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Hizbulá lleva la guerra a las mezquitas de Líbano

Al menos 42 muertos y 500 heridos en dos atentados simultáneos en la ciudad de Trípoli

La gente huye tras la explosiones frente a una mezquita en Trípoli
La gente huye tras la explosiones frente a una mezquita en Trípolilarazon

Al menos 42 personas murieron y aproximadamente 500 resultaron heridas en el cruento saldo de las dos fuertes explosiones registradas ayer al mediodía en la ciudad de Trípoli, al norte de Líbano, cuando dos coches bomba estallaron al finalizar las plegarias en dos mezquitas locales.

Al menos 42 personas murieron y aproximadamente 500 resultaron heridas en el cruento saldo de las dos fuertes explosiones registradas ayer al mediodía en la ciudad de Trípoli, al norte de Líbano, cuando dos coches bomba pesadamente cargados de explosivos estallaron al finalizar las plegarias en dos mezquitas locales. La primera explosión fue en la mezquita de Al Taqwa, en el centro de la ciudad, mientras que la segunda tuvo lugar minutos después frente a la mezquita As Salam, cerca del puerto.

Nadie ha reivindicado por ahora el doble atentado, pero fuentes de la investigación libanesas estiman que los responsables podrían haber venido de la organización chií proiraní Hizbulá, dado el apoyo decidido que da al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, y que en las mezquitas atacadas solían orar dos importantes autoridades suníes de la zona, declarados opositores al mandatario sirio.

Ésta no es la primera vez que Trípoli es escenario de sangrientos choques entre suníes y chiíes, enfrentamientos que desde un principio fueron vistos como reflejo de lo que sucede en territorio sirio. Cabe recordar que más allá de las viejas tensiones entre las dos comunidades musulmanas de Líbano, la participación activa de Hizbulá y su patrón, Irán, en la guerra en Siria a favor del régimen ha agravado las disputas. Mientras Hizbulá e Irán combaten por Asad y hasta participan –según afirman los rebeldes– en matanzas de civiles, radicales suníes tanto sirios como llegados del exterior, intentan derrocarlo. La guerra es cada día más sangrienta, y la sangre salpica hacia afuera. Pero los atentados de ayer son los más graves desde 1990, por lo que el salto cualitativo es importante y hace prever una venganza del mismo calibre de la parte contraria.

Testimonios de habitantes en Trípoli hablaban de «estallidos que nos hicieron sentir un terremoto» y testigos presenciales contaron sobre gente que corría desesperada con heridos en los brazos.

Los vecinos dirigieron el dedo acusador automáticamente hacia Hizbulá, pero la organización chií desmintió categóricamente las acusaciones, calificó lo sucedido de «atentado terrorista» y aseguró que «esto es obra de manos criminales que desean sembrar semillas de guerra civil entre los libaneses y arrastrarlos a una guerra confesional y étnica». De hecho, Hizbulá ha sufrido en su enclave central, la Dahya, en Beirut, dos ataques con bomba este verano que ocasionaron decenas de muertos.

Israel también bombardea suelo libanés

Israel confirmó ayer el bombardeo aéreo de Líbano en represalia por el lanzamiento el jueves de cuatro proyectiles contra su territorio. El ataque, efectuado de madrugada, tenía como objetivo un «sitio terrorista entre Beirut y Sidón», señaló el Ejército en un comunicado en el que añadió que «los pilotos informaron de impactos directos al objetivo». El lugar bombardeado, sin provocar víctimas ni daños, fue una posición en la región de Naame, a 18 kilómetros al sur de Beirut.