Karina Milei, hermana y asesora del presidente: "Es el ser más maravilloso del planeta"

Muchos la ven ya como la próxima primera dama de Argentina, pero ella no es la pareja, sino la hermana del nuevo presidente. Karina Milei, la hermana menor de Javier Milei, presidente electo tras imponerse en las elecciones presidenciales del 19 de noviembre, se ha convertido en un personaje clave en el nuevo poder que se va dibujando en el país sudamericano tras la reciente debacle electoral del peronismo.

Quedó claro en la noche electoral. Cuando el triunfante Milei apareció ante la multitud de seguidores que gritaban enfervorizados «libertad, libertad», lo hizo acompañado de su hermana Karina. En aquel, su momento cumbre, era ella la persona que quería a su lado. Todos en la escena política saben que Karina es una de las grandes artífices del proyecto político de su hermano y quien decide quién puede acceder a él. Milei lo ha confirmado al referirse a ella como «el jefe», en masculino.

«La única persona fundamental es mi hermana. El 99% es obra de ella. Sin ella esto no existiría”, ha dicho Milei, en alusión al rol clave de su hermana en su sorprendente e inesperado ascenso a la presidencia de Argentina.

Para el nuevo presidente, su hermana ha sido su principal apoyo desde su atormentada infancia. Ahora él tiene 53 y ella 50, pero cuando ambos eran muchachos y él, según ha relatado, se enfrentaba al maltrato físico y psicológico de sus padres, ella se convirtió en el pilar que lo sostuvo.

El presidente electo no oculta su admiración por ella «Es el ser más maravilloso del planeta», ha llegado a decir. Algunos observadores han percibido incluso una cierta sumisión hacia su hermana y en una de las pocas veces en que accedió a hablar a un micrófono, Karina dijo de él que «es muy aplicado y hace caso».

De ella no se sabe mucho, porque rara vez hace declaraciones y se mueve en un círculo muy reducido. Hasta hace poco más de dos años, esta licenciada en Relaciones Públicas de la Universidad Argentina de la Empresa no había tenido ninguna participación en política y se dedicaba a sus pequeños negocios. Se sabe que tuvo un taller de reparto de neumáticos y que ha hecho sus pinitos como repostera.

Pero desde que surgió el fenómeno Milei y su coalición de La Libertad Avanza ha sido un referente en la toma de decisiones y se le atribuyen algunas de las ideas que le lanzaron a la fama cuando su hermano era casi un total desconocido, como la de sortear su salario congresista.

El presidente electo es un personaje excéntrico y quizá algo atormentado. Ha contado alguna vez que sus mastines son lo más importante para él y dice comunicarse con uno de ellos que murió hace años. No se le conoce mayor amor que el de Karina, un amor forjado en su turbulenta infancia.

Crecieron en el seno de una familia de clase media en el barrio bonaerense de Villa Devoto. Milei ha relatado algunos de los episodios que sufrió de su padre, un transportista que acabó teniendo su propia empresa. Cuando el joven Milei cuestionó la decisión del gobierno argentino de la época de enviar tropas a desembarcar en las Islas Malvinas, su padre la emprendió a «trompadas y patadas» con él. «Me fue pateando a lo largo de toda la cocina», ha contado el presidente electo.

Después llegó el maltrato psicológico: «Siempre me dijo que era una basura, que me iba a morir de hambre» Entonces emergió la figura de Karina, que siempre estuvo ahí para prestarle cariño y comprensión. Lo acompañó en aquellos años a muchos de sus partidos en Club Atlético Cahacaritas, el equipo de segunda división en que Milei jugó de portero. Ahora está a punto de cruzar con él el umbral de la Casa Rosada.