Conflicto Israel-Palestina
La frágil coalición israelí
El Parlamento da luz verde al nuevo Gobierno conservador de Netanyahu, que parte con tensiones entre el Likud y sus socios.
Tras una intensa carrera contra el reloj, que ha sembrado buen número de decepciones más que nada en las filas de su propio partido, el Likud, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, presentó ayer su Gobierno en una sesión especial del Parlamento (Kneset). El anuncio del que es ya su cuarto gabinete y el número 34º en los 67 años de existencia del Estado de Israel se retrasó varias horas debido a las luchas internas en el seno del Likud y las exigencias de sus aliados en la coalición. Al darse a conocer los resultados de las elecciones del 17 de marzo, se hablaba en Israel del «mago» Netanyahu, que nuevamente había logrado sorprender a todos y salir de la crisis que le atrapaba. Con 30 escaños en la mano para el Likud y varios socios de gobierno potencial, se preveía entonces que formaría su Ejecutivo con soltura y rapidez. Pero casi dos meses más tarde queda claro que la coalición que ha logrado armar es muy débil. Estará formada por tan sólo 61 diputados, o sea la mitad más uno de la Cámara.
La Prensa israelí, debido a ese estrecho margen, se ha centrado en los últimos días en analizar la potencial inestabilidad del nuevo Gobierno, en el que el más mínimo problema con uno de los ministros o diputados puede hacer caer a la coalición. Y es que el nuevo gabinete estará formado por cinco partidos: el Likud de Netanyahu, Kulanu –considerado de centro en temas socioeconómicos–, El Hogar Judío, identificado como un partido de derecha, y los ultraortodoxos del Shas y Judaísmo Unificado de la Torá. De las tres carteras consideradas centrales, aparte de la jefatura de Gobierno, dos quedan en manos del Likud, aunque una de ellas, quizás, de manera interina. Se trata del Ministerio de Defensa, que seguirá teniendo a Moshe Yaalon (Likud) como titular, mientras que la Cancillería –antes encabezada por Avigdor Liberman, del partido Israel Beiteinu–, aunque no tendrá titular como tal, estará comandada por la viceministra Tzipi Hotobeli (Likud). Los analistas estiman que Netanyahu no ha nombrado ministro aún para dicha cartera con la esperanza de que eventualmente Itzjak Hertzog, de La Unión Sionista de centro izquierda, se sume a su gabinete y pueda recibir dicho puesto. La tercera cartera clave, Finanzas, quedará en manos de Kahalon(Kulanu), que aporta 10 diputados a la coalición, tal y como le prometió Netanyahu durante la campaña.
Una de las grandes polémicas la despertó el nombramiento de Ayelet Shaked, de Hogar Judío, como ministra de Justicia, dada su conocida postura en favor de reducir la autoridad de la Corte Suprema. Su partido recibe otros dos ministerios y Naftali Bennett ocupará el de Educación. El nombramiento de Arie Deri, líder de Shas como ministro de Economía, despierta recelo, ya que tiempo atrás fue encarcelado por corrupción. El ultraortodoxo Yaakov Litzman será viceministro de Salud Pública, pero sin ministro sobre su autoridad. Sus críticos sostienen que no quiere ser nombrado ministro a fin de no tener que prestar juramento al Estado de Israel, ya que, como ultraortodoxo, no es sionista.
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