Corea del Norte

La hija de Kim Jong Un: ¿heredera o marioneta de propaganda?

Desde su primera aparición pública en 2022, Kim Ju Ae acude a los principales actos oficiales de Corea del Norte, mientras la maquinaria del régimen ha alentado el culto a su personalidad

Las especulaciones en torno a Kim Ju Ae, la hija del líder norcoreano, Kim Jong Un, han alcanzado nuevos niveles a medida que el Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur sugiere que podría estar siendo preparada como la potencial sucesora. A pesar de su escasa presencia pública, se ha observado que cada vez participa más en actos de alto nivel, lo que ha generado un creciente interés sobre el papel que podría desempeñar en el futuro político del régimen de Pyongyang. Estas señales han avivado el debate sobre la sucesión en la dinastía gobernante y han generado expectativas en torno a los cambios que podrían producirse en el liderazgo del país.

Su primera aparición pública en noviembre de 2022 sorprendió especialmente, mientras era testigo de una prueba de misiles de largo alcance junto a su padre. Desde entonces ha asistido a los principales actos oficiales, y la maquinaria propagandística norcoreana también se ha ocupado de crear un culto a su personalidad, mientras los medios de comunicación estatales se refieren a ella como la «Estrella de la Mañana de Corea», un título otorgado anteriormente a su abuelo, Kim Il Sung.

En la cultura política del país, la presentación pública de miembros de la familia es considerada un claro indicio en el proceso de transición de liderazgo, por lo que esta decisión ha suscitado un controvertido debate sobre el futuro político del país y ha generado interés en torno a las dinámicas de poder dentro de la dinastía gobernante.

La valoración de la Inteligencia surcoreana sobre el futuro papel de Ju Ae se basa en un análisis minucioso de sus compromisos públicos y los protocolos que el Estado le dispensa. El hecho de que un general de alto rango se arrodillara y le susurrara durante un desfile militar y sus momentos de intimidad con el líder en eventos de Estado han alimentado las especulaciones sobre su posible ascenso al poder.

Sin embargo, el relevo en la dirección norcoreana sigue siendo un enigma. Aunque la inteligencia surcoreana ha sugerido que la niña podría desempeñar un papel destacado debido a su creciente visibilidad y respeto, varios factores plantean incertidumbre sobre el proceso de sucesión. Entre ellos se encuentran la edad y la salud de Kim Jong Un, así como la arraigada estructura patriarcal del liderazgo del Reino Ermitaño.

No obstante, el director del Instituto de Estudios Norcoreanos, Kim Young Soo, afirmó que Ju Ae «está actuando como una simpática mascota, reforzando la imagen de que el líder mantiene una familia normal y encantadora para suavizar el ambiente, ya que la presencia de Kim en cualquier lugar pone muy nerviosos a los demás», según el rotativo South China Morning Post.

Los expertos son escépticos ante la posibilidad de que se designe a una mujer como cabeza de la República Popular Democrática de Corea, incluso si pertenece al linaje de la familia Kim. Hay quienes opinan que, si no se perfila un heredero varón, la influyente hermana Kim Yo Jong, podría ser una candidata más idónea para asumir el mando. La conjetura obedece al patrón histórico de sucesión predominantemente protagonizado por miembros masculinos de la familia en el poder en reino ermitaño.

Según el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Estudios Norcoreanos Yang Moo Jin, la creciente notoriedad de Ju Ae pone de relieve los esfuerzos del Norte por intensificar el culto a los Kim como héroes, de modo que la familia pueda consolidar su control del poder en medio de un enfrentamiento cada vez más profundo con Washington y Seúl.

«La utilizan como estrella propagandística para fomentar la lealtad de la población a la familia Kim y justificar su cuarta sucesión de generación en generación», declaró Yang, quien aclaró que los coreanos suelen creer que el hijo hereda el trono y que no se sabe si el líder mantiene a su hijo fuera de la vista pública para protegerlo o si tiene problemas de salud».

El argumento de la fuente pone de manifiesto el poder de las creencias patriarcales en la sociedad norcoreana, a saber, que los hijos deben llevar el apellido de su padre y sólo los hijos varones pueden convertirse en sus sucesores para mantener las estirpes genealógicas.

No obstante, el papel de la mujer en la jerarquía dirigente salió a la luz pública con el ascenso de Kim Yo Jong, hermanísima del mandatario norcoreano e hija menor de Kim Jong Il. Es bien conocida por su presencia diplomática, sus andanadas verbales y su rudeza. La «estrella» de la política exterior norcoreana se ha hecho aún más poderosa con sus dramáticas comparecencias, donde se burla de Corea del Sur, promete la guerra contra Estados Unidos y declara su apoyo férreo a Moscú en la invasión de Ucrania.