Elecciones en Estados Unidos
Hillary Clinton presenta un programa económico para beneficiar a la clase media
La precandidata presidencial delineó un programa económico que busca incrementar los ingresos de las clases medias de Estados Unidos y redistribuir las cargas fiscales para que los más ricos paguen más impuestos.
Al oír cómo hablan uno del otro, da la sensación de que ya se han terminado las elecciones primarias a pesar de que todavía no han empezado, y que han sido ellos dos los elegidos por sus respectivos partidos para las elecciones presidenciales. En esta línea, la ex jefa de la Diplomacia de EE UU, Hillary Clinton, cargó ayer durante la presentación de su programa económico duramente contra el ex gobernador de Florida Jeb Bush por no entender, a su juicio, las necesidades de la clase trabajadora estadounidense. Clinton utilizó comentarios recientes de Bush, de la semana pasada en New Hampshire, uno de los estados más importantes en las elecciones primarias, en los que decía que «la gente necesita trabajar más horas». Así, Clinton no dudó en criticarlo diciendo: «Bush no ha conocido a muchos trabajadores estadounidenses. No entendería a un profesor, enfermera o conductor de camiones. No necesitan que les digan que trabajen más, necesitan un aumento», explicó la candidata demócrata durante su discurso en la Universidad liberal de Nueva York The New School. La también ex primera dama atacó a los corredores de Bolsa de Wall Street y a su vez al candidato republicano Marco Rubio, senador de Florida, y al gobernador de Wisconsin, Scott Walker, que realizó ayer su esperado anuncio de que entrará en la carrera republicana por la presidencia. «Lo que no está bien y cambiaré cuando yo esté de guardia son los excesivos riesgos de Wall Street y me aseguraré de que los mercados funcionen para los inversores de cada día», reconoció Clinton, quien quiso apelar al grupo de demócratas liberales de su partido, descontento con las mínimas reformas de Wall Street tras la crisis. La demócrata también aprovechó para atacar a Rubio por querer recortar los impuestos a las familias que ganen más de tres millones de dólares al año. Pero la ex primera dama dejó fuera de un discurso hecho a medida para la clase trabajadora muchos detalles sobre una política fiscal más dura hacia los ricos y las grandes compañías americanas. Así, Clinton criticó con fuerza a los mercados, pero ofreció promesas limitadas para reprimir a los grandes bancos de Wall Street, mientras sus promesas más fuertes se encontraron centradas en enviar a los banqueros deshonestos a la cárcel.
Un ambiente en el que quiso resaltar el progreso económico durante la presidencia de su marido, Bill Clinton, en los años 90 y la del actual mandatario, Barack Obama. «No es 1993. No es 2009. Necesitamos soluciones para los grandes desafíos a los que nos enfrentamos ahora, en este mismo momento», indicó mientras hacía referencia a otra serie medidas, entre las que destacan mayor inversión pública en infraestructuras y energías renovables y recortes de impuestos para los pequeños empresarios. En el discurso centró todos sus ataques en sus rivales republicanos, pero apenas hizo mención de su rival demócrata, el senador de Vermont Bernie Sanders, que ha hecho del asunto de la desigualdad económica el grueso de su campaña y que poco a poco va ganando seguidores en una campaña monopolizada por las dos sagas políticas más importantes de Estados Unidos: los Bush y los Clinton.
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