Política

Beirut

La conquista de Qusair allana el camino de Asad hacia la victoria

Fuerzas leales al presidente Asad pasan frente a la torre del reloj de la plaza en Qusair, ayer
Fuerzas leales al presidente Asad pasan frente a la torre del reloj de la plaza en Qusair, ayerlarazon

Un soldado del régimen iza en lo alto de la torre del reloj de la plaza de Al Qusair la bandera tricolor –roja, blanca y negra– de la República de Siria. Quizás una de las pocas edificaciones que se mantienen en pie tras semanas de bombardeos y combates, que han reducido los edificios a escombros y causado 325 muertos. Con estas imágenes de la conquista, la televisión estatal anunció ayer la «victoria» oficial sobre Qusair. Tras 20 días de duros enfrentamientos entre las tropas de Asad, lideradas por la guerrilla chií libanesa Hizbulá, y las fuerzas rebeldes, el régimen recuperó este estratégico bastión opositor. «Nuestras heroicas Fuerzas Armadas han devuelto la seguridad y la estabilidad en toda la ciudad de Qusair», difundió en un comunicado la televisión de Damasco.

Fuentes de Hizbulá explicaron que tras un ataque nocturno por sorpresa tomaron el control de esta estratégica localidad fronteriza, ruta principal de suministros de armas y combatientes desde Líbano. En los suburbios del sur de Beirut, feudo de Hizbulá, los vecinos celebraron con fuegos artificiales la toma de Qusair por los combatientes del Partido de Dios. Por el otro bando, la dirección del Ejército Libre de Siria (ELS) reconoció que «habían perdido la batalla», pero que era una retirada táctica por falta de municiones y efectivos militares. «Nuestros combatientes seguirán luchando contra los miles de mercenarios libaneses», advirtió el ELS. La guerrilla opositora aseguró que muchos milicianos rebeldes no han huido, sino que se han quedado atrás para asegurar la evacuación de civiles y heridos, que quedaron atrapados en el fuego cruzado.

Por su parte, la Coalición Nacional Siria pidió a la ONU y a las potencias internacionales que asuman la responsabilidad «de intervenir de manera rápida para proteger a los civiles y poner fin al derramamiento de sangre». Abu Al Huda Al Homsi, desde las afueras de la ciudad de Qusair, indicó que «3.000 heridos intentamos sacarlos por algún lado hacia las ciudades menos bombardeadas, pero todos nuestros intentos son en vano por el duro cerco que hay. Niños que necesitan leche, mujeres y ancianos heridos que no pueden ser tratados de ningún modo... Quieren abrir un corredor humanitario pero no pueden. El régimen ha llegado hasta la plaza central y los enfrentamientos se suceden en algunas partes. Si la ciudad cae totalmente en manos de las tropas terroristas de Asad y Hizbulá, Homs y el norte de la provincia caerán en manos del régimen y cumplirán el sueño de montar su 'Estado alauí'».

«Quien controla Qusair controla el centro del país, y el que controla el centro del país, controla toda Siria», declaró el general de brigada Yahya Suleiman. Una fuente cercana al presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, líder del partido chií Amal, dijo a la web Now Lebanon que «los rebeldes se retiraron de Qusair a cambio de levantar el asedio a la ciudad para la evacuación de civiles y heridos». Activistas sirios y médicos locales hicieron un llamamiento a las autoridades sirias para permitir la entrada a los trabajadores de Cruz Roja para asistir a los cerca de 1.400 heridos que necesitan ayuda médica urgente. Familias enteras dejadas a su suerte están huyendo hacia Líbano, pero el camino se presenta difícil porque la mayoría del territorio fronterizo está controlado por Hizbulá.

Tras la toma de Qusair, las miras del régimen están ahora puestas en Alepo, la segunda ciudad más importante, que desde hace un año está en manos rebeldes. Ayer la aviación siria bombardeó algunas áreas de la capital económica, dejando 26 muertos. Pero antes de una gran ofensiva en Alepo intentarán recuperar Homs, Hama y los suburbios de Damasco, como Zabadani, para asegurar la carretera principal que une la capital con las costeras Tartus y Latakia, feudos alauíes. Un portavoz de los rebeldes, Louay Meqdad, desveló que «más de 4.000 combatientes de Hizbulá han entrado en Alepo y se han instalado en la Academia de Ingeniería Militar», en lo que parece ser la preparación de un ataque inminente a Alepo.