La disidencia cubana exige su lugar en Panamá

El país se encuentra en una encrucijada. Centro de las miradas de medio mundo donde cada paso en falso quedará grabado. Por un lado, pretende ser escenario del regreso de Cuba a los ruedos internacionales y, por el otro, teme que disidentes cubanos y opositores venezolanos agüen la fiesta.

El debut de Cuba, las tensiones entre EE UU y Venezuela y el litigio marítimo entre Bolivia y Chile, entre otros, dominarán la agenda de la VII Cumbre de las Américas en Panamá. La asistencia de Cuba por primera vez desde 1994 será especial por el anuncio de su acercamiento con Washington para el restablecimiento de las relaciones. Bajo el lema «Prosperidad con equidad: El desafío de cooperación de las Américas», Panamá, como anfitrión, busca que la cumbre sea el espacio propicio para que Venezuela y Estados Unidos, o cualquier otro país de la región resuelvan sus diferencias por medio del diálogo. En ese sentido, el presidente panameño, Juan Carlos Varela, señaló recientemente que las cumbres son espacios para «tanto celebrar los logros como para poder definir las diferencias», en referencia a la nueva era entre La Habana y Washington. El anfitrión tendrá que bailar entre dos aguas para contentar a todos y que el encuentro no acabe en fracaso. Mientras crece la expectativa por el tan esperado apretón de manos entre Raúl Castro y Barack Obama tras el histórico acercamiento anunciado en diciembre por ambos Gobiernos, otros países preparan su batería para exponer en la cumbre sus demandas.

Se espera que miembros de la oposición venezolana desembarquen en Panamá en los próximos días. Vienen a protestar por la represión y el hostigamiento que sufren por parte del régimen bolivariano. El tema de los presos políticos también estará sobre la mesa. La activista cubana Rosa María Payá narró en su cuenta de Twitter cómo fue detenida y amenazada por agentes de seguridad panameños cuando llegó al aeropuerto: «Me detiene la Seguridad Nacional de Panamá en la puerta del avión», publicó en un primer mensaje. Según contó, un agente le advirtió de que sería «deportada a Cuba» si llevaba una pancarta o provocaba disturbios. «Vayan a su país a causar disturbios», la amenazaron. Payá, integrante del partido político opositor Movimiento Cristiano Liberación (MCL) e hija del fallecido Oswaldo Payá, informó de que quedó detenida «en algún lugar del aeropuerto Tocumen» de la ciudad de Panamá. «Revisaron todo lo que tenía en mi cartera, hasta la ropa interior. En un momento se llevaron de mi vista mi agenda personal con todas mis notas», denunció. Payá viajó a Panamá para asistir a la Cumbre de las Américas entre el 10 y 11 de abril.

Entre los líderes de todo el continente, participarán por primera vez en la cita las autoridades de Cuba, así como representantes de la disidencia cubana. Los también opositores Eliecer Ávila y Laritza Diversent vivieron episodios similares, según denuncian. Tras su retención por varias horas en el aeropuerto internacional, quedó en libertad. El Ministerio de Exteriores panameño se disculpó posteriormente en un comunicado en el que no menciona a Payá. «La Cancillería pide disculpas por cualquier error burocrático cometido en la terminal aérea y ha tomado las medidas para que no se repita», aseguró el Ministerio de Exteriores. Aunque no se espera que emprendan medidas de boicot ni que intervengan oficialmente en la cumbre, sí tendrán reuniones e intervenciones lejos de la agenda, concretamente en foros sociales. También serán entrevistados en numerosos programas de televisión donde alzarán la voz contra sus Gobiernos.

Rosa María Payá anunció ayer la creación de la iniciativa ciudadana «Cuba Decide». El objetivo del proyecto, presentado en el Foro de Movimientos Juveniles, en Panamá, es que los cubanos se pronuncien a través de un plebiscito sobre los cambios que desean implementar en la isla. «No habrá transición a la democracia en Cuba si los cubanos vuelven a ser excluidos», dijo. La iniciativa aboga por la convocatoria de elecciones «libres, justas y plurales» en un ambiente en que se respete la libertad de expresión y de prensa y la libre organización en partidos políticos y organizaciones sociales plurales.