las tres semanas y media transcurridas desde el inicio de los combates, han sido seis los altos el fuego anunciados, algunos de cuatro horas, otros de varios días; y ninguno de ellos se han cumplido hasta la fecha.

Ambos bandos utilizan sus propios medios de comunicación (el ejército regular se sirve de la televisión nacional y de la radio y de las redes sociales del Ministerio de Exteriores, las RSF de su cuenta de Twitter) para acusarse mutuamente de haber incumplido las sucesivas treguas acordadas. Como se demostrará en el presente artículo, y por si había cabida a dudas, ambos grupos armados son igualmente responsables de las rupturas del alto el fuego con independencia de las acusaciones presentadas para excusar sus acciones: bastará con ver los avances realizados por los combatientes a lo largo de los días que supuestamente se limitaron a responder a las agresiones del contrario.

Primera tregua: 16 de abril - 4 horas

Apenas habían transcurrido 24 horas desde que los primeros fogonazos sobresaltaron la pacífica rutina de los ciudadanos sudaneses, y la comunidad internacional urgió a ambos bandos a que organizasen una tregua que permitiera la creación de un corredor humanitario. Resueltos a ganar la batalla moralque se libra en toda guerra, tanto el ejército regular como las RSF accedieron a las presiones y acordaron cesar los combates durante cuatro horas.

La paz no duró ni diez minutos. En el tiempo que debería haberse desplegado el corredor humanitario, ocurrieron una serie de estrafalarios sucesos que borraron la esperanza de los afectados: las RSF comunicaron su intención de plantar cara al ejército regular en caso de agresión durante el periodo de la tregua, un hospital fue bombardeado causando la muerte de civiles, niños incluidos, y ambos bandos alardearon sin tapujos de una serie de victorias, como pudo ser el derribo de un helicóptero Apache por parte de las RSF.

Este primer alto el fuego resultó fundamental para tantear las verdaderas intenciones de los generales enfrentados. Hasta entonces, tanto Al Burhan como Hemedti habían hecho acopio de una discursiva populista en la que aseguraban velar en exclusiva por los intereses del pueblo sudanés, tachando al contrario de golpista y de enemigo de la democracia. Cuando la primera tregua no se cumplió, impidiendo la huida de civiles hacia zonas seguras o el acceso de los organismos de ayuda, toda duda se disipó: los sucesos iniciados en Sudán en la mañana del 15 de abril no son otra cosa que una lucha de poder donde los ciudadanos apenas son una herramienta, como un verbo o un complemento indirecto, en las soflamas pronunciadas por ambos líderes desde sus respectivos escondites.

El ejército regular recuperó el control de ciertas zonas en el este y sudeste del país a lo largo de la jornada. En Jartum, las RSF ocuparon un mayor número de calles con respecto al día anterior.

Segunda tregua: 17 de abril - tiempo sin determinar

La tregua tanteada durante el tercer día de guerra siguió un patrón casi idéntico a la del día anterior, salvo una excepción que vino de la mano de un nuevo frente que acompañaría a la guerra moral y a la puramente física: el derecho subrogado por cada bando de ser quien negocia con la comunidad internacional. Después de que el ejército regular anunciase haber acordado con Estados Unidos un nuevo alto el fuego que contaría con el beneplácito de las RSF, los rebeldes negaron rotundamente haber accedido a ello. En un comunicado escrito a toda prisa, objetaron cualquier poder por parte de Al Burhan a la hora de negociar treguas en nombre de las RSF. Y no sería hasta pasadas unas horas que Hemedti concedió la tregua, una vez quedó patente su autoridad para hacer y deshacer la paz.

La tregua no se cumplió. Podría decirse que duró unos pocos minutos, aunque esto implicaría apuntar demasiado alto. En lugar de iniciarse las negociaciones entre los generales para alcanzar una paz definitiva, el embajador de la Unión Europea fue atacado en su residencia por un grupo de hombres armados, se grabaron escenas donde se veía a una batería antiaérea disparando contra un avión de combate del ejército regular y las RSF se hicieron con el control (temporal) de la radio nacional y de la televisión. El número de víctimas civiles a causa del conflicto subieron ese día hasta las 180.

El ejército regular comenzó a utilizar armamento pesado dentro de la capital. Las RSF ampliaron su control al oeste del Aeropuerto Internacional de Jartum.

Tercera tregua: 18 de abril - 24 horas

Los bandos enfrentados ya se habían comprometido a dos altos el fuego en los tres primeros días de conflicto. Otra vez, Hemedti se tomó su tiempo antes de confirmar latercera tregua mediada por Estados Unidos y que tampoco se cumplió. Es cierto que los combates se relajaron durante varias horas en algunos puntos de la capital sudanesa, facilitando a la población su traslado en busca de las pocas tiendas que permanecían abiertas y que todavía tenían agua y alimentos en venta, pero hablar de un cumplimiento completo del alto el fuego no encajaría con la realidad. Por otro lado, los movimientos de tropas registrados durante este tiempo demostraron la escasa voluntad de los generales de firmar la paz; más bien se diría que aprovechaban las treguas para acercar tropas a Jartum y engrosar así sus números con mayor agilidad.

Tras conocerse que los generales utilizaban las treguas con el fin último de rearmarse, surgió una nueva preocupación, hasta entonces latente, en lo relacionado al futuro de los ciudadanos de las ciudades afectadas por los combates. Apenas había ya dudas de que la guerra se prolongaría, si no por meses o años, durante varias semanas. Y la comida escaseaba. Escaseaba para los civiles y para las fuerzas en combate. Comenzaron así los primeros gritos de alarma ante una previsible catástrofe alimentaria, seguidos de los primeros pillajes de soldados de ambos bandos para hacerse con provisiones. A los pillajes les acompañaron las primeras denuncias por violaciones.

Las RSF comenzaron a lo largo del día su ofensiva en el barrio de Umm Durman, al oeste de Jartum.

Cuarta tregua: 21 de abril - 72 horas

Tras una encadenación de desilusiones, tanto los sudaneses como la comunidad internacional albergaban esperanzas de que este cuarto alto el fuego se cumpliría. La razón que lo impulsaba no era otra que la festividad del Eid al-Fitr que marca el final del mes de Ramadán en la religión musulmana. Aunque el perdón y la reconciliación son dos de las temáticas principales a lo largo de todo el mes del Ramadán, la fiesta del Eid al-Fitr es el día más importante en lo que se refiere a la paz. No importa la afrenta: un hijo pródigo que se dirija a su padre, un vecino que acuda a otro, dos enemigos que se reúnan para pedir el perdón del otro durante el Eid al-Fitr difícilmente serán rechazados.

Los generales conocían esto, y pronto se dedicaron a hacer promesas. Entre ellas, aseguraron que el Aeropuerto Internacional de Jartum estaría operativo para la evacuación de los ciudadanos extranjeros. Incluso se ofrecieron a escoltar a los convoy de las embajadas hacia zonas más seguras. Fue durante esta cuarta tregua cuando los países con ciudadanos atrapados en Sudán iniciaron los procesos de evacuación. Estados Unidos, Arabia Saudí, Francia y Reino Unido encabezaron la marcha, seguidos por España, Japón o Canadá. La enorme dificultad para evacuar a los extranjeros (España lo consiguió pocas horas después de que finalizara el alto el fuego) dejó patente que esta cuarta intentona tampoco se cumplió.

Bastaron unas pocas horas para que los combates se reanudaran. Bombardeos, tiroteos y una declaración del portavoz del ejército regular donde se aseguró no tener intención alguna de firmar la paz con las RSF. Los combatientes, sin que se sepa nunca el bando, asesinaron también a un empleado de la Organización Internacional de las Migraciones. Y la cifra de civiles asesinados ascendió a 413.

Las RSF ampliaron su zona de influencia en Umm Durman mientras el ejército regular expandió su control al norte de la ciudad y junto al aeropuerto.

Quinta tregua: 24 de abril - 72 horas

Dos semanas después del inicio de la guerra, los altos el fuego se habían convertido en Sudán en una fórmula mixta que beneficia a las partes interesadas sin contentar del todo a ninguna. En lo que respecta a los generales, facilitan el movimiento de tropas, hacen más efectivos los ataques sorpresa y reducen el número de bajas ante la perspectiva de una guerra a largo plazo. Las treguas se han convertido en la guerra de Sudán en un aspecto más para tener en cuenta, tan importante como el número de tanques que tenga cada uno o las zonas que deben atacarse. Las treguas, irónicamente, se han convertido en una herramienta bélica.

Y ni que decir tiene que la quinta tregua tampoco se cumplió. Pero cabe a decir que, por cada tregua obtenida, también se han logrado pequeñas victorias: las evacuaciones de los ciudadanos extranjeros que quedan en el país han podido continuar, al igual que la huida de la población sudanesa a través de zonas abiertas al paso, mientras los organismos de ayuda consiguen introducir con cuentagotas pellizcos de alivio que permitan la supervivencia de los afectados. El 1 de mayo, el Programa Mundial de Alimentos consiguió introducir ayuda humanitaria en Sudán por primera vez desde el asesinato de tres de sus empleados el pasado 15 de abril: una victoria pírrica pero salpicada por la esperanza.

Esta quinta tregua ha ocurrido además en tres partes. Comenzó el 24 de abril, aunque el 27 de abril se anunció una prórroga de 72 horas que se repetiría de nuevo el 30 de abril. A cambio, las muertes de civiles rozaron las 600 y ambos grupos forzaron todavía más su retórica belicista. En torno a 20.000 civiles han entrado en Chad bajo la condición de refugiados entre pausa y pausa en los combates, entre que miles aguardan su turno para cruzar la frontera egipcia y la ONU calcula que más de 100.000 personas han abandonado sus hogares desde el inicio de la guerra.

Entre otros movimientos, el ejército regular flanqueó a las tropas de las RSF en Umm Durman. Pero los paramilitares consiguieron ampliar a lo largo de los días siguientes su zona de influencia, tanto en Umm Durman como en el sudeste de la ciudad, entre otros sectores clave de la capital.

Sexta tregua: 2 de mayo - 7 días

Arabia Saudí, Estados Unidos y Sudán del Sur mediaron entre ambos bandos para obtener una tregua de siete días que se escucha como el maná caído del cielo. Si Al Burhan y Hemedti cumplen su palabra, esta pausa en los combates tendrá lugar entre el 4 y el 11 de mayo, ambos inclusive. Se desea que un alto el fuego de siete días permita abrir la puerta a las negociaciones de paz pero se espera que los generales utilicen el tiempo añadido para rearmarse y estabilizar el frente, tal y como llevan haciendo en los últimos días. Cabe a destacar que, observando el mapa de Sudán y de sus principales ciudades, se adivina un estancamiento en los enfrentamientos tras unas primeras semanas de intensos combates. Esto podría permitir la prolongación de los combates durante varias semanas más, puede que meses, siempre que no se llegue a un acuerdo de paz en los próximos días.

Si esta larga tregua fracasa, existen pocas esperanzas de que se repita nada parecido en un futuro cercano. Los próximos días podrían ser el inicio de un proceso de paz o la última oportunidad perdida para salvar al país de la hecatombe. Por lo pronto, ambos bandos siguen acusándose mutuamente de terroristas y de golpistas, mientras el enviado de Al Burhan a El Cairo, Dafa Allah al Haj Ali, negó que habría “negociaciones directas” con las RSF. La cifra de fallecidos ha superado las 530 personas y ya son más de 4.500 heridos entre la población civil.