Geopolítica
¿Hay que tener miedo a una Turquía con un arsenal militar cada vez más letal y poderoso?
En los últimos meses ha presentado nuevos misiles balísticos, cazas de última generación, helicópteros de ataque, su nuevo portaaeronaves, carros de combate....
La apuesta turca por rearmarse y convertirse en una de las grandes potencias militares del mundo sigue adelante impulsada por el presidente Erdogan, que, además, lo está haciendo con tecnología propia. En los últimos meses, muchos de los esfuerzos que vienen desarrollando en los últimos años comienzan a dar resultado y empiezan a ver la luz algunos de los proyectos más importantes, como el portaaeronaves Anadolu, que irá cargado de drones de combate; el caza de quinta generación bautizado como KAAN presentado oficialmente este mismo mes por el presidente turco; los helicópteros de Reconocimiento y Ataque Táctico T129 ATAK;el carro de combate Altay, fabricado por un consorcio de empresas turcas y que podría estar operativo el próximo año; el blindado de transporte de tropas Kirpi o el misil antitanque UMTAS.
Ahora le ha llegado el turno al misil balístico de corto alcance Tayfun (Tifón), que fue probado con éxito sobre el Mar Negro el pasado martes, primero de este tipo que posee Turquía, que ya tenía misiles balísticos tácticos desde 1990, por lo que con el Tayfun da un salto adelante.
El Tayfun, cuyos disparos de prueba continúan, se ha convertido en el sistema de misiles de mayor alcance de Turquía hasta la fecha, lo que otorga al país una importante capacidad disuasoria. Además, tras el Tayfun esté previsto que llegue el Cenk, de medio alcance, que fue dado a conocer por su fabricante, la compañía turca Roketsan, este mismo mes. Podrá alcanzar objetivos a distancias de hasta 1.000 km., tendrá alerones para ajustar su dirección de vuelo. Está previsto que la pruebas den comienzo este mismo año. Como chasis se utiliza el camión BMC 8×8 TUĞRA.
Ismail Demir, director de la agencia de adquisiciones militares de Turquía, estimó a principios de este año que la industria nacional podría satisfacer el 80 por ciento de las necesidades del país. Agregó que en 2022, las exportaciones de armas alcanzaron un valor de 4.000 millones de dólares.
Turquía, que hasta ahora se había limitado a tratar de mantener a raya a su principal enemigo en la zona, Grecia, con quien mantiene un contencioso territorial histórico tanto en Chipre como en muchas de las islas del Mar Jónico o el Egeo, en el Mediterráneo oriental, ha dado un paso al frente para jugar un papel clave en los conflictos regionales en Oriente Medio. Su papel mediador en el conflicto entre Rusia y Ucrania, su rivalidad con Israel como potencia regional, y su posición estratégica como guardián del Mar Negro, paso obligado de la flota rusa para salir al Mediterráneo, ha llevado a los dirigentes del país a un gran rearme que sirva para afianzar su poder político con poder militar.
No hay que olvidar que Turquía mantiene además, desde hace medio milenio, una profunda rivalidad con el otro gran país musulmán de la zona, Irán, que ha pasado por multitud de guerras entre ambos antaño imperios. Los paralelismos entre ambas potencias son muchos: una población similar (en torno a 80 millones de habitantes), un pasado imperial y un orgullo por haber logrado no caer nunca bajo la colonización occidental, como ha ocurrido con otros tantos países de Oriente. Tras la Primera Guerra Mundial, los dos países pasaron por regímenes que trataron de modernizarlos y occidentalizarlos y, ahora, los dos están bajo regímenes islamistas, aunque en el caso de Irán se trata de una teocracia y la Turquía es, sobre el papel, una democracia, pero que se desliza con pasos agigantados hacia una dictadura bajo el puño férreo de Erdogan.
Como principal diferencia, Irán es un fiel aliado de Rusia y China, mientras que Turquía lo es de Estados Unidos, es miembro incluso de la OTAN, aunque siempre bajo cierta sospecha por su islamismo.
¿Hay que temer entonces miedo del poder militar de Ankara? Pues no parece que de momento sea una amenaza para occidente, pero no debemos perder de vista su cada vez mayor poder militar ni su amistad con Rusia, pues su "atlantismo" podría bascular hacia el otro lado y pasar de ser un aliado a un enemigo.
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