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Irán y Occidente salvan los últimos obstáculos para el pacto nuclear
Cuando los signos de retroceso en las negociaciones hacían presagiar su naufragio, la confianza en torno a la firma de un acuerdo completo sobre el programa nuclear iraní resucitó ayer, según se desprendía de los comentarios vertidos por las partes. «Estamos acercándonos a algunas decisiones reales», reveló el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, quien se declaró optimista pese a que todavía permanecían sobre la mesa algunos puntos difíciles. El titular de Exteriores ruso, Sergey Lavrov, y su homólogo chino, Wang Yi, se desplazaron ayer a Viena para unirse al resto de ministros de los seis países implicados en las conversaciones con Teherán, en lo que parecía denotar la inminencia del pacto.
El grupo 5+1, conformado por Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania, espera obtener el aval de Irán de que su objetivo no es el de fabricar armas nucleares y demanda a la república islámica que ralentice su programa atómico a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales impuestas en el seno de las Naciones Unidas. La delegación francesa ha sido especialmente inflexible a la hora de exigir garantías de Teherán, aunque el canciller galo, Laurent Fabious, se mostró menos cauteloso que de costumbre y afirmó: «Espero que estemos entrando, finalmente, en la última fase de estas negociaciones». En la misma línea se pronunció el consejero del ministro de Exteriores persa, Alireza Miryousefi: «El acuerdo está a nuestro alcance. Llegados a este punto, sólo requiere de voluntad política», escribió en la red social Twitter.
Durante toda la jornada, se multiplicaron las declaraciones anónimas a los periodistas que hacían guardia en el Palais Coburg, sede de las charlas, que apuntaban a que si el acuerdo no se presentaba ayer en sociedad habría sido, únicamente, por motivos técnicos y porque todavía era necesario dar los últimos retoques al documento definitivo. Citando dos fuentes diplomáticas, la agencia Asociated Press informó de que el anuncio sobre el histórico pacto tendría lugar la pasada madrugada o, a más tardar, a final del día de hoy. Una vez consensuado el texto, éste sería enviado a Teherán y al resto de capitales para su consideración y, si no se impugna ninguna de sus disposiciones, entonces sí, se podrían echar las campanas al vuelo.
Si, como ya ha sucedido en varias ocasiones, no se produce un inesperado retroceso, el acuerdo acabaría con diez años de tensión y desencuentros entre la República Islámica y las grandes potencias a cuenta de las ambiciones nucleares de Teherán. La esperada rúbrica significaría también que las fatigosas negociaciones habrían concluido en un entendimiento entre los Estados del 5+1 e Irán sobre asuntos espinosos como un acceso de los agentes del OIEA que no comprometa la seguridad nacional persa o el levantamiento del embargo a la compra de armas, una reclamación percibida como inaceptable por el resto de delegaciones y que ha dificultado el proceso.
Este lunes vencía el cuarto plazo impuesto por Estados Unidos y la Unión Europea, entre las advertencias de John Kerry de que la Administración estadounidense contemplaba la opción de «volver a casa mejor que retornar con las manos vacías será hacerlo con el codiciado documento bajo el brazo, que el Congreso norteamericano deberá estudiar en un periodo de 60 días.
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