Tensión militar

India bombardea sistemas de defensa aérea en Pakistán y agrava aún más la tensión

"La respuesta india ha sido similar y con la misma intensidad que la de Pakistán. Se ha sabido fehacientemente que un sistema de defensa aérea en Lahore ha sido neutralizado", afirma el gobierno de Nueva Delhi

La situación entre India y Pakistán ha llegado a un nuevo punto de ebullición, con ambas potencias nucleares lanzando ataques directos a instalaciones militares en territorio enemigo. Esta escalada representa un nuevo y alarmante episodio en su prolongada saga de enfrentamientos. El Ejército Pakistaní, a través de su portavoz, el teniente general Ahmed Sharif Chaudhry, denunció lo que consideran una "grave provocación" emanada de Nueva Delhi. Chaudhry afirmó que sus fuerzas lograron interceptar y derribar 25 drones de fabricación israelí lanzados desde territorio indio, calificando este acto como una "agresión militar inaceptable", lo que refleja la profunda indignación de Islamabad. Los vehículos aéreos no tripulados han estado llevando a cabo operaciones ofensivas en núcleos urbanos estratégicos, provocando explosiones en ciudades como Karachi y Lahore. En esta última, un dron indio fue neutralizado en las proximidades del aeropuerto, lo que resultó en la suspensión de vuelos en múltiples terminales, exacerbando el caos en la región. En respuesta, las autoridades de Nueva Delhi han afirmado que Pakistán intentó ejecutar ataques contra objetivos militares indios. En una exhibición de poderío, el ejército indio llevó a cabo ataques aéreos dirigidos a radares y sistemas de defensa antiaérea en diversas localizaciones dentro del territorio paquistaní, subrayando su determinación de no ceder ante tales provocaciones.

La red de defensa aérea integrada de India y sus sistemas de contramedidas contra vehículos aéreos no tripulados (UAS) entraron en acción la noche del miércoles, derribando múltiples drones armados paquistaníes, municiones merodeadoras y misiles dirigidos a 15 instalaciones militares críticas, incluidas las bases de la Fuerza Aérea en Pathankot y Srinagar.

Fuentes del establecimiento de defensa y seguridad revelaron a ThePrint que el sistema S-400, un avanzado sistema de defensa aérea de largo alcance capaz de interceptar aviones, misiles balísticos y drones, se utilizó junto con varias unidades del sistema Akash, sistema de misiles superficie-aire de medio alcance diseñado para neutralizar aeronaves. Además, se desplegaron diversos sistemas de contramedidas contra UAS, que incluyen dispositivos portátiles para la interceptación de drones y sistemas de bloqueo que interfieren con sus señales de control.

Un comunicado oficial del Ministerio de Defensa (MoD) indio reveló que Pakistán intentó llevar a cabo ataques contra varios objetivos militares estratégicos en el norte y oeste de India. Entre los destinos seleccionados se encontraban Awantipura, Srinagar, Jammu, Pathankot, Amritsar, Kapurthala, Jalandhar, Ludhiana, Adampur, Bhatinda, Chandigarh, Nal, Phalodi, Uttarlai y Bhuj, utilizando drones y misiles como herramientas de agresión.La situación fue detectada por el Sistema Integrado de Comando y Control Aéreo (IACCS) de la Fuerza Aérea India (IAF), que opera a través de una avanzada cadena de radares interconectados, activando un protocolo de respuesta inmediata.

Los misiles y drones paquistaníes dirigieron su fuego contra estaciones de la Fuerza Aérea y sistemas de radar en varias ubicaciones estratégicas. Tras el lanzamiento de la Operación ‘Sindoor’, los sistemas de defensa aérea indios fueron colocados en máxima alerta en el sector occidental, preparados para cualquier eventualidad.

En respuesta a esta agresión, Nueva Delhi informó que ejecutó una ofensiva utilizando drones kamikaze, con el objetivo de desmantelar instalaciones militares paquistaníes y confirmó que un sistema de defensa aérea en Lahore fue neutralizado.

La Oficina de Relaciones Públicas de los Servicios Inter-Armados de Pakistán (ISPR) intentó minimizar el impacto de las incursiones, afirmando que las ubicaciones agredidas, que incluyen Attock, Gujranwala, Chakwal, Rawalpindi, Bahawalpur, Miano, Chor y áreas cercanas a Karachi, fueron "neutralizadas", salvo en Lahore. Sin embargo, se reportó que cuatro militares paquistaníes resultaron heridos en el incidente. Los objetivos fueron cruciales: sistemas de radar y de armas de defensa aérea, entre ellos el avanzado HQ-9B de fabricación china.

Alianzas militares en la sombra

La contienda no se limita a la territorialidad; es parte de un intrincado juego de alianzas globales. India ha fortalecido sus lazos estratégicos con Israel y Estados Unidos, mientras que Pakistán busca afianzar su relación con Irán y China.

Entretanto, recientes envíos de armas desde Rusia a India y de China a Pakistán en los días previos a las renovadas hostilidades fronterizas entre estos dos rivales del sur de Asia suscitaron interrogantes sobre si Moscú y Pekín son actores neutrales en el conflicto.

Al parecer, India recibió un envío de misiles de defensa aérea Igla-S de Rusia, según informes de medios indios. Este suministro se produjo tras el ataque “terrorista” el 22 de abril cerca de Pahalgam, en Jammu y Cachemira administrada por India, que resultó en la muerte de 26 turistas no musulmanes. Los proyectiles, capaces de interceptar aeronaves de baja altitud y drones, fueron desplegados en áreas fronterizas avanzadas y se cree que fueron adquiridos bajo los poderes de emergencia de Nueva Delhi. Los sistemas de defensa aérea portátiles Igla-S, valorados en 3 millones de dólares, podrían fortalecer las capacidades tácticas indias, particularmente a lo largo de la disputada frontera en Jammu y Cachemira.

Por otra parte, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Lavrov, ofreció su ayuda para resolver las tensiones entre los Estados nucleares sobre la disputada Cachemira, según el propio organismo ruso. Estos desarrollos ocurrieron en medio de las sanciones impuestas por Estados Unidos y la UE a Rusia tras su invasión de Ucrania, lo que añade una capa de complejidad a la dinámica de poder en la región.

Como parte de la Operación Sindoor, este miércoles de madrugada el ejército indio ejecutó una serie de ataques aéreos dentro del territorio paquistaní, enfocándose en nueve sitios de infraestructura terrorista vinculados a los grupos militantes Jaish-e-Mohammed y Lashkar-e-Taiba, una medida que el ministro indio de Asuntos Exteriores, Vikram Misri, defendió como «preventiva y cautelar». Según informes de medios indios, se emplearon aviones de combate Rafale, equipados con misiles de crucero Scalp y municiones guiadas de precisión Hammer, todos de fabricación francesa.

Chietigj Bajpaee, investigador principal de Asia del Sur en el programa Asia-Pacífico de Chatham House, enfatizó al South China Morning post que la reciente entrega de armamento por parte del Kremlin, junto con su oferta de mediar en el conflicto, evidencia que su posición en la disputa India-Pakistán es "lejos de ser neutral". Rusia ha mantenido una relación estratégica con India que se remonta a la Guerra Fría, evidenciada por el apoyo soviético en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la década de 1950 respecto a la cuestión de Cachemira. Sin embargo, en años recientes, ha aumentado su compromiso con Pakistán, lo que genera dudas sobre la consistencia de su política exterior en el subcontinente.

Asimismo, China ha hecho un llamado a las dos partes para que “ejerciten moderación” y busquen resolver sus diferencias a través del diálogo. Sin embargo, esta aparente neutralidad a ojos de expertos, es una ilusión. La realidad es que Pekín se ha consolidado como un aliado de Pakistán, describiéndolo como su “socio estratégico en todo clima”.

Mientras Islamabad se prepara para lo que muchos anticipan como un enfrentamiento inminente con su rival, se ha reportado que la segunda economía mundial ha acelerado la entrega de armamento a Islamabad. Este movimiento estratégico refuerza la posición de este último en un entorno de seguridad volátil. Con aproximadamente el 81% de sus importaciones de armas provenientes de China entre 2020 y 2024, esta dependencia militar se ha convertido en un factor decisivo en el conflicto. El apoyo militar chino no se limita a simples transacciones. Se traduce en una modernización del arsenal paquistaní que podría cambiar radicalmente el equilibrio de poder en la región. La introducción de sistemas avanzados, junto con el conocimiento técnico proporcionado, eleva las capacidades operativas de ese ejército, planteando un desafío directo a la superioridad militar de India.

El mes pasado, se reportó que China entregó misiles PL-15 de largo alcance, diseñados para combate aire-aire, a Pakistán, destinados a equipar sus jets de combate JF-17.