Política

Venezuela

Huelga contra la trampa chavista

La oposición convoca un «paro cívico nacional» a partir del 10-E si no hay toma de posesión. El presidente de la Asamblea Nacional no descarta la presencia de Chávez en Caracas

El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello (i), y el vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro (d),durante una rueda de prensa en la que llaman a la militancia chavista a realizar una concentración.
El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello (i), y el vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro (d),durante una rueda de prensa en la que llaman a la militancia chavista a realizar una concentración.larazon

El oficialismo se empeña en legitimar su plan para perpetuarse en el poder el jueves. Ayer, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, decía que no descarta que Chávez aparezca en Caracas, y anunciaba que ese día se celebrarán actos populares y oficiales con asistencia de dignatarios extranjeros. Es una forma de distraer al pueblo, sin debatir sobre la inconstitucionalidad del traspaso de mando encubierto, que piensan hacer.

«Nosotros no descartamos absolutamente nada, lo que no vamos a llegar es al 10 sin saber qué es lo que vamos a hacer», dijo Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

En la rueda de prensa semanal del partido, anunció la convocatoria de una gran concentración en Caracas ese día: «Toda Venezuela se va a venir para acá para Caracas, frente al Palacio de Miraflores», dijo. Agregó que vienen a Venezuela «una cantidad de presidentes de países amigos, jefes de Gobierno y primeros ministros de algunos países».

«Van a visitarnos, a darle su solidaridad al presidente Chávez y al pueblo» y a expresar su «respeto» a esta Constitución, señaló al comentar que habrá otro acto en el Teatro Teresa Carreño, el principal de la capital. Cabello afirmó que de «manera contundente» el pueblo estará en la calle en apoyo al presidente en la fecha fijada por la Constitución para la toma de posesión del mandato tras su victoria en las elecciones presidenciales del 7 de octubre.

Mientras, desde la oposición aseguran que la batalla todavía no está perdida y los venezolanos en el exilio han convocado un gran paro cívico nacional para el 10 de enero en caso de que no se lleve a cabo la toma de posesión. El vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró ayer que Chávez, quien descansa en Cuba tratándose de una reincidencia de un cáncer, se encuentra «en funciones», por lo que descartó que se puede declarar una ausencia del mandatario.

Por su parte, el principal líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles, insistía ayer en pedir respeto a los plazos que establece la Constitución del país, en alusión a la posible ausencia del presidente en el acto de investidura, que tendrá lugar el próximo jueves. Capriles recordó que la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que engloba a las fuerzas de oposición, nunca ha planteado «que el 10 de enero el presidente de la República electo deja de ser presidente de la República», aunque especificó que ese día «arranca un periodo constitucional».

Para Capriles, «si no se da el 10 de enero ese acto de juramento empiezan a correr unos plazos que la propia Constitución establece». «¿Qué es lo que nosotros deseamos? Que el presidente de la República tome posesión de su cargo».

En sintonía, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) entró ayer en escena y criticó que «el Gobierno no ha dicho toda la verdad» sobre la enfermedad de Chávez. «El Gobierno no le ha dicho al pueblo toda la verdad a la cual tiene derecho. Sólo le ha comunicado, con evidente dificultad, su verdad política», dijo el presidente de la COV, monseñor Diego Padrón. El prelado indicó que la población venezolana se encuentra «confundida, y una buena parte de ella molesta» porque el Gobierno ha presentado más de 25 comunicados oficiales, pero «hasta hoy no ha recibido oficialmente ningún parte médico venezolano».

Maduro, quien en ese momento no estaba al tanto de estas críticas, señaló que prefería esperar para responder a la COV. «Luego evaluaremos lo que son los términos de su comunicado para poder opinar con base a lo que van a ser sus deliberaciones», concluyó el vicepresidente.

Parece que suenan tambores de guerra entre la Iglesia y el Palacio de Miraflores. Aunque las aguas se habían calmado, los prelados vuelven a la carga ante los planes del Gobierno chavista.