Estados Unidos

Harris se muestra firme con la migración y ataca a Trump en primera entrevista

La candidata demócrata defiende sus cambios de opinión en políticas importantes: «Mis valores no han cambiado», y anuncia que está dispuesta a incluir a un republicano en su lista

Kamala Harris ha sobrevivido esta semana a la primera entrevista cara a cara, sentada, con un periodista. Lo hizo acompañada de su compañero de fórmula, Tim Walz, en un restaurante de Savannah, en el disputado estado de Georgia. Harris contó que fue el propio Joe Biden quien la llamó por teléfono para contarle que su vida estaba a punto de cambiar radicalmente. La ahora candidata presidencial, acababa de comerse unos pancakes ese domingo 21 de julio con sus sobrinas cuando se enteró de que su vida iba a cambiar completamente. «¿Estás seguro?», le preguntó a Biden, y él presidente de Estados Unidos afirmó sin titubeos.

Evitando tropiezos que pudieran causarle grandes problemas políticos, Harris fue poco a poco lanzando ideas de lo que podrían ser cuatro años de su mandato. Mostró un claro giro a una posición más centrista que la de su antecesor, en un intento de atraer el voto de los republicanos desencantados con Donald Trump, a muchos de los cuales pudieron ver los estadounidenses pasar por el escenario de la Convención Demócrata en Chicago. En un intento de parecer ecuánime, la vicepresidenta incluso aceptó la posibilidad de incluir en su Gabinete a un republicano, algo que ya hizo en su día el expresidente Barack Obama, pero que se perdió con la llegada de Trump que jamás nombró a ningún demócrata en su equipo, y Biden, a modo de venganza, ha hecho lo mismo durante su mandato.

«Nadie en particular», dijo la vicepresidenta cuando se le preguntó sobre posibles nombres, pero aseguró que va en la línea de lo que ha mantenido toda su carrera, «la diversidad de opiniones». El jueves por la noche se respiró una vuelta al clima bipartidista.

Harris enfrentó las críticas al cambio en sus posiciones sobre temas importantes como el cambio climático o la inmigración, pero ella respondió que la esencia sigue, «mis valores no han cambiado», esos que pasan, entre otros, por «gobernar para todos los estadounidenses». La candidata demócrata abrazó el legado político que le deja Biden, pero también dejó claro que ya es hora de un cambio y tanto su antecesor como Trump forman parte del pasado, lejos de un futuro diferente al que ella representará. Uno en el que, por ejemplo, las eternas cuestiones en torno a su raza negra, que Trump tanto ha puesto en duda, deben quedarse atrás de una vez por todas. «El mismo viejo y desgastado libro de estrategias, siguiente pregunta por favor», dijo a los comentarios de la periodista Dana Bash.

En la emisión de la entrevista, que había sido previamente grabada pero se lanzó sin cortes, Harris aseguró que «no prohibirá el fracking», la técnica de perforación de pozos para la extracción de gas o petróleo que durante las primarias del 2020 si quiso limitar. También se distanció de otras políticas que defendió entonces, como ofrecer una cobertura médica para todos que esté patrocinada por el gobierno.

El jueves por la noche quedó claro que Walz sabe «sentarse y sonreír», dijo The New York Times, un comentario poco fortalecedor para el candidato a vicepresidente que tampoco tuvo un agresivo desempeño en la Convención demócrata con grandes titulares. Es cierto que ocupó el papel que le tocaba. Se trataba de una entrevista conjunta donde la protagonista era Harris, y para ella hizo el rol que se esperaba: apoyo moral y de parapeto de alguna pregunta incómoda en caso de que fuera necesario. Los estadounidenses también conocieron lo orgulloso que se siente de su hijo Gus. El joven de 17 años, diagnosticado con trastorno de aprendizaje no verbal, que marcó uno de los momentos más emocionantes de su discurso durante la Convención, cuando de manera espontánea se levantó del asiento para gritar orgulloso, «es mi papá». «Ese momento, comprendí lo que era realmente importante, hacer que mi hijo se sintiera orgulloso de mi porque estoy tratando de hacer lo correcto», dijo Walz después de asegurar que él no va a entrar en una guerra de insultos y ataques como han estado haciendo sus adversarios republicanos, «si no es esto, es un ataque a mis hijos por mostrarme amor, o un ataque a mi perro. Yo no voy a hacer eso».

Fue una entrevista poco reveladora, pero a la que Kamala sobrevivió, con el esperado ataque de su rival republicano, que en redes sociales publicó nada más terminar la entrevista una sola palabra y en mayúscula: «¡ABURRIDA!». Pocas horas después de la entrevista, ayer por la mañana, el candidato vicepresidencial republicano, J.D. Vance, no perdía ocasión para ir contra sus rivales en una entrevista, esta vez en directo, también con la cadena CNN. El republicano no descartó que Trump vaya a incluir a un demócrata también en su Gabinete, como Tulsi Gabbard, o Robert Kennedy Jr., y dijo que, si Kamala quiere «animar e inspirar a la gente de este país, ¿por qué no lo ha hecho en estos últimos tres años y medio?».