Política

Corea del Norte

Kim se acerca a Putin tras el enfriamiento con Washington

Vladivostok acoge un encuentro con el que Rusia pretende potenciar su imagen de liderazgo mundial

Kim Jong Un a su llegada a la ciudad rusa de Vladivostok
Kim Jong Un a su llegada a la ciudad rusa de Vladivostoklarazon

Vladivostok acoge un encuentro con el que Rusia pretende potenciar su imagen de liderazgo mundial.

Kim Jong Un, su séquito de unas 230 personas y su limusina, cruzaron en su famoso tren blindado la frontera rusa-norcoreana para reunirse en Vladivostok hoy, por primera vez, con el presidente ruso Vladimir Putin. En la víspera, el líder norcoreano acudió a lugares de interés que su padre, Kim Jong Il, visitó durante su encuentro con Putin en 2002. «Estoy dispuesto a desarrollar de manera positiva y constructiva la tradicional amistad coreano-rusa acorde a los nuevos tiempos y trabajar estrechamente con usted para proteger la paz y la seguridad de la península de Corea y del mundo», dijo Kim en un telegrama a Putin la víspera de la cita.

Rusia es una de las partes del original «formato a seis bandas» creado en 2003 por Moscú, Washington, Pekín, Seúl y Tokio, para convencer a Pyongyang de que renuncie a las armas nucleares. Corea del Norte abandonó el formato en 2009, y desde entonces Rusia y China intentan restablecerlo. También estos dos países son autores de la hoja de ruta ruso-china sobre la desnuclearización de la península coreana que propone acciones específicas que deben emprender Washington y Pyongang para alcanzar la distensión. Últimamente, Rusia, China y Corea del Sur buscan reducir la presión de sanciones a Pyongyang, pues el país no ha realizado ensayos nucleares desde septiembre de 2017 y merece unas concesiones.

Rusia es considerada por el régimen norcoreano como un socio fiable y neutral, que a diferencia de EE UU y China, no está interesado en inmiscuirse en los procesos domésticos del país, sino en estabilizar la situación en la región, afirman expertos, que señalan que es muy posible que algunas decisiones del encuentro en Vladivostok mejoren la situación teniendo en cuenta que las negociaciones para la desnuclearización entre Kim y Trump han llegado a un punto muerto.

Analistas consultados por RIA Novosti aseguran a su vez que pese a que medios daban por fracasada la cumbre EE UU-Corea del Norte en Vietnam, tanto Kim como Trump se abstuvieron de hacer declaraciones duras al respecto. De hecho, el líder norcoreano propuso a la Casa Blanca proseguir con la negociación. En esta situación, aseguran, es poco probable que Rusia actúe de mediador o emprenda algunas iniciativas de peso. Tampoco lo quiere Kim, que critica a Seúl por estar demasiado obsesionado para acelerar las negociaciones entre Pyongyang y Washington. Ademas, a pesar de relaciones de amistad entre Rusia y Corea, Pyongyang se posiciona como el bastión que frena la influencia militar estadounidense en la región, también en los intereses del Kremlin, con lo cual a Pyongyang le gustaría contar con apoyo de Moscú más financiero que político. Prueba del distanciamiento con Trump es el hecho de que Kim ha defenestrado a Kim Yong Chol, su mano derecha y artífice de los encuentros entre los dos mandatarios.

Mientras, el Kremlin ya adelantó que Kim y Putin mantendrán hoy una conversación privada y negociaciones a nivel de delegaciones. Según el portavoz del mandatario ruso, Dimitri Peskov, debatirán asuntos de desnuclearización y cooperación regional, así como vías para impulsar las relaciones bilaterales, sobre todo económicas, muy restingridas debido a las sanciones impuestas por la ONU a Pyongyang por sus pruebas nucleares y misilísticas.

En 2018 el intercambio comercial entre ambos países se redujo en un 56% hasta situarse en 34 millones de dólares, mientras que en el mismo período la actividad comercial entre Rusia y Corea del Sur rondó los 24.800 millones. Para recuperar las relaciones económicas respetando a la vez las sanciones de Naciones Unidas, Moscú y Pyongyang acordaron en marzo comerciar a través del trueque sin transacciones bancarias.

Abordarán también la construcción de un puente sobre el río Tumanaya en la frontera común y el problema de los empleados norcoreanos en Rusia, que deben abandonar el país antes del fin de 2019, en virtud de las restricciones de la ONU. Según fuentes del «Kommersant», en los últimos años el número de norcoreanos se ha reducido y no supera las 10.000 personas.