Países Bajos
La crisis turca azuza el nacionalismo
Las relaciones bilaterales entre Holanda y Turquía han sido tradicionalmente fructíferas. En la actualidad existe una ola de xenofobia que ha deteriorado la confianza igual que la deriva autoritaria de Erdogan que no contribuye a generar confianza entre los socios europeos. El presidente turco aliena a los países con una mezcla de nacionalismo, islam y política. Con el avance de la extrema derecha como alternativa de gobierno en Holanda y en el resto de Europa la relación con Turquía sólo puede ir de mal en peor. Al mismo tiempo, cuanto más quiera Erdogan consolidar su poder político, más escollos va a tener. Si optase por un pragmatismo, la tendencia cambiaría.
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