El Futuro de Venezuela

La batalla electoral se radicaliza

Los candidatos endurecen el tono de sus intervenciones. La estrategia de la oposición pasa por demostrar que Chávez ya no está

Maduro saluda, ayer, a miles de seguidores durante su inscripción como candidato en Caracas
Maduro saluda, ayer, a miles de seguidores durante su inscripción como candidato en Caracaslarazon

«Tomamos nota de esta declaración de guerra». Con estas palabras tan explícitas, el presidente interino y candidato oficialista, Nicolás Maduro, abría ayer una campaña que promete ser encarnizada. Las acusaciones mutuas arrancan una agria y rápida carrera por los votos, que comienza formalmente el 2 de abril, según el Consejo Nacional Electoral. Sin embargo Maduro, y el representante de la oposición, Henrique Capriles, ya calientan con insultos y acusaciones la campaña para las elecciones del 14 de abril. Mientras Maduro se dirige con dureza hacia el candidato de la oposición («Es un fascista de rostro nauseabundo»), Capriles le acusa de mentir sobre lo que realmente le ocurrió a Chávez y de usar el dolor del pueblo en su beneficio («Todo esto que está pasando, todo esto estaba fríamente calculado»). Capriles busca «subir al chavismo al ring para desviar lo simbólico».

Está claro que Capriles ha cambiado de estrategia porque su objetivo inmediato es que Maduro toque tierra. Mientras el presidente en funciones se eleva hacia Chávez, la oposición tiene que hacer aterrizar a su oponente porque eso es precisamente lo contrario al interés de la campaña del chavismo. El oficialismo pretende darle credibilidad a esa unidad mística entre el líder máximo y Maduro, mientras que la de la oposición será mostrar la brecha entre uno y otro.

Para la candidatura de la oposición es necesario que los venezolanos entiendan que Maduro no es Chávez y que no se quede enredado en la idea de que votar por uno es votar por el otro. El líder de la oposición será más duro, más agresivo e incluso desafiante en estas elecciones de lo que fue con Chávez. Y es que al fallecido comandante le tenía cierto respeto, pero ahora es diferente. En cualquier caso, la última campaña de Capriles fue exitosa por el aumento de emoción, de movilización y de capitalización de símbolos. Los once puntos porcentuales por los que perdió demostraron que fue un proceso que si bien no pudo ganar, capitalizó a casi la mitad del país. «Un semidiós no se sube al ring y no tiene sentido que Capriles ataque a Chávez, que ahora está blindado por una muerte que ha sido convertida en un activo político. La campaña de la oposición debe demostrar que ya no está. Capriles va a intentar subirse al ring con Maduro porque así se «terreniza» asegura a LA RAZÓN, Luis Vicente León, director de la consultora Dataanálisis. «Incluso es posible que veamos a una oposición que conserve los valores positivos de la figura del fallecido presidente para mostrar que Maduro no es Chávez, para llevarlo a una comparación con el líder fallecido, un contraste que dejaría al candidato del PSUV como malísimo, incapaz y hasta peligroso. La posibilidad de que exista una constante comparación siempre va a estar ahí», agrega.

La campaña tendrá un tono belicista pero también un «hedor a necrofilia». Una muestra es que durante el 25% de la campaña tendremos el cuerpo de Chávez en capilla ardiente. El resto, vamos a ver los eventos alrededor de la movilización del cuerpo hasta lo que será su destino final. Ayer, por ejemplo, Maduro visitó al menos siete veces la capilla. Sin embargo, la política nunca es 100% predecible: hay miles de eventos que pueden cambiar el resultado. Está claro que el candidato del oficialismo es el favorito, pero éstos no siempre ganan.

Un último elemento importante a considerar ahora es la situación económica en la que se va a desarrollar esta campaña. En la campaña de octubre los venezolanos experimentaban una bonanza, pero ahora el país se encuentra en una situación crítica que es imposible esconder. Ni siquiera durante 30 días. Ni siquiera entregando todas las divisas hoy mismo el Gobierno evitaría los baches. «En cualquier caso, nunca desaparece la incertidumbre de los llamados 'cisnes negros', esos eventos impredecibles capaces de cambiarlo todo», agrega a este diario Anselmo Rojas, politólogo de la Universidad Católica.

Crece la tensión con EE UU

Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos no pasan por su mejor momento. El Gobierno de Estados Unidos ordenó la expulsión de dos diplomáticos venezolanos en respuesta a la salida la semana pasada de dos miembros de su agregaduría militar en Caracas, informaron ayer a Efe fuentes del Departamento de Estado. Estados Unidos notificó el sábado a Venezuela la expulsión de Orlando Montáñez Olivaras, segundo secretario de la Embajada de Venezuela, y Víctor Camacaro Mata, funcionario consular, quienes, según las mismas fuentes, ya regresaron a su país.