Conflicto Israel-Palestina

Hamas empieza a creer en un pacto

Primeras declaraciones optimistas de sus líderes sobre la posibilidad de una tregua permanente. Los laboristas israelíes se alejan de Netanyahu

Tres palestinos descansan en lo que queda de su casa aprovechando la nueva tregua, ayer
Tres palestinos descansan en lo que queda de su casa aprovechando la nueva tregua, ayerlarazon

Las fluctuantes declaraciones que acompañan los contactos diplomáticos en El Cairo entre Israel y Hamas –con mediación egipcia– dificultan conocer cuál es el auténtico estado de las negociaciones, pero a juzgar por lo dicho en las últimas horas por varios representantes palestinos, podría ser inminente un acuerdo de alto el fuego permanente. En este sentido, se manifiestan algunas figuras de Hamas y de la Yihad Islámica, sin que haya por el momento confirmación oficial de parte de Israel. No está claro aún en qué medida se puede dar crédito a dichas declaraciones y quién pinta el cuadro más exacto respecto al estado de los contactos. Y es que, ayer por la mañana, el jefe de la delegación palestina, Azzam al Ahmad, enviado del presidente de la ANP, Mahmud Abas, dijo que se habían logrado avances «dramáticos» en varios temas y que lo pendiente eran «detalles». Pero poco después, fue desmentido por Musa Abu Marzuk, uno de los jefes de Hamas que también participa en los contactos de El Cairo, quien aseguró que «no son sólo pequeños detalles, sino temas de fondo lo que nos separan, y no se ha progresado dramáticamente en nada».

Lo que está sobre la mesa es una serie de temas que separan profundamente a Hamas e Israel, en los que se deben acercar posiciones a fin de lograr una tregua duradera, en lugar de las pactadas cada vez por unos días. En la medianoche del miércoles, se extendió la que expiraba en ese momento, por cinco días más, con el declarado objetivo de seguir los contactos para avanzar hacia un acuerdo. Ayer, miembros de Hamas daban a entender asimismo que, si no se firmaba pronto un acuerdo, ello no necesariamente significaría una nueva escalada.

Lo que contradice las declaraciones en El Cairo son los mensajes que salen desde el terreno, en la propia franja de Gaza. Uno de ellos, por ejemplo, fue una transmisión de la televisión de Hamas, Al Aksa, en la que se muestra una fundición de cohetes que produce el M-75 de largo alcance, el tipo de misil disparado desde Gaza hacia Tel Aviv, acompañado de una promesa de continuar disparando.

El número dos en la Yihad Islámica, Ziad Nakhaleh, dijo ayer que es «inminente» el logro de un acuerdo y que esto «nos pasaría de estado de guerra a la rehabilitación».

Esto ocurre en la capital egipcia, donde los contactos se reanudarán oficialmente al parecer el domingo, mientras en Israel el primer ministro, Benjamin Netanyahu, lidia con no pocas tensiones internas. Mientras ministros de su propio gabinete le critican no haber sido, según ellos, suficientemente terminante con Hamas, la oposición laborista, que lo apoyó durante toda la guerra, también ha comenzado a criticarlo por la forma en que ésta fue dirigida en los últimos días. Según Itzjak Hertzog, jefe del laborismo, la dinámica de contactos y treguas de los últimos días, termina el operativo de modo que «Hamas sale fortalecido».

Concentración en Tel Aviv

Después de una jornada de calma en la que unos y otros aprovecharon para intentar recuperar parte de la tranquilidad perdida, por la noche miles de israelíes, especialmente residentes en el sur del país, la zona más al alcance de los disparos desde Gaza, pero también de diferentes partes del país, se dieron cita en la plaza Rabin de Tel Aviv para exigir calma y seguridad, exhortando al Gobierno a tomar medidas para que su situación sea resuelta de un modo definitivo.