Kuzminov era un "traidor" y "un cadáver moral": los insultos del jefe del espionaje ruso al desertor asesinado en España

Rusia mira para otro lado ante las sospechas sobre la posible participación del espionaje militar ruso en el asesinato del piloto Maxim Kuzminov, que desertó en agosto del año pasado para entregarse a Ucrania tras cruzar la frontera de Rusia a bordo de un helicóptero militar Mi-8. El jefe del servicio de inteligencia exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, se despachó a gusto este martes con el joven soldado, cuyo cuerpo fue encontrado muerto en el garaje de la urbanización donde vivía en Villajoyosa (Alicante) el pasado 13 de febrero. "Este traidor y criminal se convirtió en un cadáver moral en el momento en que planeó su sucio y terrible crimen", afirmó Narishkin en palabras recogidas por la agencia oficial rusa RIA Nóvosti.

Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó que el gobierno ruso no tiene información sobre la muerte del piloto de 33 años. Kuzminov huyó de Rusia en desacuerdo por la guerra desatada tras la invasión: "Lamento lo que está ocurriendo, los asesinatos, las lágrimas, la sangre", dijo en un documental difundido por los servicios de inteligencia. Desde ese momento, se abrió un expediente en Rusia por traición y en varios medios algunas voces pidieron públicamente su cabeza.

La investigación sigue abierta mientras las autoridades tratan de esclarecer las circunstancias del asesinato de Kuzminov. El joven fue hallado muerto hace una semana con cinco impactos de bala en el cuerpo y documentación falsa en la que aparecía como ciudadano ucraniano, por lo que se creyó en un primer momento que se trataba de un ajuste de cuentas de mafias del este. Pero al analizar las huellas dactilares durante la identificación forense se descubrió que en realidad era el soldado ruso Maxim Kuzminov. Los investigadores trabajan ahora con varias hipótesis y no se descarta la implicación de funcionarios rusos como posibles autores intelectuales del crimen en venganza por haber desertado, un episodio ampliamente publicitado en su día por el gobierno de Ucrania para desprestigiar al régimen de Putin.

Un dato revelador que se maneja la Guardia Civil es que la víctima había contactado con su ex novia para que viniera a España a encontrarse con él. Los investigadores creen que el crimen fue obra de dos hombres que huyeron del lugar con el vehículo de la víctima y que apareció la misma tarde del 13 de febrero en una localidad cercana, El Campello, envuelto en llamas, posiblemente para evitar cualquier huella incriminatoria.

La voz de alarma la dio un vecino de Villajoyosa en la tarde del día 13 al encontrarse con el cuerpo de Kuzminov en la urbanización en la que vivía, donde reside una colonia de ciudadanos rusos y ucranios. "Decidió trasladarse a España en lugar de estar aquí", dijo la inteligencia de defensa ucraniana al periódico "Ukrainska Pravda". "Por lo que sabemos, invitó a su ex a su casa y lo encontraron tiroteado".

Su huida de Rusia fue contada con pelos y señales en un documental militar ucraniano titulado "Pilotos rusos derribados", en el que Kuzminov describía cómo se había puesto en contacto con la inteligencia ucraniana y cómo los agentes le habían ayudado a tramar su huida, ofreciéndole protección, cambio de identidad, una compensación económica y ayuda para sacar a su familia de Rusia.

Kuzminov se había graduado en la Escuela de Aviación de Sizran, en el sur de Rusia y pronto fue destinado a servir en el Lejano Oriente ruso, donde entre sus compañeros tenía fama de ser una "persona tranquila" y pedir "trabajo pacífico", operaciones de carga que no tuvieran que ver con misiones militares, según el canal de Telegram ruso Baza. Sus amigos dicen que Maxim tenía "miedo a morir en la guerra" y quería dejar el Ejército incluso antes del comienzo de la guerra en Ucrania, pero "no le dejaban". Además, al piloto le aterrorizaba la idea de ser capturado en Ucrania.