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Entrevista

Joshua Treviño: "'America First' no es una doctrina aislacionista"

Joshua Treviño, consejero del America First Policy Institute (AFPI), ha conversado con LA RAZÓN sobre las claves de la política exterior de la Administración Trump

Joshua Treviño, consejero del America First Policy Institute (AFPI) Gonzalo Pérez PHOTOGRAPHERS

Donald Trump encara el final de su primer año del segundo mandato en la Casa Blanca. En estos meses, el republicano ha vuelto a sacudir el tablero internacional con una política exterior marcada por la doctrina 'America First', que incluye nuevos aranceles y la revisión de acuerdos comerciales, incluso con socios tradicionales. A ello se suman el endurecimiento migratorio y una renovada presencia en el Caribe, dos claves para entender a un Gobierno cuyas decisiones despiertan un notable interés fuera de EE UU. LA RAZÓN ha podido conversar en Madrid con Joshua Treviño, asesor sénior del America First Policy Institute (AFPI), uno de los 'think tanks' más influyentes del entorno de Trump, para analizar estas políticas.

P: ¿Cuál es el papel de Europa dentro del movimiento 'America First'?

Hay un malentendido muy común, según el cual no hay espacio para los aliados dentro de la doctrina 'America First'. Eso es completamente falso. Siempre decimos que 'America First' no significa 'America solo'. Yo lo plantearía como una orientación adecuada del Gobierno hacia el bienestar de su pueblo. Y en la medida en que nuestros aliados y socios adopten esa misma orientación, ellos también serán más fuertes. Así que sí, por supuesto que hay espacio para los aliados y las alianzas dentro de America First. No es una doctrina aislacionista.

Europa ha sido fundamental para la defensa de Estados Unidos casi desde el principio. Lo que ha cambiado, sobre todo en los años de Trump —y lo que tenía que cambiar— es el grado de reparto de cargas. Estados Unidos, a diferencia de Europa en su conjunto, tiene compromisos en todo el mundo. Europa no garantiza la seguridad del hemisferio occidental. Europa no garantiza la seguridad del Indo-Pacífico. Puede desempeñar un papel, pero, en última instancia, Europa debe ocuparse de Europa. Y Europa puede hacer mucho más por su propia defensa de lo que ha hecho hasta ahora.

Creo que existe una comprensión general de que Estados Unidos es la nación indispensable en lo que respecta a la seguridad europea. Pero Europa puede fabricar armas. Europa puede desplegar ejércitos. Europa puede hacer planificación estratégica. Y lo que estamos viendo es que Estados Unidos está pidiendo a los europeos que hagan eso, porque nosotros tenemos las manos llenas con muchos otros lugares del mundo.

"America First no es una doctrina aislacionista"

Joshua Treviño

P: ¿Qué valoración hace de la política arancelaria de la Administración Trump?

Creo que debemos entender la política arancelaria como parte del esfuerzo por devolver la industrialización a Estados Unidos. Ese es el enfoque desde el que yo lo veo. Y es indiscutible que nosotros no estamos en contra del comercio, ni del libre comercio, ni del comercio razonable. Pero el libre comercio, para empezar, debe ser con otros mercados libres, cosa que antes de la Administración Trump no ocurría, especialmente con China. Y era necesario reorientar el comercio en beneficio de la nación.

Muchas de estas cuestiones aún están por verse. Ni siquiera llevamos un año completo de Administración. Pero diré lo siguiente: quien se sorprenda de que un país utilice todas las herramientas disponibles de la política exterior, no está viviendo en la realidad. También percibo esta idea de que Estados Unidos debería estar guiado por la "empatía" o el "sentimiento" por encima de cualquier otra cosa. Pero eso no es una petición justa, porque los europeos tampoco actúan movidos por el sentimiento. Ningún país lo hace. Que haya realismo detrás de gran parte de la política —independientemente de que la política funcione o no— es un cálculo distinto. Pero desde luego no se puede acusar a la Casa Blanca de Trump de no aplicar sus principios de manera coherente y uniforme

P: ¿Cree que Europa está cumpliendo en materia de seguridad?

No, no lo creo. Europa ha mejorado en materia de seguridad nacional. Sin duda. Con algunas excepciones, claro. El hecho de que España no haya alcanzado el objetivo del 5% de gasto en la OTAN es un problema. Pero, en términos generales, hay que reconocer que Europa —tarde, muy tarde— está dando un paso adelante y ha actuado de forma admirable, especialmente en lo referente a la industria de defensa y a la seguridad nacional.

Donde Europa se queda atrás es en el reclutamiento, en el tamaño de sus ejércitos y cuestiones similares. Necesitas hombres para formar unas fuerzas armadas, y eso es un problema serio. También necesitas sociedades democráticas que funcionen. En ausencia de una conscripción efectiva, necesitas estados y sociedades que merezcan ser defendidos, y eso no es cierto en toda Europa.

P: ¿Y en materia de inmigración?

No, no lo está. Europa tiene una historia única y valiosa que ha dado lugar, casi de forma excepcional en el mundo, a sociedades basadas en la ley, la libertad, los valores y la tradición, enraizadas en una herencia explícitamente cristiana, en gran parte católica. Eso no tiene paralelo y debería ser un motivo de orgullo. Que los estados y sociedades europeos diluyan, ahoguen o abandonen esa base —ya sea mediante la imposición del secularismo de izquierda o mediante la importación de millones de musulmanes, que es algo que está ocurriendo— es un acto de vandalismo cívico y cultural sin precedentes.

"Donde Europa se queda atrás es en el reclutamiento, en el tamaño de sus ejércitos y cuestiones similares"

Joshua Treviño

P: Donald Trump afronta su segundo y último mandato. ¿El movimiento 'Make America Great Again' seguirá adelante sin él?

Donald Trump fue, para el momento histórico, el hombre indispensable. Fue el catalizador de todo lo que vino después. Y no creo que exista ninguna posibilidad de que hubiéramos visto lo ocurrido en la última década sin él. Pero también creo que es indiscutible que ha construido un movimiento que va a perdurar más allá de su figura. Ese será su mayor legado, y es un mérito que le corresponde plenamente.

Nosotros, en el America First Policy Institute, no existiríamos sin la persistencia de ese movimiento. Así que nuestra expectativa es que dentro de una generación se seguirá hablando del movimiento MAGA, y seguiremos viviendo dentro de la coalición conservadora renovada —una mayoría estadounidense— que él ayudó a crear.

P: El Partido Republicano parece haber sufrido dos reveses. Primero la victoria de Mamdani en Nueva York, y más recientemente la aparición del Donald Trump en los mails de Jeffrey Epstein. ¿Cree se verá negativamente afectado en las elecciones de mitad de mandato?

No creo que sea posible decir cómo estará la situación dentro de un año. Lo que sí puedo decir es que el movimiento ideológico seguirá siendo fuerte. Y dado cuántas veces Donald Trump, en particular, ha estado contra las cuerdas y ha vuelto a levantarse, cualquiera que lo dé por acabado —o que dé por perdida cualquier contienda electoral en la que él participe directamente, como creo que hará en las midterms— probablemente esté apostando en contra de todas las probabilidades.

P: EE UU ha aumentado su presencia en el Caribe, ¿qué hay detrás de esta aparente operación antidrogas?

Creo que nadie desde fuera sabe realmente lo que está ocurriendo, ni debería saberlo. Las únicas personas que conocen con certeza lo que está pasando —en lo relativo a Venezuela y en lo relativo al sur del Caribe— son quienes están en la Casa Blanca y en el Departamento de Defensa. Así que sabremos lo que ellos decidan contarnos. Lo que sí puedo decir es que, incluso si no ocurre nada más aparte de lo que ya está pasando —es decir, que la Marina estadounidense esté hundiendo embarcaciones de narcotráfico en el Caribe—, la operación ya es un éxito en sus propios términos. Y eso se debe simplemente a que ha sido útil, positivo y bueno para los estadounidenses ver, por una vez, a las Fuerzas Armadas de EE UU empleadas en defender a las comunidades estadounidenses, algo que no siempre ocurre. Durante los años de Biden hubo una queja real: que Estados Unidos defendía la frontera ucraniana pero no la suya. Eso ha quedado atrás.

P: ¿Cuál es estado actual de las relaciones entre EE UU y México?

México es uno de nuestros mayores problemas. Está gobernado por un régimen que mantiene desde hace años una alianza tanto con elementos de la izquierda más radical como con los propios narcos. Así que, cuando algunos dicen que México es prácticamente un narco-Estado, en su mayoría estoy de acuerdo. Y, desde luego, México es tanto el conducto como, con frecuencia, la fuente de la mayoría de las drogas que matan a estadounidenses, además de gran parte de la actividad de tráfico que perjudica no solo a estadounidenses, sino también a latinoamericanos y a muchas otras personas. México ha desempeñado un papel monstruoso en la crisis que nos ha llevado hasta este punto.

Dicho esto, parece bastante claro que, por ahora, la Administración ha decidido usar más la estrategia de "zanahoria y palo" con los mexicanos. Y no sé qué nos depara el futuro. Sí sé que teníamos la opción y razones de sobra para haber sido mucho más duros con México de lo que hemos sido, y que el Estado mexicano se ha ganado ese descrédito. Pero hemos elegido no hacerlo, y mi esperanza es que esa decisión se deba a que nos han dado ciertas cosas que necesitábamos en materia de seguridad y que antes no estaban dispuestos a darnos.

P:¿Está siendo suficiente el apoyo de EE UU a Ucrania?

Sí, creo que sí. Pero claro, la pregunta da por supuesto algo: ¿qué significa "lo suficiente"? ¿cómo definimos "ganar la guerra"? ¿cuál es la condición de victoria? No creo que nadie la haya definido. Lo que sí puedo decir es que creo que Estados Unidos está siendo más generoso con Ucrania bajo el presidente Trump que bajo el presidente Biden. No olvidemos que Ucrania sobrevivió a la invasión inicial de 2022 específicamente gracias a las armas personales antitanque que envió el presidente Trump y que Barack Obama se negó a enviar. De forma similar, en términos de intercambio de inteligencia, aprobación de objetivos y provisión de armamento de largo alcance, la Administración Trump ha hecho muchísimo para convertir a Ucrania en un contrapreso estratégico frente a Rusia, algo que nadie esperaba hace tres años. Estamos haciendo mucho, y, llegado cierto punto, corresponde a los ucranianos sacar partido de ese apoyo.

También hay que tener en cuenta la presión estadounidense sobre los europeos para que aumenten su capacidad de fabricación, armamento y defensa en general como forma de ayuda a Ucrania. Eso no habría ocurrido sin la presión de Estados Unidos. Y gracias a esa presión, los europeos también pueden apoyar a los ucranianos.

"La Administración ha decidido usar más la estrategia de "zanahoria y palo" con los mexicanos"

Joshua Treviño

P: ¿La Administración Trump debería de ser más dura con Vladimir Putin?

Si el Departamento de Defensa y la Casa Blanca consideran que responde al interés estadounidense, sí. El régimen de sanciones es más duro que nunca. Siempre, en cierto sentido, hay más que se puede hacer. La cuestión es qué es prudente hacer, qué está dentro de los límites de la política exterior viable. Y creo que se puede afirmar fácilmente que la Administración Trump ha llevado esas opciones al máximo dentro del marco del interés estadounidense en este momento. Rusia es una economía que, según todas las estimaciones, está cerca del colapso: no puede acceder a sus activos en el extranjero, su sector energético se está reduciendo, el régimen de sanciones bajo la Administración Trump es mucho más severo que bajo Biden, y el suministro de armas a Ucrania ha dado a Ucrania una verdadera capacidad de ataque estratégico. A estas alturas me cuesta pensar qué más podríamos hacer, salvo entrar directamente en guerra contra Rusia, lo cual claramente no está en el interés prudente de nadie.

P: Ha sido un primer año muy intenso para la Administración Trump. ¿Qué podemos esperar en un futuro?

Qué diferencia entre el primer y el segundo mandato. En el primero, el presidente Trump —y el movimiento a su alrededor— todavía estaba intentando dominar Washington D.C. La otra parte pudo frenar gran parte de la agenda simplemente gracias a su superior dominio del personal, de las políticas y de los procesos. Nada de eso es cierto ahora. Esta Administración Trump regresó al poder bien preparada para ejercerlo. Y lo que hicieron fue redefinir por completo el estándar de cómo debe ser una transición presidencial o la preparación para gobernar. Y eso es mérito de la campaña. Es mérito al 100% del presidente. Mi impresión es que seguimos viendo en noviembre de 2025 trabajo legislativo y político que es consecuencia directa de esa preparación intensiva que el equipo de Trump realizó en los años previos, uno, dos o tres años antes. Mi expectativa es que eso continuará durante los próximos tres años.