Oriente Próximo
Hamás y al menos otros cuatro grupos armados palestinos cometieron crímenes de guerra el 7 de octubre, según HRW
La organización acredita en su informe la comisión de violencia sexual o de género, ataques deliberados e indiscriminados contra civiles, asesinato deliberado de personas bajo custodia, toma de rehenes, mutilación de cadáveres y saqueo
Hamás y al menos otros cuatro grupos armados palestinos cometieron una extensa nómina de crímenes de guerra y contra la humanidad contra población civil durante el salvaje atentado del 7 de octubre en las comunidades del sur de Israel, según el último informe publicado por Human Rights Watch (HRW). La organización en defensa de los derechos humanos acusa a los cientos de milicianos palestinos que atravesaron la valla fronteriza de Gaza de cometer violaciones y violencia sexual o de género, ataques deliberados e indiscriminados contra civiles, asesinato deliberado de personas bajo custodia, toma de rehenes, mutilación de cadáveres y saqueo.
El documento de HRW, basado en una serie de entrevistas con más de 140 personas, incluidos testigos directos de la masacre, así como en el análisis de más de 280 fotografías y vídeos publicados en redes sociales o compartidos con los investigadores del grupo, concluye que el asesinato de población civil y la toma de rehenes eran «objetivos centrales del ataque planeado» y no una «ocurrencia tardía o como un plan que salió mal, o como actos aislados, por ejemplo, únicamente por las acciones de palestinos no afiliados de Gaza, y como tal, hay pruebas sólidas de una política organizativa para cometer múltiples actos de crímenes contra la humanidad».
«En muchos lugares donde se produjeron los ataques, los combatientes [palestinos] dispararon directamente contra civiles, a menudo a corta distancia, cuando intentaban huir, y contra personas que circulaban en vehículos por la zona», recoge el informe. «Lanzaron granadas y dispararon contra habitaciones seguras y otros refugios y dispararon granadas propulsadas por cohetes (RPG) contra viviendas. Prendieron fuego a algunas casas, quemando y asfixiando a personas hasta la muerte, y obligaron a salir a otras a las que luego capturaron o mataron. Tomaron a cientos de rehenes para trasladarlos a Gaza o los mataron sumariamente».
Hamás, sin embargo, asegura que el archivo está lleno de «mentiras» y ha exigido una disculpa pública. «Rechazamos las mentiras y la flagrante parcialidad hacia la ocupación [Israel] y la falta de profesionalidad y credibilidad del informe de Human Rights Watch. Exigimos su retirada y una disculpa», recoge el comunicado del grupo islamista palestino.
Hamás dice estar «comprometido con el respeto del derecho internacional» y alega que los dirigentes de su brazo armado «fueron claros al ordenar a sus miembros y combatientes que no atacaran a civiles», y que la participación de gazatíes que no formaban parte del grupo ni de otras milicias afines provocó «el caos sobre el terreno». Pero las pruebas al respecto recabadas por Human Rights Watch desmontan esta versión.
Cerca de 1.200 personas fueron asesinadas, en su mayoría civiles que residían en los kibutz fronterizos con Gaza, y otras 251 fueron secuestradas y trasladadas hasta el interior de la Franja por los milicianos. El brazo armado de Hamás, las Brigadas Izzedine al-Qassam, dirigió el asalto, pero el organismo en defensa de los derechos humanos dice tener pruebas sólidas que acreditan la participación de otros cuatro grupos armados palestinos, como mínimo. Durante el atentado, los milicianos también atacaron bases militares y un festival de música en el kibutz Reim, en el que murieron más de 200 personas.
El 7 de octubre derivó en la guerra israelí en Gaza, que se ha cobrado en estos nueve meses la vida de casi 39.000 palestinos, según los datos del Ministerio de Salud gazatí. Pero el informe de Human Rights Watch no cubre las presuntas violaciones de las leyes de la guerra cometidas por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
HRW advierte de la importancia de investigar más a fondo otros posibles crímenes de lesa humanidad, como la persecución contra cualquier grupo identificable por motivos raciales, nacionales, étnicos o religiosos; la violación o violencia sexual de gravedad comparable; y el exterminio, si hubo una matanza masiva calculada para provocar la «destrucción» de parte de una población.
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