Asia

Entre Kim y Trump: el nuevo presidente de Corea del Sur apuesta por la diplomacia en un tablero explosivo

Lee Jae-myung promete equilibrio entre firmeza y diálogo con Corea del Norte

Seoul (Korea, Republic Of), 04/06/2025.- South Korean President Lee Jae Myung during a press conference at the presidential office in Seoul, South Korea, 04 June 2025. The briefing marked Lee’s first personnel announcements since his inauguration earlier in the day. (Corea del Sur, Seúl) EFE/EPA/Ahn Young-joon / POOL
El nuevo presidente surcoreano Lee Jae-myung Ahn Young-joon / POOLAgencia EFE

Corea del Sur irrumpe en una nueva era política con la elección del liberal de centro-izquierda y opositor Lee Jae-myung como presidente, un hito que promete sacudir la diplomacia regional. Este veterano líder progresista toma las riendas en un momento crítico: tensiones al rojo vivo en la península coreana y un tablero global en constante reconfiguración. Su mandato se perfila como un punto de inflexión para reposicionarse como actor clave en el noreste asiático. Hereda un país fracturado por meses de convulsión política interna y un entorno regional cargado de desafíos. Su administración enfrenta un reto monumental: apaciguar las aguas domésticas mientras redefine el papel de Seúl en ese escenario internacional tan volátil.

El progresista cuenta con una ventaja crucial que su predecesor, Yoon Suk-yeol, nunca tuvo: una sólida mayoría en la Asamblea Nacional. Este respaldo parlamentario le otorga un margen de maniobra que podría marcar la diferencia en su capacidad para gobernar con decisión y evitar el destino de Yoon, cuya gestión se vio paralizada por una oposición implacable. La debilidad de Yoon, sin control del Parlamento, lo llevó a un callejón sin salida. Frente a constantes reveses legislativos, el expresidente recurrió a la ley marcial, una decisión absurda que desencadenó la hecatombe. Su destitución definitiva en abril por el Tribunal Constitucional precipitó las novenas elecciones presidenciales de la historia del país, adelantadas casi dos años respecto a su fecha original en 2027.

Con el Parlamento de su lado, Lee tiene una oportunidad única para estabilizarse y avanzar en una agenda ambiciosa. Sin embargo, el peso de las expectativas y el legado de un período de tremenda inestabilidad política pondrán a prueba su liderazgo, y cada paso será escrutado.

Contrarrestar a Pyongyang procurando la paz

En su discurso inaugural, el que fuera abogado defensor de los derechos humanos, abordó uno de los temas más candentes: la relación con Corea del Norte. Con un enfoque de doble filo, prometió una “fuerte disuasión” ante cualquier provocación militar de Pyongyang, respaldado por la robusta alianza militar con Estados Unidos. Al mismo tiempo, dejó abierta la puerta a la diplomacia, subrayando que “la paz es preferible a la guerra”, y su compromiso con una paz duradera en la península.

Este delicado equilibrio busca conjugar la imperiosa necesidad de seguridad con la esquiva esperanza de un deshielo con el hermético régimen de Kim Jong-un, que desde 2019 ha clausurado los canales de comunicación con Seúl. La tarea se complica aún más por la creciente alianza entre su eterno rival y Rusia, en el contexto de la devastadora guerra en Ucrania. La posibilidad de que Moscú transfiera tecnología militar avanzada a Pyongyang a cambio de apoyo en el conflicto añade una capa más de estrés.

Retos en la Alianza con EE.UU

El Departamento de Estado de EE.UU. emitió un comunicado repleto de frases trilladas, reafirmando el "compromiso inquebrantable" con la alianza bilateral y prometiendo fortalecer la cooperación trilateral con Japón. En su discurso de investidura este miércoles, Lee alertó sobre el creciente proteccionismo y los "cambios en el orden internacional".

El reloj avanza implacable para Lee. La pausa de 90 días en los aranceles del "Dia de la Liberación" impuestos por el presidente Donald Trump expira el 8 de julio. El martes, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, instó a los países a presentar sus mejores ofertas para negociaciones comerciales, dejando a Lee con un margen mínimo para coordinar con los funcionarios de comercio surcoreanos una respuesta a medidas que podrían trastornar la economía. Las exportaciones del Sur a EE.UU. cayeron un 8.1% en mayo respecto al año anterior, principalmente por una fuerte disminución en los envíos de automóviles, según el Ministerio de Comercio surcoreano.

La administración Trump ha encendido todas las alarmas en Seúl al anunciar un arancel del 25% sobre todos los vehículos fabricados en el extranjero. Este golpe amenaza directamente al sector automotriz surcoreano, que representa más del 10% de las exportaciones del país. Con el tiempo en contra y las tensiones comerciales en aumento, Lee enfrenta una prueba de fuego para salvaguardar sus intereses económicos mientras mantiene la delicada alianza con Washington.

Hace una década, cuando Lee comenzaba a hacerse un nombre, algunos lo comparaban con Trump, quien por entonces irrumpía con fuerza en la política estadounidense. Ambos compartían una característica distintiva: su franqueza sin filtros, un estilo que rompía con las normas de sus respectivas élites políticas. Hoy, con Lee como presidente, las similitudes entre estos dos outsiders vuelven a resonar.

A diferencia de las élites políticas surcoreanas, cuya influencia suele tejerse en lealtades regionales y redes de exalumnos de universidades prestigiosas, Lee forjó su camino desde los márgenes. Nacido en una región que abandonó de niño y sin un título universitario, nunca tuvo acceso a las tradicionales redes de poder. De manera similar, Trump ha desafiado las convenciones de esa clase política, construyendo su carrera al margen del establishment.

Esta identidad compartida como forasteros podría ser la base para una relación única. Su conexión se ve reforzada por experiencias extremas: ambos han sobrevivido a intentos de asesinato. En enero de 2024, Lee fue apuñalado en el cuello durante un evento público, mientras que en julio de ese mismo año, una bala rozó la oreja de Trump. Estas cicatrices compartidas podrían allanar el camino para una diplomacia personalista, aunque arriesgada.

Por otra parte, tras cinco años de silencio diplomático, los líderes de Seúl y Washington, podrían abrir una nueva ventana para un diálogo productivo con Pyongyang. En teoría, forman una dupla ideal para negociar con Kim Jong-un. Con su apetito por los acuerdos televisados y su gusto por lo teatral, Trump encaja con el afán de Kim por acaparar la atención mundial en cumbres espectaculares. Sin embargo, el camino está plagado de obstáculos. El fracaso de negociaciones previas, marcadas por expectativas poco realistas, complica la posibilidad de que Kim regrese a la mesa. La parte surcoreana, en particular, enfrenta un desafío crucial: abandonar la retórica tradicional que insiste en la desnuclearización total y la reunificación de la península, así como la ilusión de que las sanciones transformarán el comportamiento de Pyongyang.

Nuevo capítulo en las relaciones sinocoreanas

El presidente chino, Xi Jinping, envió un cálido mensaje de felicitación a Lee en un gesto cargado de simbolismo diplomático que reafirma su compromiso para fortalecer los lazos con un socio clave en la región, en medio de un panorama geopolítico en constante cambio en Asia Oriental.

En un comunicado cuidadosamente redactado, Xi resaltó los profundos lazos históricos y culturales. “Nuestras dos naciones comparten un compromiso firme para promover la paz, la estabilidad y la prosperidad en la región”, afirmó. El líder chino destacó áreas prioritarias como el comercio, la tecnología avanzada y la energía verde, con menciones específicas a la consolidación de las cadenas de suministro de semiconductores y el impulso de iniciativas para la neutralidad de carbono.

Se trata del tercer socio comercial más importante de China, con un comercio bilateral que superó los 360.000 millones de dólares en 2023. Este nivel de interdependencia económica, combinado con el enfoque pragmático de Lee hacia las políticas económicas, abre la puerta a una colaboración más estrecha. Analistas señalan posibles sinergias en la estabilización de las cadenas de suministro transfronterizas —un tema crítico en medio de disrupciones globales— y en la expansión de asociaciones en la economía digital, donde ambos cuentan con ventajas competitivas. Mientras Asia lidia con dinámicas de poder cambiantes, incluidas las tensiones entre Washington y Pekín y las provocaciones de Pyongyang, Xi parece decidido a consolidar su influencia regional a través de una relación sólida con Seúl.