Oriente Próximo

Hamás desata "el efecto dominó": una metáfora y 11 fichas para entender qué está pasando

El ataque del 7 de octubre ha desestabilizado una amplia zona que transcurre del Mar Rojo a Pakistán

Irán/Pakistán.- Un inédito intercambio de bombardeos tensa las complejas relaciones entre Irán y Pakistán
Irán/Pakistán.- Un inédito intercambio de bombardeos tensa las complejas relaciones entre Irán y PakistánEuropa Press

Entender qué está ocurriendo en Oriente Próximo desde que el 7 de octubre Hamás atacó Israel es complicado. Ya son casi una docena los países implicados en regiones tan lejanas como Gaza o Pakistán, con infinidad de nombres de grupos terroristas (de los cuales los hutíes son ya casi viejos conocidos) y con ataques cruzados entre países, regiones bombardeadas por hasta tres países distintos y la amenaza permanente de una guerra regional en la que hay poderosas potencias nucleares.

Una buena metáfora para comprender cómo hemos llegado a este punto es pensar en unas fichas de dominó colocadas de pie, una junto a la otra, y recurrir al "efecto dominó" o "efecto bola de nieve" que tan bien define la esencia de la geopolítica. La teoría no tiene un padre reconocido, pero se suele atribuir al presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower que, en plena lógica de la época, lo atribuyó al mundo comunista. El mensaje era claro: si no se paraba su expansión en un país, se iría extendiendo a los vecinos en modo de espiral.

Siguiendo este argumento, el dedo que empuja la hilera de fichas es Hamás con su incursión en Israel y su ataque contra asentamientos judíos y un festival musical, con el resultado de más de 1.100 muertos. El ataque terrorista fuerza la respuesta de Israel, que inicia la operación militar en Gaza con dos objetivos fundamentales: liberar a los rehenes tomados por Hamás y destruir todas las instalaciones de este grupo. En su caída, la ficha israelí derriba también la del Líbano, que se ve envuelto por los ataques que desde su suelo realiza el grupo terrorista Hezbulá y la correspondiente respuesta israelí.

La cuarta ficha es la de Cisjordania, que registra enfrentamientos con las acciones militares de fuerzas israelíes, y el último país de la zona que se había librado hasta ese momento, Siria, que a lo largo de las semanas irá sufriendo varios ataques cruzados distintos.

El conflicto se extiende en 2024

Con cinco fichas de este complicado tablero implicadas termina el año 2023, pero esto no era más que un punto y aparte. En enero, los ataques de terroristas de la facción huti en Yemen a los barcos que entran en el Mar Rojo, con la consiguiente amenaza mundial, fuerza la intervención de una coalición internacional de 20 países y el bombardeo de fuerzas aéreas estadounidenses y británicas. El conflicto s ha extendido ya al sur de la Península Arábiga.

Pero aún faltarán tres fichas por caer. Una de ellas es Irak, cuyo territorio sufre los ataques del propio Irán, que asegura haber detectado efectivos del Mossad, los servicios secretos israelíes. El conflicto alcanza una nueva dimensión precisamente con la entrada del régimen de los ayatolás, que después de bombardear Irak emprende una maniobra inesperada -y muy peligrosa- bombardeando a grupos suníes (la facción musulmana mayoritaria en su rival Arabia Saudí) en suelo Pakistán.

El ataque extiende aún más el conflicto tanto geográfica como estratégicamente, ya que fuerza la respuesta de Pakistán con un ataque similar en suelo iraní, esta vez contra instalaciones en las que asegura se refugian grupos terroristas enemigos. Con él ya son 10 los países implicados.

Faltaría uno más, Sudáfrica, que entre ataque y ataque emprende una demanda judicial al acusar a Israel de genocidio ante la Corte Internacional Penal de La Haya (Países Bajos).

En total, 11 países implicados en apenas cuatro meses. ¿Terminará aquí el efecto dominó? La doctrina Eisenhower, seguramente, habría aconsejado haber intervenido antes.