Violencia
Noche de caos en Dublín tras acusar a un solicitante de asilo de violar a una niña de diez años
El comisario Justin Kelly calificó los hechos de “brutalidad” y describió a los agresores como “una turba”

Dublín ha sido escenario la noche del marte de disturbios frente a un centro de inmigración en un barrio de la capital irlandesa, provocado por la presunta violación de una niña de diez años. Aunque las autoridades no revelaron la identidad del sospechoso, el periódico "Irish Times" informó que se trata de un solicitante de asilo de 26 años rechazado que llegó de un país africano hace seis años.
Durante los altercados, seis personas fueron detenidas y una agente resultó herida durante los enfrentamientos, por lo que la Policía Nacional de Irlanda ha abierto una investigación criminal. La prensa irlandesa describe los disturbios como "90 minutos de locura" durante los cuales se corearon cánticos y mensaje racistas: “Esto es Irlanda, este es nuestro país, sáquenlos de aquí, joder”, dijo una mujer por un megáfono durante los altercados.
La manifestación, que reunió a unas 2.000 personas, derivó en violencia cuando un grupo de hombres encapuchados y enmascarados lanzó proyectiles, ladrillos, basura y fuegos artificiales contra los agentes de la Garda, la policía. En medio del caos, un vehículo policial fue incendiado y una parada de tranvía vandalizada, lo que obligó al despliegue de más de 300 agentes, incluyendo unidades antidisturbios, montada, canina, aérea y un cañón de agua.
Aunque el cañón no llegó a ser utilizado, fue la primera vez que la Garda lo desplegaba desde su adquisición hace dos años, tras disturbios similares protagonizados por grupos de ultraderecha en el centro de Dublín. La policía logró dispersar a la multitud cerca de las 22:00 horas, después de bloquear carreteras y suspender los servicios de transporte público en la zona, informa Europa Press.
El comisario Justin Kelly calificó los hechos de “brutalidad” y describió a los agresores como “una turba”, subrayando que la Garda apoya las protestas pacíficas, pero no tolerará la violencia contra sus agentes. Por su parte, el primer ministro Micheál Martin condenó “enérgicamente los violentos disturbios ocurridos en Citywest” y elogió la valentía de los gardaí que restablecieron el orden.
Los disturbios se produjeron tras una presunta agresión sexual a una menor ocurrida en la madrugada del lunes cerca del complejo. El ministro de Justicia, Jim O'Callaghan, advirtió que “los implicados en la violencia serán llevados ante la justicia” y lamentó que “personas que desean sembrar el disenso usen un delito como arma”.
O'Callaghan insistió en que “la violencia no refleja a la gente de Saggart” y recalcó que “la protesta pacífica es un pilar de nuestra democracia, pero atacar a los guardias y destruir propiedad no ayudará a nadie a sentirse seguro”.