Venezuela sin Chávez
La Habana, capital de Venezuela
Cuba se ha convertido en el centro de decisiones del régimen chavista. Los Castro tutelan un pacto político entre Maduro y Cabello para suceder a Chávez
El pasado miércoles, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, los dos hombres fuertes del chavismo y aspirantes a suceder al presidente en el cargo, estuvieron en La Habana para seguir de cerca el estado de salud de Hugo Chávez, quien fue operado el 11 de diciembre en Cuba por cuarta vez por un cáncer. Por la isla también ha estado estos días Adán Chávez, hermano mayor y mentor político del mandatario, además de gobernador del estado de Barinas. La cúpula del régimen venezolano dice que en estos viajes mantiene contacto con Hugo Chávez, aunque al mismo tiempo se asegura que su salud es «delicada» y que sufre una infección respiratoria.
Si realmente nadie puede hablar con el presidente debido a la gravedad de su estado clínico, ¿qué demonios pinta la plana mayor del chavismo en Cuba? Ante la falta de información, las especulaciones se multiplican. Una de las teorías más seguidas es la de que los hermanos Castro –aliados ideológicos del chavismo y receptores del petróleo barato que llega de Venezuela– han tutelado un pacto político entre los aspirantes para velar por el cumplimiento de la voluntad expresada por el dirigente enfermo de que sea Maduro quien le suceda como líder del chavismoy que el ex general Cabello siga al frente del Parlamento, que precisamente hoy se renueva como consecuencia del resultado electoral del día 7 de octubre.
El protagonismo de Cuba en la crisis política venezolana es visto con inquietud por la oposición. El alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y María Corina Machado, otra dirigente opositora, han denunciado que la toma de decisiones en otro país supone «una violación de la soberanía nacional». El alcalde Ledezma ha dicho que Chávez «está secuestrado por el Gobierno cubano» y ha pedido que una comisión viaje a Cuba para constatar la salud real del dirigente. Este punto es clave porque en función de su estado se podría declarar incapacidad temporal –dilatando así la convocatoria de elecciones– o bien permanente, con lo que el Gobierno estaría obligado por mandato constitucional a convocar comicios en treinta días, algo que se dilucidará el próximo día 10, fecha oficial de la toma de posesión de Chávez.
Maduro, vicepresidente del país y hombre elegido por el líder para sucederle, tiene buenas relaciones con el régimen cubano y, según los observadores, es el preferido por los Castro para ponerse al frente del país si falleciese Chávez. Cabello, en cambio, no tiene credenciales comunistas. Su reciente visita a Cuba se ha interpretado como un peaje para negociar el mantenimiento de una cuota de poder, todo ello bajo el mayor secreto y en un ambiente de inmensas especulaciones. De cara a la galería, todos hermanos. Lo dijo ayer Maduro tras regresar de Caracas: «Le hemos ratificado hoy el juramento frente al comandante Chávez de que nosotros vamos a estar unidos junto a nuestro pueblo».
¿Ceremonias fúnebres?
El periodista venezolano Nelson Bocaranda aseguró ayer que existen «discrepancias entre altos funcionarios y familiares del presidente» sobre posibles ceremonias si el mandatario no se recupera. La familia del líder bolivariano sigue, especialmente su hija Rosa Virginia, muy de cerca la evolución de su salud.
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