Política

Brasil

La derrota de Dilma anticipa el declive del PT

Dilma Rousseff ha pasado a un pobre resultado de 2,7 millones y quedarse sin el escaño de senadora. Ha sido probablemente el fracaso más sonoro de las elecciones de ayer

Dilma Rousseff, candidata del Partido de los Trabajadores (PT) / Efe
Dilma Rousseff, candidata del Partido de los Trabajadores (PT) / Efelarazon

Dilma Rousseff ha pasado a un pobre resultado de 2,7 millones y quedarse sin el escaño de senadora. Ha sido probablemente el fracaso más sonoro de las elecciones de ayer.

De haber sido presidenta de la República con 54 millones de votos, Dilma Rousseff ha pasado a un pobre resultado de 2,7 millones y quedarse sin el escaño de senadora. Ha sido probablemente el fracaso más sonoro de las elecciones de ayer. El mayor éxito individual, al margen de Bolsonaro, el de su hijo Eduardo, que se ha convertido en el diputado federal más votado en la historia del país. Otro nombre propio bien conocido en España es el del ex futbolista del Barcelona Romario, que se presentaba a gobernador por Río de Janeiro, y apenas alcanzó un modesto cuarto puesto.

Las cifras son bastante precisas. Se especulaba que Bolsonaro, pese a tener un muy buen resultado como candidato a presidente, apenas tendría respaldo parlamentario. La realidad es que ha logrado una bancada de 51 escaños, la segunda minoría mayor de la Cámara después del PT, con 57, y muy por encima de partidos tradicionales como el socialdemócrata PSDB o el centrista MDB.

El Senado elegido, sin embargo, tendrá la mayor fragmentación de su historia: un total de 21 partidos obtienen representación, siendo el MDB y el PSDB los que mayor número de senadores acumulan, y quedando el PT con apenas seis asientos, y el PSL de Bolsonaro con cuatro. Una lectura más interesante es la del apoyo a los candidatos presidenciales por estados. Bolsonaro ganó en 16 y en el Distrito federal, con resultados espectaculares en los estados del sur: en Santa Catarina logró dos tercios de los votos, y mayoría absoluta en Río Grande do Sul y Paraná. En Río de Janeiro se alzó con el 60%, y en Sao Paulo con el 53%. En Minas, el tercer Estado con mayor población, llegó al 49%. Los peores resultados los tuvo Bolsonaro en el norte y noreste, justo donde Haddad resistió, ganando en nueve estados, entre ellos Marañao y Bahía, aunque no en Ceará, reducto de Ciro Gomes. En lo que se refiere al poder «estadual» (regional), el partido de Lula es el que más gobernadores obtuvo en la primera vuelta, al conseguir los estados de Bahía, Ceará y Piauí, y estar a punto de ganar en Río Grande del Norte. No obstante, perdió Acre, uno de sus reductos tradicionales, así como Minas Gerais. El que no logró ningún gobernador fue el PSDB de Cardoso, ni tan siquiera en su bastión de Sao Paulo, donde Joao Doria, alcalde de la ciudad, tendrá que ir a la segunda vuelta.

En total, trece estados eligieron a sus gobernadores en primera vuelta. Los otros catorce tendrán que volver a las urnas el próximo 28 de octubre.