Crisis política en Italia

Italia, perdida en su laberinto

Napolitano se reúne por primera vez con los expertos sin expectativas de éxito

Italia, perdida en su laberinto
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Italia sigue perdida en su laberinto. Sin muchas esperanzas de éxito, comenzó ayer formalmente el trabajo de los diez «sabios» a quienes el presidente de la República, Giorgio Napolitano, encargó el pasado sábado que intentasen sacar al país de su parálisis. Lo primero que hizo la decena de personalidades es reunirse en el Palacio del Quirinal con el jefe del Estado, quien se vio con ellos en dos turnos: primero con los encargados de formular una serie de reformas económicas, sociales y de carácter europeo; y luego con los que se ocupan de los cambios institucionales. Tras las reuniones, Napolitano dio más detalles sobre cómo desarrollarán su labor, algo que quedó poco claro cuando anunció que recurriría a dos grupos de personalidades para tratar de desatascar la situación de ingobernabilidad. Los políticos habían fracasado en ello en la fase anterior de esta crisis política, que dura desde el 25 de febrero, cuando se conocieron los resultados de las elecciones. El octogenario presidente contó que el trabajo de los «sabios» durará como máximo ocho o diez días y aseguró que no tienen la responsabilidad de indicar cómo debe ser el próximo Gobierno. Lo que han de hacer es identificar cuáles son las cuestiones más urgentes a afrontar y estudiar el consenso de los partidos respecto a estos temas. De esta manera intentó tranquilizar a las formaciones políticas, que han recibido de uñas el nombramiento de los «sabios».

Napolitano pidió perdón por no haber incluido entre esta decena de personalidades a ninguna mujer. Contó que había confeccionado esta lista «en condiciones de particular urgencia y dificultad», y reconoció además que había otras personas «ciertamente válidas» a las que también se les podría haber confiado esta responsabilidad. La ausencia femenina podría compensarse en caso de que nazca un nuevo Gobierno liderado de nuevo por un técnico, como ocurre ahora con el Ejecutivo dimisionario de Mario Monti. Uno de los nombres que se barajan para liderar el nuevo gabinete es el de Anna Maria Cancellieri, actual ministra del Interior.

Tras unos días de descanso alejado de las cámaras, reapareció ayer Pierluigi Bersani, el hombre que no fue capaz de formar Gobierno tras las elecciones, como le pidió Napolitano. Una vez más el secretario general del Partido Democrático (PD) y líder de la coalición de izquierdas se negó a formar un pacto de unidad nacional con el Pueblo de la Liberdad (PDL), la formación derechista de Silvio Berlusconi. «El problema está en cómo realizar la corresponsabilidad. ¿Se hace encerrando a la política en un fortín? ¿Se hace con un llamado 'governissimo' entre nosotros, el PDL y Elección Cívica (la coalición centrista de Monti)? En nuestra opinión esta sería una respuesta equivocada al país», dijo Bersani. Dando esperanzas a aquellos que, también en su partido, piden su cabeza como líder de la izquierda, el líder del PD comentó que está dispuesto a renunciar «si es un obstáculo». Se mostró además Bersani contrario a la repetición de las elecciones, un escenario al que Italia parece verse abocado ante las dificultades para constituir un nuevo Gobierno. Para evitar que la próxima cita con las urnas deje un escenario tan inestable, los «sabios» deberán conseguir que los partidos aceptan una reforma de la polémica ley electoral vigente.