Internacional

La extraña muerte de un magnate ruso en Washington

La Justicia de EE UU investiga el posible asesinato de Mijail Y. Lesin, defenestrado por Putin, hace cuatro meses en un hotel de la capital

Mijail Lesin, junto a Vladimir Putin, en una imagen de archivo
Mijail Lesin, junto a Vladimir Putin, en una imagen de archivolarazon

La Justicia de EE UU investiga el posible asesinato de Mijail Y. Lesin, defenestrado por Putin, hace cuatro meses en un hotel de la capital

De los últimos días de vida del magnate Mijail Y. Lesin se sabe muy poco, aunque sí que había bebido demasiado, según varios amigos, que no se preocuparon apenas porque sabían que aguantaba muy bien el alcohol. El pasado 3 de noviembre se le vio en una tienda de licores del Dupont Circle Hotel, en Washington, adonde había ido con intención de asistir por la noche a una fiesta de recaudación de fondos. Pero no acudió a la gala. Al día siguiente, un guardia de seguridad del hotel le vio vivo y le intentó ayudar a meterse en la cama después de encontrarle borracho. Al día siguiente, el día 5, su cuerpo sin vida fue hallado en su habitación por una camarera.

Según informaba ayer en su portada el diario «The New York Times», el forense le hizo pruebas para determinar cuánto alcohol había en su sangre, pero en los resultados del examen donde se enumeran los factores que podían haber contribuido a su muerte no queda constancia de su presencia. Sólo un traumatismo craneal, que la Policía de Washington trató como muerte natural. En cambio, cuatro meses más tarde, la división criminal del Departamento se ha hecho cargo de la investigación, después de que se haya filtrado que además de un golpe en la cabeza, el cuerpo de Lesin presentaba cortes en el cuello, el torso, los brazos y las piernas. Pese a la «violencia de las heridas», el origen de la muerte todavía no está claro.

Todas estas dudas no hacen más que alimentar las teorías conspirativas que expliquen su muerte. Sobre todo después de los precedentes de varios desertores de Rusia como la muerte de Alexander Litvinenko, que murió envenenado con plutonio radiactivo en Londres en 2006. En el caso de Lesin, no hay pruebas, pero se habla de que iba a colaborar con el FBI en casos de corrupción contra Rusia. Otros sugieren que estaba en un programa de protección de testigos. En cambio, nada encaja. Había estado en Rusia semanas antes de fallecer en Washington. ¿Por qué matarle en Estados Unidos si se podía haber hecho en su país?

Mijail Y. Lesin llegó al Gobierno ruso de la mano de Boris Yeltsin, y permaneció en él durante el primer mandato de Vladimir Putin a pesar de no pertenecer a su círculo de confianza. Al frente del Ministerio de Información fue clave en los esfuerzos del líder ruso por hacerse con el control de la televisión nacional. En la segunda legislatura de Putin, Lesin pasó a ser consejero presidencial. En cambio, su estrella se apagó en 2009, cuando perdió el favor del sucesor de Putin al frente del Gobierno, Dmitri A. Medvedev, hasta que Putin lo rehabilitó al ponerle al frente de la Presidencia en octubre de 2013.

Cayó en desgracia definitivamente cuando, en julio de 2014, se hizo público Lesin había empezado a adquirir lujosas mansiones en Los Ángeles tres años antes tras hacerse con una compañía en California llamada Dastel. Más tarde se supo que su hijo Anton se había cambiado el apellido de Lesin por el de Lessine para que pareciese más estadounidense. Todo esto en un momento en el que las tensiones entre Washington y Moscú no hacían más que aumentar como resultado de la guerra en Ucrania y Putin advertía repetidamente a los hombres de negocios rusos que debían vivir en Rusia y, sobre todo, cortar sus lazos con Occidente. Fue entonces cuando los investigadores empezaron a cuestionar la fortuna de Lesin. Las autoridades de Estados Unidos no pudieron demostrar ningún tipo de mala práctica en su territorio, pero en Rusia no hizo falta mucho más para que perdiera todos los favores del Kremlin.