Estados Unidos
Hillary trata de despejar las dudas sobre su candidatura
Hillary Clinton afirmó hoy que actuó "por conveniencia"cuando decidió usar una cuenta privada para su correo electrónico oficial cuando fue secretaria de Estado de EEUU, pero reconoce que habría sido "más inteligente"no hacerlo.
Fue la primera rueda de prensa en dos años de Hillary Clinton y su primer encuentro con periodistas en cinco meses. La ex jefa de la diplomacia nortemaericana estaba obligada a responder a las informaciones en las que se aseguraba que usó exclusivamente su cuenta privada de correo electrónico para sus comunicaciones oficiales cuando estuvo en el Gobierno. Clinton había recibido críticas los días previos por utilizar su e-mail personal para no tener que desvelar ciertos contenidos de sus mensajes. Otros simplemente especularon con que ella se creía por encima del resto. Ayer intentó zanjar este asunto durante una comparecencia en la sede la ONU en un acto sobre el Día de la Mujer. «Utilicé el dominio privado para asuntos de trabajo por una cuestión práctica. Pensé que era mejor llevar sólo un aparato en vez de dos. Pero ahora creo que hubiese sido mejor utilizar múltiples e-mails», reconoció.
«No borré ningún material clasificado. Sólo e-mails personales», dijo Clinton, quien añadió que «no mandó información clasificada desde su cuenta personal. La dirigente demócrata ha presentado más de 55.000 páginas de correspondencia ante el Departamento de Estado para su evaluación. Ayer, la portavoz del departamento, Jen Psaki, reconoció que estos correos electrónicos serán hechos públicos después de que se examinen, lo que podría llevar varios meses. «Tengo la sensación de que he tomado pasos sin precedentes para que estos e-mails sean de dominio público. He ido mucho más lejos de lo que me han pedido que hiciera», reconoció la ex primera dama ante los periodistas tras varios días de controversia desatada por un artículo de «The New York Times» publicado la semana pasada. Clinton, que estuvo al frente del Departamento de Estado entre 2009 y 2013, afirmó que la «gran mayoría» de sus correos electrónicos desde su cuenta privada fueron dirigidos a empleados del Gobierno y funcionarios, que quedan grabados en el registro oficial del sistema público. También declaró que cuando se le requirió presentar copias de esos correos electrónicos las entregó «enseguida». Aun así, optó por quedarse con correos privados, como temas familiares o «rutinas de yoga», porque «nadie quiere que sus e-mails personales se hagan públicos». «Espero que eso se respete»,dijo.
Habrá que esperar varios días para comprobar si esta polémica queda zanjada con la rueda de prensa de ayer. Sin duda, este asunto se le volverá en su contra dentro de unos meses si es que finalmente anuncia su esperada candidatura a la Presidencia de Estados Unidos en 2016.
Mientras permanece abierta la polémica por el uso de su cuenta privada, otro frente amenaza la carrera presidencial de Hillary. El ex presidente Bill Clinton tuvo que salir al paso de las revelaciones sobre las donaciones de Gobiernos extranjeros que recibía su fundación mientras su esposa ejercía como secretaria de Estado, lo que levantó suspicacias por un posible conflicto de interés. «Creo que hemos hecho mucho más bien que daño, y creo que eso es una buena cosa», señaló el lunes ante los asistentes al foro universitario celebrado por la organización Clinton Global Initiative en Miami. Clinton recomendó que los ciudadanos hagan sus «propios juicios» al respecto, aunque no ha ignorado que algunas de aquellas donaciones provinieron de países de Oriente Medio, entre ellos Emiratos Árabes. «¿Estamos de acuerdo con todo lo que hacen? No. Pero nos están ayudando a combatir al Estado Islámico», defendió Clinton, que reconoció que tampoco avalan la política exterior de Arabia Saudí, otro de los países donantes, pero resaltó sus avances en materia de educación.
La Fundación Clinton ha recaudado desde su creación en 2001 unos 2.000 millones de dólares (unos 1.800 millones de euros), y entre las donaciones algunas han sido superiores a un millón de dólares. Un tercio de este grupo corresponde a Gobiernos, entidades o individuos extranjeros. En 2008, la fundación y la Administración Obama firmaron un acuerdo ético para limitar las donaciones de Gobiernos extranjeros, en virtud del cual sólo los que habían hecho alguna aportación antes del nombramiento de Clinton como secretaria de Estado podían seguir donando y en cantidades similares. Quedaba prohibido buscar nuevos contribuyentes. No obstante, la fundación admitió en febrero que una donación de Argelia tras el terremoto de Haití en 2010 violó el acuerdo y nunca se notificó su aceptación al Departamento de Estado.
✕
Accede a tu cuenta para comentar