Estados Unidos

Irán se queja ante la ONU por la decisión de EEUU de no conceder el visado a su embajador

Irán se ha quejado ante Naciones Unidas por la decisión de Estados Unidos de no conceder visado a su nuevo embajador.

Irán se ha quejado ante Naciones Unidas por la decisión de Estados Unidos de no conceder visado a su nuevo embajador ante la organización por su presunto papel durante el secuestro de diplomáticos norteamericanos en la Embajada de Teherán en 1979, según ha publicado la agencia iraní IRNA.

El embajador designado por Irán, Hamid Abutalebi, ha declarado que actuó simplemente como traductor durante los 444 días en los que estudiantes radicales secuestraron a 52 ciudadanos estadounidenses.

La portavoz del ministerio de Exteriores iraní, Marzieh Afkham, ha declarado que el incidente ha sido "remitido a Naciones Unidas", según la agencia iraní. "Se ha activado el mecanismo oficial para continuar con la queja, por lo que vamos a seguir adelante con el caso", ha añadido.

Irán informó el domingo de que podría adoptar acciones contra Washington en Naciones Unidas por el incidente. Además, las autoridades iraníes se han mantenido firmes en la designación de Abutalebi, al que han calificado de diplomático experimentado, tras el alboroto causado por antiguos rehenes y congresistas estadounidenses.

Abutalebi ha trabajado como embajador en Italia, Bélgica y Australia, en donde no se le ha conocido por ser un político de línea dura o por haber mantenido una postura contraria a Occidente.

Programa nuclear iraní

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha ejercido una fuerte presión para que no se permita la entrada de Abutalebi en el país. Además, han aumentado las preocupaciones sobre si la disputa podría afectar a las delicadas negociaciones entre Teherán y las seis potencias nucleares, entre las que se encuentra Estados Unidos, sobre el programa nuclear iraní.

El Gobierno estadounidense puede impedir la entrada en el país de diplomáticos de Naciones Unidas que puedan suponer una amenaza para la seguridad, aunque el caso, que ha sentado precedente, puede provocar críticas sobre si Washington utiliza su posición como anfitrión de la sede de Naciones Unidas para ejercer influencia política.