Política exterior
Irán se precipita al abismo diplomático con Occidente
Las autoridades iraníes aseguran que el destino del «Stena Impero» depende de la «cooperación» de la tripulación. Reino Unido promete sanciones para resolver la crisis de los petroleros.
Las autoridades iraníes aseguran que el destino del «Stena Impero» depende de la «cooperación» de la tripulación. Reino Unido promete sanciones para resolver la crisis de los petroleros.
Han pasado tres días desde que Irán capturó al buque «Stena Impero», y quince desde que la Fuerza Naval de Reino Unido retuvo el petrolero iraní «Grace I» en el Estrecho de Gibraltar, así que echando cuentas, no será tan inmediata la liberación del navío británico. La detención del «Stena Impero» ha provocado una crisis diplomática entre Teherán y Londres, y ahora una grabación de los intercambios de radio entre un buque de guerra británico y las Fuerzas Armadas iraníes publicada ayer, echa más leña al fuego.
El audio es de los momentos antes de que el petrolero británico fuera capturado en el Golfo y se escucha a los oficiales de la Guardia Revolucionaria desde su buque indicar al «Stena Impero», que cambie de dirección. Luego, el barco de guerra iraní le dice a la fragata de la «Royal Navy» que su intención es inspeccionar el petrolero británico por «razones de seguridad». El ministerio de Defensa británico confirmó ayer la autenticidad de la grabación de los mensajes de radio entre los buques iraní y británico. Teherán advirtió ayer que la investigación que decida el destino del «Stena Impero» dependerá de «la cooperación» de la tripulación. Las autoridades iraníes justifican la detención del petrolero por «no haber respetado el código marítimo internacional». A pesar de los llamamientos internacionales a ser puesto en libertad, el «Stena Impero» permanecerá en el puerto de Bandar Abbas (sur), y sus 23 tripulantes –18 indios, tres rusos, un filipino y un letón– «están en buen estado de salud». Así lo declaró Allah Morad Afifipoor, director general de la Autoridad Portuaria y Marítima de la provincia de Hormozgán. Según Afifipoor, el «Stena Impero» había «chocado con un pesquero» que «contactó con el petrolero pero no tuvieron respuesta». Las autoridades iraníes abrieron una investigación sobre las «causas» del accidente «conforme a la ley».
En Teherán, el Parlamento iraní dio ayer su apoyo a la incautación del petrolero británico. Unos 160 legisladores emitieron una declaración conjunta elogiando la interceptación del petrolero con bandera británica por parte de la Guardia Revolucionaria, quien publicó un vídeo de la captura que muestra a los comandos iraníes con pasamontañas negros y uniforme bajando por una cuerda desde un helicóptero hasta el barco. Los británicos «robaron y se les respondió», aseguró el presidente del Parlamento, Ali Larijani.
Si bien la investigación iraní en curso se basa en que el «Stena Impero» «apagó el GPS y navegó en dirección opuesta» cuando entró en el Estrecho de Ormuz, lo cierto es que se trata de una venganza por la detención de su superpetrolero. Además, Teherán anunció ayer que un petrolero iraní, el «Happiness 1», que a finales de abril se vio obligado a hacer escala en el puerto saudí de Yeda tras un problema técnico, había sido «liberado» este sábado. Ante la escalada de tensión con Irán, el ministro británico de Exteriores, Jeremy Hunt, anunció ayer que el ejecutivo informará mañana al Parlamento de las «medidas suplementarias» que piensa adoptar.
«Vamos a examinar una serie de opciones», dijo, por su parte, el secretario de Estado para Defensa, Tobias Ellwood, sin dar más precisiones.
Mientras, el embajador iraní en Londres, Hamid Baeidinejad, exhortó en en su cuenta de Twitter al Gobierno británico «a controlar las fuerzas políticas interiores que quieren una escalada de las tensiones existentes entre Irán y Reino Unido más allá de la cuestión de los buques». Irán «está preparado para diferentes escenarios», añadió.
Navegar por el Golfo Pérsico se ha convertido en un tómbola. Desde que estalló la crisis entre Estados Unidos e Irán a raíz de las sanciones estadounidenses contra los intereses económicos del petróleo iraní la escalada de tensión en el Golfo no ha dejado de aumentar.
La detención del «Stena Impero» ha sido el último incidente de los numerosos registrados desde que en mayo cuatro petroleros, dos de ellos saudíes, fueron blancos de acciones de sabotaje.
Reino Unido ha entrado como nuevo jugador en el tablero iraní tras el contencioso de los petroleros y se está planteando incluso regresar a las sanciones. Incluso podría pedir la restitución de las sanciones de Naciones Unidas y la Unión Europea contra Teherán.
En medio de otra crisis internacional con Irán que ha dejado al acuerdo nuclear de 2015 al borde del precipicio, abrir un conflicto naval en el Golfo Pérsico acabaría salpicando a toda la región de Oriente Medio. Los medios diplomáticos parecen haberse acabado hace tiempo y tanto Estados Unidos como Reino Unido y el mismo Teherán se están preparando para una eventual confrontación en aguas del Golfo. Londres está buscando apoyo entre sus, de momento, aliados europeos. El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, advirtió de que la actual escalada de tensión podría llevar a una nueva «guerra» en el Golfo Pérsico que ha urgido a evitar. «Se trata de evitar la guerra», declaró en una entrevista.
«Todos los esfuerzos (que llevamos a cabo) junto a los socios europeos y a los países de la región están dirigidos a este fin», insistió, al tiempo que advirtió a Irán de que su incautación de embarcaciones comerciales está contribuyendo a una «escalada de la tensión».
En la región, Omán urgió a Irán a liberar al petrolero británico para frenar la crisis en el Golfo Pérsico e insistió en la vía diplomática para arreglar las diferencias. Con ello el emirato árabe se une al reino de Bahréin, que ha condenado la captura del «Stena Impero» y ha exigido a Irán que ponga fin de inmediato a sus acciones «irresponsables».
✕
Accede a tu cuenta para comentar