Oriente Medio

Israel prosigue la ofensiva militar en Yenín y deja 10 muertos y un centenar de heridos

Las autoridades israelíes aseguran que el campo de refugiados se ha convertido en bastión de Hamás y Yihad Islámica

La operación militar a gran escala de las Fuerzas de Defensa de Israel contra grupos armados palestinos en torno al campamento de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania, ha dejado hasta el momento diez muertos, todos ellos miembros de grupos armados palestinos, según Israel, y cien heridos. La ofensiva israelí por tierra y aire, considerada ya la más importante desde la Segunda Intifada, se ha centrado sobre Yenín, un campo que según Israel se ha convertido en los últimos tiempos en bastión de Hamás y Yihad Islámica. Según las autoridades militares israelíes, la operación podría extenderse durante varios días.

Entre las víctimas figura un joven palestino que perdió además la vida en Al Bireh, un municipio situado cerca de la ciudad de Ramala. Un soldado israelí resultó herido leve por fuego de mortero antes de ser trasladado a un centro médico, según información de las Fuerzas de Defensa israelíes.

La ofensiva comenzó con más de diez rondas de ataques aéreos contra los centros de mando de milicias palestinas, y continuó, con el envío de 1.000 soldados a una operación de búsqueda de armas en viviendas del campamento de refugiados de Yenín, que se saldó con una veintena de detenciones a última hora de ayer. Las diferentes milicias palestinas se unieron hace año y medio en el citado campo de refugiados bajo la Brigada de Yenín. Además, daban cuenta las mismas fuentes militares de que los soldados israelíes descubrieron un laboratorio destinado a la fabricación de explosivos y varias armas, entre ellas un lanzacohetes. En el operativo participó más de un millar de soldados, entre ellos tropas de combate y cuerpos de inteligencia, una parte de ellos de forma encubierta.

«Actualmente se están produciendo intercambios de disparos con hombres armados adyacentes a una mezquita en el campamento de Yenín. Un avión de la fuerza aérea atacó cerca para eliminar una amenaza», informó el Ejército israelí en uno de sus reportes en el mediodía de ayer.

Fuentes de Seguridad citadas ayer por el diario israelí «Haaretz» aseguraban estar en disposición de lograr sus objetivos militares en un plazo de 48 horas. En la víspera de la operación, antes de la cual el Gobierno israelí informó a la Administración Biden, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se había reunido con su gabinete de seguridad para abordar la situación crítica en Cisjordania.

La región contiene a estas horas la respiración ante la perspectiva de una escalada. Grupos terroristas palestinos, entre ellos Hamás y Yihad Islámica, amenazaron ayer a Israel con una «amplia escalada» si proseguía su operación militar en Yenín. «La resistencia armada en todos los escenarios no permitirá que el enemigo invada a nuestro pueblo en Yenín ni que lo ataque», advirtió en una nota la Cámara de Operaciones Militares Conjuntas, que aglutina a las facciones armadas palestinas en Gaza, recogido por la agencia Efe. «Llamamos a todo nuestro pueblo en ciudades, pueblos y campamentos, especialmente en torno a Yenín, a confrontar la ocupación israelí», instaba el citado comunicado. Anoche, los sistemas de intercepción de proyectiles israelíes estaban ya preparados ante una posible ofensiva con cohetes contra su territorio desde la Franja de Gaza.

Protestas en Gaza

Al mismo tiempo, en la tarde de ayer comenzaron a organizarse concentraciones de repulsa en Gaza. En declaraciones a la cadena Al Jazeera, un veterano líder de Yihad Islámica, Khaled al Batsh, llamó a «los mediadores de todo el mundo a adoptar decisiones de manera inmediata para detener el asalto» contra el campamento situado en el norte de Cisjordania «antes de que sea demasiado tarde», y aseguró que «los intentos de ocupación israelí de llevar la batalla hasta las calles de Yenín serán en vano».

«Instruimos a nuestros muyaidines y células desplegadas en toda Cisjordania y Jerusalén para atacar al ocupante en todos los lugares donde tenga presencia y con todos sus medios disponibles», anunció, por su parte, el mando en Cisjordania de las Brigadas de Al Qasam, brazo armado de Hamás. No menos dura fue ayer la Autoridad Nacional Palestina, que habló de «crimen de guerra» y «brutal agresión» y llamó a la comunidad internacional a actuar contra Israel.

Un año sangriento

La operación antiterrorista israelí iniciada en la mañana de ayer confirma que este 2023 está siendo un año especialmente sangriento en Cisjordania. Desde que arrancara el nuevo curso han perdido la vida en torno 170 personas en actos violentos, la gran mayoría de ellos palestinos o ciudadanos israelíes árabes. La mayor parte de los muertos son milicianos, aunque también civiles, y se cuentan 23 menores fallecidos.

Durante el pasado Ramadán, en el mes de abril, la irrupción de las fuerzas israelíes en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén provocó una oleada de ataques contra Israel desde Siria, Gaza y el sur del Líbano. En mayo, la muerte de un terrorista palestino, un destacado terrorista de Yihad Islámica, en una cárcel israelí después de una prolongada huelga de hambre desencadenaba otro episodio de violencia con epicentro en Gaza.

A finales de junio pasado, las incursiones israelíes en el norte de Cisjordania y los enfrentamientos violentos entre palestinos y colonos judíos en los asentamientos del territorio dejaron casi una veintena de fallecidos. El pasado día 21, soldados israelíes empleaban drones en una operación antiterrorista en Yenín, en un hecho inédito desde la Segunda Intifada.

Las crecientes tensiones en torno a los asentamientos judíos en Cisjordania, con el movimiento colono cada vez más espoleado por el Gobierno de coalición de Benjamin Netanyahu, y la consolidación del área de Yenín como santuario terrorista auguran un verano de violencia en el territorio. Oriente Medio se prepara para un verano caliente en una región ya de por sí convulsa.