Alto el fuego
Hamás libera a 13 rehenes israelíes y cuatro tailandeses e Israel excarcela a 39 presos palestinos
A cambio, el Gobierno israelí excarcelará a 39 palestinos, dentro de los acuerdos de alto el fuego.
En el segundo día del alto el fuego entre Israel y Hamás la calma ha sido la principal noticia durante el cual las familias de algunos de los liberados del cautiverio de Hamás compartieron fotos y vídeos de lo emocionantes encuentros. El viernes los islamistas, en virtud del acuerdo mediado por Catar bajo los auspicios de Estados Unidos, liberaron al primer grupo de 13 israelíes, de los cuatro pactados, y, en paralelo, regresaron de cárceles israelíes a Cisjordania 39 palestinos y palestinas.
Y a la calma de un sábado en pausa bélica, sucedió la expectativa, como sucedió el día anterior, a que llegaran las cuatro de la tarde, la hora acordada para el segundo intercambio de otras 13 personas, entre ellas ocho niños, cinco mujeres más cuatro ciudadanos extranjeros. Al retraso medio oriental de un par de horas más o menos entendido por todos, se sumaron más horas más de espera. Los periodistas en las diversas televisiones aguantaban la retransmisión con imágenes de los liberados del día anterior e imágenes del cruce de Rafah, entre Gaza y Egipto, en espera de ver en los vehículos con los rehenes vacío, hora tras hora, hasta que Hamás anunció que la liberación del segundo grupo de rehenes "se retrasó debido al incumplimiento por parte de Israel de los términos del acuerdo".
Horas después de que el intercambio no se produjese y mediasen tanto cataríes como egipcios con intervención de EEUU, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Daniel Hagari, afirmó que los esfuerzos para liberar a los rehenes estaban progresando, pero también añadió que, si no se cumplía el acuerdo, “volveremos a luchar”.
A las once de la noche empezó el trayecto de los rehenes de salida de Gaza de manos de Hamás, el traspaso a la Cruz Roja, aún en Gaza, y de ahí, a Egipto, donde las autoridades egipcias los entregaron a las israelíes.
A lo largo de las horas de incertidumbre, el presidente estadounidense, Joe Biden, habló con el emir catarí, en un intento de resolver la crisis. Fuentes involucradas en las negociaciones entre las partes informaron al diario Haaretz que las brechas con Hamás no se resolvieron, pero que se tomó la decisión de completar la liberación prevista para el sábado y resolver la crisis después. Según una de las fuentes, se espera que las partes negocien a lo largo de la noche para que el acuerdo se mantenga. "Si esta noche no se sientan las bases, mañana seremos testigos de una repetición de los acontecimientos de hoy", afirmó la fuente.
En un acontecimiento de lo más inusual, un pequeño avión privado catarí aterrizó el sábado en el aeropuerto Ben Gurión, en Tel Aviv, con una delegación de funcionarios de la nación del Golfo. Catar no mantiene relaciones diplomáticas con Israel, por eso su vuelo llegó desde Larnaca, en Chipre, donde, según se informó, había hecho una breve escala para evitar un vuelo directo de Doha a Tel Aviv. Sin embargo, la mediación con Hamás está siendo clave para el actual acuerdo de liberación de rehenes.
Los medios de comunicación israelíes informaron que la delegación aterrizó para conversar sobre el actual acuerdo, así como de posibles extensiones futuras o acuerdos distintos. Pero las autoridades israelíes no se pronunciaron sobre la visita.
Se sabe que días antes el jefe del servicio de inteligencia exterior israelí, Mosad, David Barnea, había volado a Catar para negociar el actual acuerdo, por el que Hamás e Israel pactaron liberar a unos 50 rehenes israelíes durante una pausa de cuatro días en los combates, que entró en vigor el viernes, a cabio de la liberación de unos 150 prisioneros palestinos durante los cuatro días.
Analistas israelíes dicen que Catar ha perfeccionado un cuidadoso equilibrio negociador al lograr el presente acuerdo, un juego diplomático que le permite mantener relaciones cálidas con las potencias occidentales, al tiempo que mantiene vínculos con grupos radicales y también países que no están alineados con otros de sus aliados cercanos.
"Esto es lo que podemos hacer, lo que nadie más puede hacer, y es que nosotros utilizamos todas nuestras capacidades", declaró el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Catar, Majed Al-Ansari, a la agencia AFP la semana. “Hemos orientado a todo el país hacia la consecución de este acuerdo. Si no funciona, se desatará el infierno”.
Si bien en los últimos años Egipto ha servido tradicionalmente como el principal mediador entre Israel y los grupos palestinos, y Turquía también ha manifestado en diversas ocasiones su disposición y posibilidades de mediar, en esta ocasión Catar ha dado las garantías a las partes de poder resolver la crisis de los rehenes de forma segura.
Ansari explicó que los embajadores de su país se habían reunido con las familias de los rehenes en todo el mundo.
Más de cien mil personas participaron el sábado por la noche en una manifestación que recordaba los 50 días transcurridos desde la masacre del 7 de octubre y el secuestro de unas 240 personas en la Franja de Gaza, en la "Plaza de los Rehenes" frente al Museo de Arte de Tel Aviv. Allí algunas de las familias o personas próximas a los secuestrados se han instalado hasta que regresen los suyos.
Mientras tanto en Gaza, la Coordinadora de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT, por sus siglas en inglés, que es el cuerpo militar israelí que coordina con los palestinos), informó que los 200 camiones pactados en el acuerdo entraron a la franja, con alimentos, agua, equipo de refugio y suministros medicos. El gobierno israelí rechazó la acusación de Hamás de que incumple el extremo del acuerdo relacionado a la entrada de los camiones con ayuda humanitaria.
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