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Paz en Gaza

Todos los rehenes israelíes vivos liberados del cautiverio de Hamás en Gaza tras 738 días

El grupo terrorista entrega a los 20 secuestrados tras más de dos años de cautiverio y queda a la espera de que Netanyahu ordena la liberación de cientos de presos palestinos

Miles y miles de personas se reunieron en la plaza de los Secuestrados de Tel Aviv desde la media noche del domingo al lunes, sabiendo que los veinte compatriotas iban a ser liberados solo a la mañana siguiente. Pero muchos estaban allí de pura emoción que les impedía dormir y otros “por si acaso los sueltan antes”, según dijo Aviva, una asidua de las manifestaciones en la plaza desde hace ahora más de dos años.

Si bien no hubo ceremonia como las que Hamás había orquestado en liberaciones anteriores, en las que otorgaban diplomas y exigía a los rehenes a teatralizar el acto de liberación, así como a los trabajadores de la Cruz Roja a jugar su papel firmando y saludando, como si fuera un tratado diplomático, sí se vieron algunos minutos de imágenes de los liberados en grandes pantallas en la plaza para emoción de los presentes, que lloraban, bailaban, gritaban y festejaban.

El proceso de transferencia de Hamás a la Cruz Roja comenzó muy puntualmente a las ocho de la mañana, con la liberación de 7 jóvenes y dos horas y media después, de 13 más.

Los liberados son David Cuño, Ariel Cuño, Eitan Horn, Bar Avraham Kuperstein, Evyatar David, Yosef Haim Ohana, Segev Calfon, Avinatan Or, Elkana Buhbut, Maxim Herkin, Nimrod Cohen, Matan Tzangauker, Matan Angrest, Eitan Mor, Gali Berman, Ziv Berman, Omri Miran, Alon Ohel, Guy Gilboa-Dalal y Rom Breslavski.

De ellos, varios latinos: los hermanos Cuño y Eitan Horn, secuestrado con su hermano Iair quien fue liberado y Elkana Buhbut con nacionalidad colombiana, casado con una nacional de aquel país, Rebeca.

Poco antes de liberarlos, los captores organizaron videollamadas entre algunos de los rehenes y sus familias.

Las imágenes de las llamadas, en las que se veían hombres enmascarados junto a los rehenes saludando a sus familias, se interpretan como un sustituto de las ceremonias que Hamás aceptó no realizar.

Los rehenes liberados parecían vestir los mismos uniformes militares falsos que Hamás había obligado a usar a los cautivos previamente liberados en las ceremonias.

Se sabe que al menos una familia se negó a aceptar una llamada de Hamás, según informó el canal de noticias 12. Julie Kuperstein, madre del rehén Bar Kuperstein, explicó, sorprendida en el telediario del canal 12: “Estábamos en el complejo [del kibutz Ree’im, primera parada de los liberados en todas las ocasiones] y, de repente, hubo una llamada perdida. Vi 'Brigadas de Al Aqsa'; les devolví la llamada y me respondieron. ¡De repente, vi a Bar!”.

“Dijo: ‘¡Mamá, todo está bien! ¡Mamá, todo está bien!’”, contó entre lágrimas.

Dado que muchos de los rehenes permanecieron juntos antes de su liberación, algunas llamadas incluyeron varias conversaciones, mientras el teléfono pasaba de un rehén a otro, y de sus familias.

En un video, se vio también a Einav Zangauker hablando con su hijo rehén, Matan, quien aún se encontraba retenido en un lugar no revelado de Gaza en el momento de la vídeollamada. Einav ha sido una de las protagonistas indiscutibles de las protestas de los familiares, su rostro se

hizo rápidamente conocido, ex fan de Netanyahu, pasó a ser una de sus grandes críticas, mientras su hijo languidecía en los túneles de Gaza.

"Volvéis a casa, todos volvéis a casa", le dijo entre lágrimas. "No hay más guerra, se acabó".

Rehenes que habían sido vistos en vídeos de Hamás en mal estado también hablaron con sus familiares, si bien no se les vio. Rom Braslavski, tras aparecer demacrado en un vídeo, le aseguró a su madre que se encontraba bien en la vídeollamada.

Su madre contó a los medios, emocionada, que se puso en pie por si mismo.

La familia de Evyatar David, quien fue visto por última vez en un vídeo de propaganda muy flaco y con una pala en la mano diciendo que lo obligaban a cavar su propia tumba, también habló con su familia.

Silvia Cuño dijo que logró tener una breve conversación con sus hijos cautivos, Ariel y David. “No oí nada, pero los vi, y eso es suficiente”, declaró al canal público Kan entre lágrimas.

A lo largo de todo el día se oyeron y vieron sobre Tel Aviv grandes y ruidosos helicópteros que transportaban a los rehenes a tres hospitales diferentes. Las personas en las calles gritaban y saludaban a su paso. Muchos ciudadanos se acercaron también a los hospitales y a las casas familiares de los rehenes liberados para mostrar su apoyo.

La madre de Nimrod, Viki, casi no contestó la llamada porque no reconoció el número, según informaron medios israelíes.

El rehén Maxim Herkin, de pie junto a un terrorista enmascarado, llamó a su familia, quienes, abrumados por la emoción, le pidieron que también llamara a su madre, que no estaba en la misma habitación.

“La llamamos ya, pero no contestó”, se oyó responder a Herkin, aparentemente refiriéndose a él y al de Hamás.