Teherán

Irán acelera su programa nuclear y desafía a la ONU

La evacuación de la Embajada estadounidense en Irak alimenta la hipótesis de un inminente ataque israelí a Teherán del que advierten funcionarios de las cancillerías occidentales

Planta atómica de Natanz
Planta atómica de Natanz en Iránlarazon

En cuestión de días la confianza y buena disposición que la Administración Trump y las autoridades iraníes habían alcanzado -y que auguraban un acuerdo nuclear, conveniente para ambas partes, en un horizonte no lejano- parece haberse desvanecido. Ayer, la República Islámica avanzaba sus planes de construcción de una nueva instalación de enriquecimiento de uranio en respuesta a la resolución de condena aprobada por la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que acusaba horas antes a Teherán de violar sus obligaciones por primera vez en cerca de dos décadas.

Entretanto, el anuncio en la tarde del miércoles de la evacuación de la Embajada estadounidense en Irak venía en las últimas horas a dar pábulo a la información recogida por medios estadounidenses e israelíes -a partir de fuentes oficiales en el seno de cancillerías occidentales- de un inminente ataque israelí contra instalaciones nucleares iraníes. Una posibilidad -aparentemente incompatible con las negociaciones en curso desde abril entre Washington y Teherán- que movían a las autoridades iraníes a asegurar estar “completamente preparadas” ante “cualquier acto de agresión” por parte de terceros.

Lo cierto es que las FDI llevaron a cabo en la fecha del 26 de octubre del año pasado varios ataques en territorio iraní, respuesta de Tel Aviv a la agresión iraní contra Israel -más de 180 misiles balísticos- del 1 de octubre. Antes, el 19 de abril, el Ejército israelí había bombardeado la base militar de Isfahán en respuesta a un ataque previo de la República Islámica contra objetivos militares israelíes.

En respuesta, el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salami, avisaba ayer de que su país está preparado para una “guerra a cualquier nivel” en caso de ser agredido. Además, a última hora de la tarde de ayer las autoridades militares del régimen anunciaban maniobras a gran escala con vistas a “mejorar las capacidades de defensa y contención” del país y “responder a las amenazas en la región” y a los “movimientos de los adversarios”, en medio del aumento de la tensión de las últimas horas. Según el jefe del Estado Mayor del Ejército iraní, Mohamad Bagheri, los ejercicios tendrán lugar en varios puntos puntos del país de manera simultánea.

Con todo, aparentemente ajenas a los tambores de guerra, en la mañana de ayer las autoridades omaníes -el sultanato ha venido haciendo tradicionalmente de mediador entre Teherán y Washington- anunciaban que Mascate volvería este domingo a albergar una nueva ronda de diálogo bilateral indirecto -la sexta- en materia nuclear entre la Administración Trump y el régimen de los mulás. La Administración estadounidense espera que el encuentro sirva para conocer la posición iraní al respecto de la propuesta de acuerdo recientemente remitida por Washington al régimen teocrático.

El jueves arrancaba con la emisión por parte del Organismo Internacional de Energía (OIEA), la agencia atómica de la ONU, de una resolución crítica con Irán por sus actividades nucleares, la cual abre la vía a un a denuncia del régimen de los ayatolás ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Lo cierto es que 19 de los 33 países miembros de la Junta de Gobernadores del OIEA apoyan el texto presentado por Alemania, Francia, Reino Unido y EEUU. En él se insta a Teherán a “subsanar urgentemente” su incumplimiento del acuerdo de salvaguardia con el propio organismo vinculado a la ONU.

La respuesta del régimen no se hacía esperar y llegaba a través del Ministro de Exteriores iraní y la Organización para la Energía Atómica (OEAI), que emitieron ayer un comunicado conjunto destacando que, “como se anunció previamente, Irán no tiene más opción que responder a esta resolución política”, confirmaban una orden para “abrir un nuevo centro de enriquecimiento en una zona segura y reemplazar máquinas de primera generación en Fordo -localidad situada en la provincia de Qom- con máximas de sexta generación”.

“Otras medidas están siendo planificadas y serán anunciadas posteriormente”, anunciaba también la nota conjunta, que también criticaba “las acciones de Estados Unidos y los tres países europeos”, un acto que “supone un mayor uso del OIEA como una herramienta con fines políticos, sin base técnica o legal”. “Irán siempre se ha ceñido a sus obligaciones de salvaguardas y hasta ahora ninguno de los informes de la agencia ha mencionado que Irán no haya cumplido con sus obligaciones o haya desviado sus materiales y actividades nucleares”, zanjaba la nota publicada en la cuenta de X del Ministerio iraní de Exteriores.

Horas después la UE respaldaba la resolución del OIEA y denunciaba la respuesta de Teherán para construir una nueva instalación de enriquecimiento de uranio. “Apoyamos la resolución adoptada por la Junta del Organismo Internacional de Energía Atómica. Esta resolución llega tras varios llamamientos de la Junta a Irán para que mejore la coordinación con el organismo y tras un exhaustivo informe del director general del organismo sobre el cumplimiento de las obligaciones de Irán”, aseguraba el portavoz de Exteriores de la UE, Anouar El Anouni.

Al respecto de lo ocurrido en las últimas horas, el analista hispano-iraní Daniel Bashandeh asegura que “la última resolución de la OIEA añade más presión a Irán y a EEUU. Ambos países buscan reforzar sus demandas antes de la nueva ronda de negociaciones previstas para este domingo. Sobre todo con las posiciones tan alejadas que ambos tienen al respecto de la capacidad del enriquecimiento de uranio de Irán. El clima de tensión beneficia a Israel”. “Teherán reforzará su posición y utilizará esta cuestión para cerrar filas en torno al derecho a enriquecer uranio. Este clima de tensión beneficia a Israel y condiciona a EEUU a seguir presionando contra las exigencias de enriquecimiento de uranio iraní”, concluye a LA RAZÓN el especialista en Irán.