Unión Europea

La integración europea se congela

La UE admite que la incertidumbre alemana supone un freno al proceso de construcción europea que pretendía relanzarse tras el Brexit. Desde París, Macron pide «un socio fuerte para avanzar juntos»

La Razón
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La UE admite que la incertidumbre alemana supone un freno al proceso de construcción europea que pretendía relanzarse tras el Brexit. Desde París, Macron pide «un socio fuerte para avanzar juntos».

Bruselas observa con preocupación el «impasse» político en el que se encuentra Alemania tras el fracaso de las negociaciones de la coalición Jamaica. Europa no se puede permitir que su locomotora descarrile y se aferra a la tradicional estabilidad germana, pero admite que una incertidumbre prolongada con un escenario de nuevas elecciones afectará al proceso de integración europea. Desde París no se oculta la inquietud por este periodo incierto que se abre en Berlín. El presidente Emmanuel Macron, que confiaba en refundar la UE junto a la canciller Angela Merkel, mostró su temor a que la falta de liderazgo político en Berlín frene la construcción europea. «Esperamos por Alemania y Europa que nuestro principal socio sea estable y fuerte para avanzar juntos», afirmó ayer el Elíseo. «[la situación] Sólo refuerza la necesidad de Francia de proponer, tomar iniciativas y trabajar en un ambicioso proyecto europeo con nuestro socio alemán», insiste el comunicado oficial. En un giro paradójico de la historia, el país adalid de la estabilidad sufre los padecimientos a los que están más acostumbrados países del sur como Italia, Grecia o España.

El portavoz comunitario Margaritis Schinas hizo un esfuerzo por trasladar un mensaje de tranquilidad en medio de las turbulencias y precisó que «la Constitución alemana ofrece la base para la estabilidad y la continuidad en este tipo de situaciones, también a la luz de las lecciones del pasado». Por ello, y pese al fracaso de las conversaciones entre los conservadores, liberales y verdes, el Ejecutivo comunitario confía en que esta cuestión será una excepción, por lo que «la estabilidad y la continuidad están aseguradas» en la potencia germana.

En rueda de prensa diaria de la institución, Schinas puntualizó que la Comisión Europea «respeta plenamente el proceso constituyente en Alemania», en particular, el artículo de 63 de su Carta Magna, que regula el procedimiento por el cual el presidente federal puede convocar de nuevo elecciones.

Desde la Eurocámara, el líder del grupo del Partido Popular Europeo (PPE), el alemán Manfred Weber, también se mostró tranquilo sobre la incertidumbre de la política de su país. «Alemania sigue siendo un socio fiable en Europa, incluso con un Gobierno provisional. Esto está garantizado por nuestra canciller», argumentó en declaraciones a LA RAZÓN. Sin embargo, esta situación podría pasarle factura a Europa. Weber admitió que mientras el «Bundestag» esté paralizado, «retrasará los grandes avances de la Unión Europea en muchos asuntos importantes como el euro o las políticas de migración».

En este sentido, el jefe de los populares europeos criticó el comportamiento de los liberales, que puede derivar en un problema para la economía y política comunitaria. «Necesitamos más responsabilidad para nuestra comunidad y menos egoísmo. Con vistas a la estabilidad de Europa, los socialdemócratas, bajo la dirección de Martin Schulz, en particular, deben preguntarse por qué no están dispuestos a aceptar su responsabilidad». En Bruselas hay pocas esperanzas de que unas elecciones arrojen un nuevo mapa político que permita configurar una mayoría alternativa a la actual.